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Lidis Lamorú, mujer hecha de inocencia infantil

La cantautora holguinera departió con JR acerca de sus sueños y vivencias en la profesión, durante su estancia en la provincia de Camagüey como parte de una gira nacional

Autores:

Yahily Hernández Porto
Indira López Karell
Yalina Álvarez

CAMAGÜEY.— Lidis Lamorú, esa cantautora criolla, creadora de disímiles personajes dentro del universo infantil, es una mujer en la que se funden sensibilidad, amor y consagración.

Ella, al igual que muchas féminas, tiene infinitos sueños que la inspiran a trabajar con más ansias para el público infantil y a apartar los obstáculos interpuestos en la manera en que proyecta su arte.

Si preguntamos por Lidis, quizá muchos desconozcan de quién hablamos, pero si mencionamos a Gabriela o Don Lagartijo, niños y adultos identificarán a ambos personajes con una sonrisa pícara, fruto de un secreto que solo esta holguinera de pura cepa y sus miles de pequeños conocen.

Así, entre una multitud de pioneros y familiares, JR dialogó con esta artista, especie de «hada madrina», que sabe explorar maravillosos mundos a través de sus versátiles canciones y cuentos.

—Te graduaste de Licenciatura en Marxismo-Leninismo e Historia, luego estudiaste Psicología y en el año 1998 llegas al mundo del arte. ¿Soñó Lidis este presente?

—Sí. Definitivamente creo que nací para cantante.

—¿Entre tantas responsabilidades profesionales, cómo logras triunfar en un género tan difícil y poco difundido?

—No es solo cantar, se necesitan recursos y muchas veces quienes los tienen no apoyan o no les interesa el género. En la persistencia y en el compromiso con uno mismo está el éxito.

«Llegar a este segmento poblacional y gustar no es nada fácil. Nuestros niños tienen una capacidad de desarrollo muy amplia que se combina con la fantasía, y esto te obliga a crear entre la objetividad y esa inocencia, lograrlo implica mucha paciencia y superación.

«En la base de mis estudios encontré la clave, y ahora se suma la experiencia con mi hija, que es la escuela más grande que tengo».

—Las historias relatadas en tus canciones se acercan mucho a la realidad infantil…

—No me aparto de la realidad y de ella nacen mis creaciones. La infancia es una etapa en la que se tienen innumerables preguntas sin respuestas. Por eso, trato de ofrecer un mensaje entendible y lleno de sabiduría.

«Aun cuando los más pequeños de la casa no entienden las letras de mis canciones, trato de que acepten el ritmo, y ahí gano «la pelea» que siempre existe entre público y artista: la de no pasar inadvertido. Los más grandecitos reflexionan con ellas y esto me acerca mucho más».

—Al saber que tus temas han desplazado al reguetón adulto de las actividades infantiles, ¿qué experimentas?

—Seguridad. No tengo nada en contra del reguetón, pero lamento, con las posibilidades que ofrece nuestro idioma, que exista tanta violencia idiomática en textos de este género. Infelizmente, a veces, el contenido que lleva implícito es muy rudo para edades tempranas. Creo que los niños pueden bailar reguetón, siempre que esté en correspondencia con su edad y les enseñe algo valioso.

—¿Cuál tema consideras que ha bailado y tarareado más el público?

Por amor, porque lleva seis años en los medios de difusión. Obtuvo premio en el Festival de la Canción Política, en Barbados y España.

—Pero, ¿Don Lagartijo te ha abierto puertas que antes estaban cerradas?

—Sobre todo la de la popularidad, es como una fiebre. La familia cubana baila a Don Lagartijo, lo monta en danzas y hasta lo refleja en muñecos para carnavales, marionetas y bailes de disfraces. Todo esto me hace sentir muy bien.

«Don Lagartijo inicialmente no era una canción, sino un texto que me regaló el amigo Milton Reyes. Un buen día decidí ponerle música y agregarle otros fragmentos, que lo transformaron en lo que es hoy, una canción con buen ritmo y un mensaje que trasciende a la familia cubana».

Ese tema y Por amor traspasan las fronteras del país. ¿Te consideras una artista de impacto internacional?

Don Lagartijo se escucha en Chipre, Venezuela, Bolivia, Haití y Canadá, pero Por amor también está en varias naciones del mundo, porque refleja los derechos del niño.

«Hay un largo camino por recorrer para ser una artista de relevancia internacional. En este andar hay que descifrar muchos acertijos y vencer obstáculos de la absorbente industria discográfica, pero sin dudas estoy dando los primeros pasos, gracias a Cubavisión Internacional, y no precisamente a la comercialización de discos y publicidad».

—¿Quién es Lidis Lamorú fuera del telón?

—Madre, hija, esposa, militante del PCC y cantautora. Todas son responsabilidades que hay que saberlas emprender y desarrollar, porque exigen de mucha entrega. No puedes fallar en ninguna. Soy una mujer común, pero con características que me distinguen de las demás.

—¿Qué hubiera sido de Lidis y su arte sin su familia?

—Agradezco mucho el apoyo familiar que he recibido. He transitado junto a mi esposo por los caminos del arte venciendo los escollos. Él ha sido un soporte imprescindible en mi carrera, porque imponer mi obra no ha resultado fácil. Ese es el mayor regalo a nuestra familia.

—Y los amigos, ¿te apoyaron?

—Son tantos que prefiero no mencionarlos para que ninguno se sienta dolido. Ellos nunca faltaron.

—La carrera de Lidis ha progresado gracias también a los videoclips que acompañan su obra y a los horarios escogidos para difundirla.

—Abrieron un camino: el de la imagen y el de la popularidad. Además, lograr que alguien se motive a realizar un videoclip a una canción infantil es más de lo que aspiré, porque no son todos los realizadores los que se interesan en este tipo de género.

—¿La música infantil se abre paso entre los gustos y preferencias de quienes dirigen la industria musical cubana?

—Creo que a pesar de las trabas existentes, la aparición de programas y horarios infantiles en la radio y la televisión ha contribuido a difundir nuestra música. Sin embargo, han desaparecido otros de gran aceptación, donde se presentaban cantautores cultivadores del género que ahora ven limitada la promoción de su arte, porque no es solo un problema de las cadenas nacionales, sino también de las territoriales.

«Se hace necesario interpretar como una necesidad urgente la promoción de la música para niños. Desafortunadamente no es el talento ni la calidad de los cantautores de este género lo que determina tener un espacio donde brindar su arte, sino el interés de quienes tienen en sus manos los recursos y oportunidades».

—¿No ser de la capital ha sido también un obstáculo a vencer?

—Sí, porque no han sido pocas las veces que los artistas de provincia hemos estado olvidados de quienes abren las puertas de la difusión, los contratos, las presentaciones nacionales y los recursos.

—¿Satisfecha?

—Nunca, pero reconforta que desde mi provincia he podido estar en casi todos los lugares del país. Falta mucho por hacer aun cuando se han vencido trabas.

—¿Proyectos…?

—El inmediato es grabar mi segundo disco compuesto por 12 temas, dos de ellos dedicados a mi hija: Nana para dormir a Lorena y La niña y el ángel. No renuncio a realizar otro para los bebés de cero a cuatro años y un tercero para adolescentes y jóvenes.

«Tengo muchas esperanzas puestas en dos temas. El primero se llama Pedazo de papel, y trata acerca de lo que logra o no el dinero; y el otro, Sin rostro, aborda la enfermedad del sida. No renuncio a la idea de continuar trabajando con los videoclips.

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