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Círculos para la edad de la inocencia

A pesar de las dificultades económicas del país los círculos infantiles continúan prestando atención a 63 años de su fundación y acompañan otras propuestas que permiten una atención educativa casi universal a los niños en edad prescolar

Autor:

Margarita Barrios

Corría el año 1961 y la Revolución triunfante enfrentaba grandes peligros. Sin embargo, su obra humanista marcaba pautas en la nación. Se habían firmado las leyes de Reforma Agraria y Urbana, y nacionalizado las grandes empresas extranjeras. Los más jóvenes, convertidos en alfabetizadores, recorrían el país llevando la luz de las primeras letras.

El 10 de abril de 1961, los círculos infantiles Camilo Cienfuegos, Fulgencio Oroz y Ciro Frías abrieron sus puertas para comenzar una experiencia inédita en el país: atender a niños menores de seis años y favorecer con ello la integración plena de la madre trabajadora a la vida nacional.

Detrás de aquel empeño estaba el pensamiento y la acción de Vilma Espín, presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), una organización que nacía para defender los derechos de la mujer, entre estos, los de incorporarse a la vida productiva de la nación. Y también estaba el empeño y pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien siempre priorizó las obras sociales, sobre todo, las vinculadas a la niñez.

Cuando surgieron los círculos infantiles en Cuba no había tradición en ese tipo de enseñanza, solo existían algunas iniciativas particulares que brindaban atención a los más pequeños, pero sin currículo estable. En su creación, como instituciones destinadas a
formar a las nuevas generaciones, está presente la concepción educacional martiana de sembrar valores como la solidaridad, la cooperación y la igualdad.

En 1962, durante el primer congreso nacional de la FMC, al referirse a los círculos infantiles, Vilma expresó: «Son quizá, de nuestras tareas, la que más profundamente llevamos en el corazón, y hemos de llevarla adelante, pese a todas las dificultades».

Para darle continuidad a la labor emprendida, y siempre bajo la mirada de la FMC, se crearon en todo el país las escuelas formadoras de educadoras de círculos infantiles, que propiciaron la graduación de un personal más capacitado para desempeñar su rol en el proceso docente-educativo; y más adelante se creó la Licenciatura en Educación Prescolar, con lo cual se abrió el camino a la universidad para quienes laboran en esas instituciones.

Con la marca de estos días

Los círculos infantiles celebran este miércoles su cumpleaños 63. Y aunque todo no es felicidad, pues ellos no escapan a las limitaciones económicas del país, cuyo principal obstáculo está signado por el bloqueo del Gobierno de Estados Unidos, esos centros continúan cumpliendo su misión y se perfeccionan para que su labor educativa sea más profunda y eficiente.

El país cuenta hoy con más de mil círculos infantiles, pero las capacidades no alcanzan a pesar de los esfuerzos que se han realizado para recuperar espacios, incluso algunos locales que estuvieron cerrados.

Sin embargo, se conoce que atender con buenas prácticas a los niños en edad prescolar es fundamental, pues se trata de un momento crucial de la vida. Los especialistas indican que la preparación adecuada en ese grupo etario influye de manera determinante en el desarrollo de la personalidad y en el posterior aprendizaje escolar.

Aunque la educación prescolar no es obligatoria, se hace hincapié en la familia para que el menor tenga atención especializada, pues esto lo ayuda a su posterior inserción en la vida escolar.

Por ello, y debido a la falta de capacidades para todos, se implementa, desde 1992, el programa Educa a tu hijo, a través del cual las propias educadoras de los círculos infantiles y otros especialistas instruyen a la familia en espacios comunitarios, para que adquieran los mejores métodos para atender a sus hijos. A esos espacios también pueden acudir aquellos trabajadores por cuenta propia que se dedican al cuidado de los menores.

Otra alternativa que se potencia en los últimos tiempos es la casita infantil, que se organiza a partir de las condiciones económicas y materiales de los centros laborales que pueden destinar recursos financieros para su apertura y mantenimiento, garantizando su sostenibilidad con la asesoría metodológica del Ministerio de Educación y para beneficio de los hijos de los trabajadores del lugar.

Esta modalidad de atención educativa institucional ya se encuentra presente en todas las provincias y la experiencia se extiende progresivamente. Con todos estos empeños los círculos infantiles continúan prestando atención a 63 años de su fundación y acompañan otras propuestas que permiten una atención educativa casi universal a los niños en edad prescolar.

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