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El regreso a casa

La instalación Las arenas de la evolución, del artista belga Koen Vanmechelen logra desde el arte recuperar los genes originarios de los Cubalayas

Autores:

Aracelys Bedevia
Yuniel Labacena Romero

La 12 Bienal de La Habana no deja de sorprender con sus propuestas. Así lo confirmamos en la Universidad de La Habana. Allí el artista belga Koen Vanmechelen expone un proyecto internacional en el que se entrecruzan arte y ciencia, y que permitió a los cubanos contar nuevamente con una especie de pollos, los Cubalayas, extinguidos en todo el archipiélago, desde los años 60 del pasado siglo.

La instalación Las arenas de la evolución, ubicada en el histórico Patio de los Laureles, frente al Museo Felipe Poey, en la Facultad de Matemática y Computación, logra desde el arte recuperar los genes originarios de los Cubalayas. Según su autor, el propósito es que «este animal regrese a casa, lo cual es una firme declaración de identidad, cruce de especies y diversidad en este mundo que tan rápidamente evoluciona».

Una jaula de más de tres metros de largo con piso de aserrín, luces y comederos, tienen dentro finalmente a dos Cubalayas vivas, una blanca y otra prieta. Para los visitantes las gallinas parecen no tener más gracia que cualquier otro pollo de granja; sin embargo, ante los ojos de la ciencia estas aves son de gran belleza: porte mediano, cola en forma de camarón, colores metálicos en la capota del cuello, una silueta elegante y una gran acometividad en la lidia con otros ejemplares, a los que confunde y ataca fulminantemente.

Fue en Bélgica, en diciembre de 2013, cuando Vanmechelen comenzó este proyecto —inspirado por sus viajes a Cuba y las colaboraciones con científicos—, que ha continuado en Arusha, Tanzania, Londres y ahora llega a la Isla. En tal sentido afirmó que Cuba, por ser un archipiélago y tener el don de poseer un balance entre cultura y naturaleza, puede convertirse en una emblemática manera para la humanidad para poder empezar todo de nuevo.

Esta es una muy acertada hibridación de las artes con las ciencias, declaró el artista, quien como parte de su propuesta en la Bienal también realizó varios talleres y un simposio con el objetivo de convertir el encuentro en un intercambio de conocimiento y experiencia de naturaleza científica y artística. Además, entregó a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna los cubalayas recuperados, y a su vez seleccionaron un sitio aledaño a la capital, donde fomentarán un centro de cría.

Vanmechelen pudo encontrar los cubalayas de casualidad, pues un día cuando visitaba un amigo en Poughkeepsie, cerca de Nueva York, vio en el patio de un vecino ejemplares muy parecidos. Entonces convenció al hombre, obtuvo posturas y subrepticiamente las trasladó a su granja en Bélgica, donde logró algunos ejemplares. Asesorado por un programa genético especial de la firma Hendriky Genetics, con la cual trabaja habitualmente, logró sus primeros ejemplares.

Lo que hoy puede disfrutar la población es parte de un megaexperimento llamado Cosmopolitan Chicken Project, una hibridación de arte y ciencia que metaforiza, mediante los pollos, los retos actuales de la humanidad y sus posibles vías de desarrollo y supervivencia, a través de la interculturalidad y los intercambios. Ello une a especialistas de los dos campos en encuentros denominados Arenas de Evolución, que Vanmechelen organiza por todo el mundo para hablar de diversidad, fertilidad, inmunidad y otras disciplinas.

Tras 25 años vinculado a las ciencias, el entrecruzamiento de especies nacionales de pollos es esencial en el trabajo del artista belga. «En 1999 empecé a cruzar diferentes razas de este animal por todo el mundo. Cada país ha desarrollado un pollo que dice algo sobre su cultura. En Francia, por ejemplo, tienen uno con los mismos colores de la bandera de esa nación, y en China uno cuyas plumas son como la seda. El Cubalaya es el cubano, elegante y orgulloso.

«Haciendo estos cruces tengo la base genética de pollos más grande del mundo. Mi obra es seguida por artistas, biólogos, filósofos, investigadores sociales. Se ha visto que cruzando las razas aumenta la inmunidad y resistencia de la descendencia».

Vanmechelen utiliza los animales como símbolo y metáfora de observaciones sobre la condición humana. Además, emplea gran variedad de herramientas artísticas para su trabajo: desde la pintura y el video hasta instalaciones, técnicas 3D, esculturas y vidrio.

Sus obras han recorrido casi todos los continentes, de Estados Unidos a China, y de Islandia a Senegal. En el caso de Cuba, mantiene fuertes vínculos con la Universidad de La Habana y su Facultad de Biología, con la Asociación Cubana de Producción Animal y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, entre otras instituciones.

«Cuando Jorge Fernández, director del Centro Wifredo Lam, me pidió una instalación sobre procesos e identidades para esta edición de la Bienal le dije: yo soy tu hombre. Fue así como traje el cubalaya de regreso a Cuba y empezamos a mostrar los pollitos en la Universidad de La Habana, como algo identitario», concluyó Vanmechelen.

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