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Cantante Dayani Lozano regresa a los escenarios

La joven intérprete cubana adelanta detalles sobre su nueva gira que ha llamado Acrílico, como el disco que prepara para Producciones Colibrí

Autor:

Yelanys Hernández Fusté

Dayani Lozano. Foto: Franklin Reyes Dayani Lozano regresa a los escenarios con una gira nacional que ha titulado Acrílico, como el disco que prepara para Producciones Colibrí. La cantante vuelve con propuestas frescas y otras conocidas, siempre dentro del pop, un género que defiende a capa y espada.

La intérprete fue la protagonista de la primera prueba para lanzar a una figura pop en Cuba con el CD El alma no basta. «Fue un suceso artístico, un intento genial de la EGREM. El álbum contenía baladas bien hechas, con buenos arreglos. Lastimosamente no tuvo toda la aceptación que queríamos. Era el tiempo del boom de la salsa y el público cubano deseaba consumirla única y exclusivamente», recuerda.

Nacida en 1973, tuvo como escuelas los grupos de jazz Éxodo y de pop Arkanar, luego llamado Luz Verde. Estudió Lengua Inglesa y ha sido la música su profesión, aunque asegura que sus conocimientos del idioma le han ayudado en su carrera artística.

—Háblanos del periplo que inicias este mes por varias ciudades de la Isla.

—Empezaré este 8 de agosto por el oriente, una zona a la que me une un enorme cariño. La gira ha sido programada por el Instituto Cubano de la Música y comienzo por Guantánamo, después estaré en Santiago de Cuba, Granma, Holguín y Las Tunas. Luego quizá haga un concierto en la capital, prepararía el recorrido por el centro, y finalizaríamos en occidente.

«Llevo mi banda, integrada por jóvenes muy creativos. Somos diez en escena, incluido el sonidista, utilero y productor. Aprovecharé este espacio para visitar también hogares maternos, ya que hice con la UNICEF una campaña a favor de la lactancia materna. Allí cantaré temas infantiles que han sido grabados por la EGREM y tendré la oportunidad de transmitir mis experiencias a las futuras madres. Siempre me han gustado los niños y ahora que tengo uno, más».

—Hay quienes acusan al pop de frío, epidérmico y que evade tratar problemas sociales. ¿Cómo valoras el fenómeno?

—Aquí tiene seguidores y, como los cubanos mismos, es muy original. No creo que estemos siendo copia de nadie. Hay muchas tendencias en el pop cubano. Me gusta lo que hace Isis Flores, es desinhibida y su propuesta es más cercana al rock and roll. David Blanco está más en la línea de lo Ricky Martin, aunque tiene su propia identidad. Considero que el propio Carlos Varela hace música pop. No hay una gente que hable más de lo que ocurre en la sociedad que Varela, y con un soporte melódico muy bien elaborado.

«Es cierto que cada género tiene sus normas. Tengo un amigo compositor que dice: “Si vas a hacer hip hop, aunque sea en Cuba, hay determinadas reglas que tienes que cumplir, porque la gente tiene que identificarlo así”. No obstante, puedes hablar de temas profundos, dolorosos. De hecho yo he tocado algunos como la violencia doméstica. Lógicamente hay determinadas estructuras líricas que sigo para ser coherente con la melodía que interpreto, y no llegar a ser tan rebuscada ni elitista».

—¿Cuánto deben limar los solistas para impactar con sus propuestas al exigente público cubano, como lo han logrado Moneda Dura y Buena Fe?

—Moneda Dura y Buena Fe son completamente diferentes. El primero tiene una propuesta actual que me encanta. En el caso del segundo no lo concentraría entre quienes ejecutan el pop, aunque su soporte musical tenga mucho que ver con el género. Para mí ellos siempre han sido trovadores, son más irreverentes, y sus textos más profundos.

«Los solistas tenemos una manera distinta de enfrentarnos al escenario, próxima a lo más comercial de la tendencia internacional. A algunas personas les cuesta un poco de trabajo digerirlo porque estamos acostumbrados a Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. No defiendo un texto tan elaborado, aunque sí una melodía difícil de interpretar.

«Al mismo tiempo, algunos no están preparados para esta propuesta estética. La ven como algo superficial. Y simplemente es enriquecedor, pues no se trata solo de cantar, componer o velar por el modo como suena mi banda. Cuando ideo mi espectáculo, pienso en las luces, la ropa, la postura de los bailarines... Todo eso debe tener en cuenta un solista para poder llegar al público».

—¿Cómo ves el desarrollo de la interpretación desde la perspectiva femenina en la Isla?

—En la música tradicional y en la popular están las más importantes. Las cantantes quieren apostar por otra propuesta, pero tampoco podemos exigirle que sean Ella Fitzgerald. Personalmente me interesa interpretar obras difíciles que me reten vocalmente, pero si mi voz no me acompañara, seguiría haciendo pop y haría cosas que fueran interesantes. Hay varios matices y cada cual sabe hasta dónde son sus posibilidades.

—¿Qué traerá la producción discográfica que preparas?

—Acrílico evidencia mi madurez para seleccionar temas y componer. Ahora estamos inmersos en la producción y hemos escogido a Juan Antonio Leyva para ello. Quiero ponerle fusión, pero debo ser cuidadosa para no perder el estilo.

«El tema que titula al disco fue compuesto por la joven instructora de arte Iranay Sánchez y por mí. Incluiré asimismo un sencillo de Jessi Suárez, un tremendísimo compositor que hay que escuchar. También habrá otros de Gisela Ruiz, más conocida por Ela. Uno de ellos es una mezcla de pop con rumba, y pienso invitar a X Alfonso para que lo grabe conmigo. Habrá otras creaciones mías como Fragilidad, un tema más acústico, donde estaré acompañada del piano. Habla de la artista cuando se cierra la puerta».

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