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La difícil tarea de medir la excelencia

La Junta de Acreditación Nacional profundiza cada año en la labor de las universidades. El 68 por ciento de las carreras ya están acreditadas, y siete instituciones tienen nivel de excelencia

Autor:

Margarita Barrios

«El sistema de evaluación de universidades en nuestro país, iniciado por resolución ministerial en 1999, nos ha dado muchas satisfacciones, entre ellas que organizaciones foráneas reconozcan la calidad de los procesos formativos y de esas instituciones cubanas», afirmó la Doctora en Ciencias Marcia Noda Hernández, directora de Evaluación y Acreditación del Ministerio de Educación Superior (MES).

Subrayó que antes no eran tan importantes estas categorías para quienes venían de otros países a estudiar al nuestro, pero ahora este es un movimiento internacional: «La excelencia es una puerta importante para Cuba, da prestigio a nuestros centros y tiene valor para profesores y estudiantes», acentuó.

Noda Hernández puntualizó que sobre todo el sistema de posgrados que se imparten aquí ha sido evaluado por diversas instituciones extranjeras y ha obtenido resultados muy satisfactorios, «lo cual nos llena de orgullo y nos dice que hay que seguir trabajando en este sentido, y mantenernos relacionados con una serie de organizaciones internacionales que dan prestigio y visibilidad a nuestra Educación Superior».

La Doctora en Ciencias Marcia Noda Hernández aseguró que los procesos deben realizarse con pertinencia y calidad. Foto: Roberto Suárez

—¿Cómo se realiza el proceso evaluativo?

—A diferencia de otros países, nosotros evaluamos las instituciones y todos los programas que se imparten en ellas: carreras, maestrías, especialidades de posgrado y doctorados, menos los programas de ciclo corto, de reciente creación.

«Hay tres categorías: acreditadas, certificadas y de excelencia, las cuales tienen una duración de cuatro, siete y nueve años, respectivamente. Luego deben someterse nuevamente al pesquisaje.

«Una diferencia de la valoración que hacemos con respecto a la que se aplica en buena parte del mundo es que aquí no evaluamos ni otorgamos categorías a las instituciones hasta que el 60 por ciento o más de sus programas de carreras y posgrados no tengan categoría de acreditación.

«Son estándares fuertes, pero se van logrando cada vez más en nuestras universidades. Los patrones de calidad están en función de nuestras mejores tradiciones pedagógicas, y también mirando lo que ocurre más allá de nuestras fronteras.

«Cuba, a pesar de ser un país pequeño y bloqueado, siempre ha exhibido entre sus principales conquistas la calidad de la enseñanza, y de su Educación Superior en particular; por ello es muy importante velar porque los criterios para evaluar y acreditar calidad tengan similitud con los que se emplean en el mundo.

«Cuando se dice que un programa cubano de una carrera es de excelencia fue medido también por criterios que funcionan en una buena parte del extranjero. Eso es un enorme trabajo para nuestros profesionales, directivos y profesores de las universidades, pero vale la pena, para que podamos gozar del respeto en el mundo entero».

—¿Cómo está estructurada la Junta de Acreditación Nacional?

—Muy similar a otras foráneas, fundamentalmente de América Latina. Tiene un presidente, que en nuestro caso es el ministro de Educación Superior, y una secretaria ejecutiva, acompañada por una secretaría que conforman los presidentes de los cinco comité técnicos evaluadores, uno por cada una de las categorías: carreras, maestrías, especialidades de posgrado, doctorados e instituciones.

«La Junta cumple un código de ética, son personas con mucho prestigio en el país e internacionalmente y no son vitalicios. En la secretaría ejecutiva trabajan nueve personas, quienes hacen las propuestas de categoría que se llevan al pleno, formado por 45 profesionales de todo el país, incluyendo integrantes de ONG y otras entidades. La decisión es por una votación directa y abierta. Debo puntualizar que cada uno tiene derecho a un voto, incluyendo el Ministro, y nadie puede vetar la decisión final que se asuma.

«Dentro de este trabajo están los pares evaluadores, que son los ojos y oídos de la Junta, más de 700 en todo el país. No son cuadros profesionales, tienen otras responsabilidades y asumen esta tarea con la calidad que requiere. Incluso, han sido solicitados por agencias extranjeras que conocen su currículo y les han reconocido su trabajo».

—¿Cuándo se evalúa una institución?

—La institución se prepara de manera continua, porque si tiene la más alta calificación tiene que mantenerla, y si no es la más alta, puede y debe trabajar por alcanzar una superior. El Rector presenta la documentación para solicitar las evaluaciones, pero es un trabajo que involucra a toda la comunidad universitaria.

—¿Cuál será el trabajo de la Junta en 2023?

—Tenemos 245 procesos solicitados en el actual año. Como instituciones serán evaluadas las universidades de Granma, Cienfuegos y Guantánamo; las de Ciencias Médicas de Ciego de Ávila, Sancti Spíritus y Las Tunas, y la Escuela Superior de Cuadros del Estado y el Gobierno.

«Igualmente serán evaluadas la Universidad de Ciencias Médicas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Universidad Militar de Ciencias Jurídicas
Comandante Arides Estévez Sánchez, la Universidad de Ciencias Militares General Antonio Maceo y la Universidad Tecnológica Militar José Martí.

«Por último, debo destacar que el objetivo de todas estas valoraciones es lograr que nuestras universidades realicen sus procesos con pertinencia y calidad para formar profesionales con valores humanos, capaces de ejercer el trabajo a favor de su país y del resto del mundo.

«También buscamos que sus conocimientos sean competitivos a nivel internacional, con las mejores y más avanzadas prácticas en su profesión. Las instituciones tienen un sistema de gestión de la calidad con múltiples proyectos, porque no solo deben trabajar en las deficiencias que se les puedan señalar, sino también mejorar sus fortalezas, porque todo puede ser perfeccionado».

Acreditación en números

La Directora de Evaluación y Acreditación del MES recordó que desde la creación de la Junta se han hecho 1 523 procesos. En estos momentos, el 68 por ciento de los programas de carreras están acreditados, cifra que llega al cien por ciento en especialidades de las Ciencias Naturales y Cultura Física (un requisito es que tengan dos generaciones de graduados). También el 86 por ciento de las carreras de corte agropecuario, económicas, sociales y humanísticas, así como las de Medicina y Estomatología están acreditadas.

De las 48 instituciones de Educación Superior del país, 32 están evaluadas, siete de ellas de excelencia. La Universidad de La Habana y la Central Marta Abreu de Las Villas fueron las primeras en 2016. Luego la Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría, en 2017, y la Universidad de Oriente, en 2018. En 2020 alcanzó esa categoría la Escuela Latinoamericana de Medicina.

La única universidad que solo imparte posgrados en el país, la Academia de las Fuerzas Armadas Revolucionaria General Máximo Gómez, y la única formadora de maestros, la Universidad Pedagógica Enrique José Varona, alcanzaron la máxima categoría en 2022.

Es de destacar que en nuestro país no hay «universidades de garaje» (que funcionan sin cumplir las condiciones mínimas de calidad, rigor académico y demás exigencias docentes). Aquí están todas autorizadas, al igual que los programas de estudios de pregrado y posgrado, puntualizó la especialista.

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