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Añeja victrola suscita admiración (+ Video)

La antigua maquinaria sorprende a quienes se detienen a observarla porque conserva su eficacia para hacer sonar los discos de vinilo de música cubana o internacional

 

Autor:

Yahily Hernández Porto

CAMAGÜEY.— El antiguo gramófono, protagonista de estas líneas, tiene casi un siglo y su fecha de comercialización data del año 1926, lo cual supone su fabricación en igual período o poco antes, y para trascender fue restaurado en toda su estructura y piezas, y expuesto actualmente en la saleta de la Casa de la Diversidad Cultural Camagüeyana, situada en la calle Cisneros, en uno de los laterales del histórico y céntrico Parque Agramonte, de esta ciudad.

En varios países de habla hispana al antiquísimo reproductor musical también se le conoce como vitrola, aun cuando la marca RCA (Radio Corporation of America) Víctor la inscribiera como victrola, según el nombre propio de la empresa.

El añejo ejemplar con valor de venta original de 125 pesos pertenece a la marca Victrola W 4-7, posee el número de serie 31924, y fue fabricado por la compañía Máquina Parlante Víctor1 (en Inglés, planta Victor Talking Machine Company), en la ciudad de Camden, en el estado de New Jersey, en EE.UU.

La casi centenaria máquina, tesoro del patrimonio cultural de la legendaria villa (cuyo festejo fundacional por el aniversario 510 será el venidero 2 de febrero) posee valor artístico y grado de valor III, lo que consta en el Registro de Bienes Culturales del Centro Provincial de Patrimonio de Camagüey.

La insuficiente información sobre el origen y características del auténtico gramófono demandó para su restauración una investigación exhaustiva sobre sus partes, piezas y forma en que penetró el país.

Así lo explicó a Juventud Rebelde el especialista Carlos de Jesús Hernández Fernández, perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey. «Mediante exámenes preliminares y análisis estratigráficos se exploraron los componentes del equipo, lo cual determinó que este no había sido objeto de intervenciones anteriores».

Afirmó que la victrola poseía afectaciones, alteraciones y faltantes visibles en toda su forma primaria. «La zona inferior y sus cuatro patas estaban fracturadas por la acción desfavorable de la humedad, su estructura lesionada por la permanencia de insectos xilófagos, abundante polvillo, telas de araña y otecas (huevos de cucarachas), su textil, lacado y barniz dañados por agresivas marcas de tintas y profundas rasgaduras, la superficie maltratada por una elevada suciedad y el mecanismo metálico deteriorado por añejos engrasados».

Acotó el experto que durante el proceso de intervención trabajaron sobre todo los materiales constitutivos de la pieza: madera, metal y textil. «Al mueble se le retiró la goma de laca, mediante compresas de pulpa de celulosa y papel japonés, las que impregnadas en disolvente nitrogenado reblandecieron la resina (laca), se le aplicó permetrina a los xilófagos y se le repararon las piezas fracturadas de cedro —madera original del equipo— para su estabilización».

Valoró el también profesor de pintura mural que se desinfectó con permetrina toda la superficie interna y externa de la armazón, la cual se mantuvo envuelta en nailon durante una semana, para prevenir la regeneración de xilófagos.

Confirmó que el dispositivo sonoro fue teñido con tintura de mangle rojo y luego recibió una capa con barniz de goma de laca (muñequilla o barnizado francés). También eliminaron varias capas de pintura y óxido en las piezas metálicas ferrosas, recubiertas con

resina aclílica Paraloit B-72 y cera microcristalina, mientras que en los soportes textiles se aplicó base de gel y detergente líquido como enjuague y papel japonés para una limpieza profunda.

El especialista señaló  que en la plataforma giratoria (donde se asienta el disco de acetato) su cubierta de fieltro fue suplida por una similar en grosor y textura, a la que hubo que teñir para lograr el tono del textil original.

En el estudio Restauración de una victrola centenaria, publicado por el investigador Carlos Hernández, en la revista de conservación del patrimonio cultural Arcada, del Centro de Estudio de Conservación y Desarrollo de las Construcciones de la Facultad de Construcciones, de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, queda certificado que según la información de la fábrica, un total estimado de 73 264 victrolas 4-7 fueron creadas, aunque es probable que sean más.

Señala también que para finales de la producción de esta marca, el 4-7 fue enviado principalmente a los mercados de América Latina, y que la mayoría de los ejemplos que sobreviven con números de serie superiores a 75 000 tienen información del distribuidor que indica que fueron vendidos a México y América del Sur.

La publicación científica asevera que en bases de datos actuales de coleccionistas del mundo se muestra que el

W 4-7 más antiguo que existe es el S/N 511 y el más cercano es el S/N 78595. Confirma que durante la primera mitad del siglo XX llegaron a Cuba los primeros equipos reproductores de sonido grabado en discos (gramófonos de marca comercial Victrola) de la compañía discográfica Victor Talking Machine, producidos en los Estados Unidos de América.

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