Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El amor puede superar cada obstáculo

Abordar temas tabúes es esencial para provocar reflexión en la audiencia, asegura Ángel Luis Capey, uno de los jóvenes protagonistas de la telenovela Viceversa

Autor:

Félix A. Correa Álvarez

Silvio es uno de los personajes más interesantes de la telenovela Viceversa. La diversidad de conflictos que enfrenta, su complejidad sicológica y evolución emocional, añaden capas a la narrativa y tejen una red intrigante que mantiene a los televidentes en vilo las noches de lunes, miércoles y viernes.

La juventud de su intérprete, Ángel Luis Capey, resguarda una notable sabiduría forjada a través de las experiencias vividas sobre las tablas y en los sets de filmación. Su capacidad para transmitir emociones, de manera genuina, consolida su posición como un actor destacado en la escena cubana. Lejos de buscar la grandilocuencia, Capey se sumerge en sus personajes con la sencillez que caracteriza a quienes entienden que el verdadero arte reside en la autenticidad.

Desde sus primeros cortometrajes, hasta su participación en producciones televisivas como El rostro de los días, ha demostrado cuán versátil y capaz es para conectar con el público. Con Viceversa no es la primera vez que enfrenta el desafío de encarnar un personaje protagónico. El caso El diablo los junta, de Tras la huella, y la teleserie Valientes ya lo habían colocado frente a la responsabilidad de liderar tramas. Sin embargo, asumir el rol principal en una telenovela implicaba nuevos retos, y para el joven actor, era un paso crucial en su carrera.

Su entrada a Viceversa ocurrió a través de un casting, en el que, inicialmente, no fue seleccionado, a causa de su apariencia más juvenil respecto al personaje. Pero, cuando el actor original abandonó el país, Capey tuvo la oportunidad de asumir a Silvio. Desde el primer contacto con el guion, percibió una fascinante trama que mantendría el interés de los espectadores a lo largo de los ochenta capítulos:

«En particular, me intrigó la cantidad de situaciones desafiantes que enfrenta Silvio. Cada acontecimiento requiere una interpretación actoral sólida, lo cual me motivó aún más. Desde que leí el guion, sabía que quería formar parte de esta experiencia», confiesa el actor.

—Mencionas que asumir este personaje fue desafiante. ¿Qué retos creativos enfrentaste?

—En una telenovela es complicado manejar las tramas, ya que se graban de manera fragmentada. Además, enfrentar situaciones complejas en el rodaje, como la escena del accidente, fue particularmente difícil, en especial, porque se grabaron secuencias de manera consecutiva con diferentes planos, lo cual resultó ser un verdadero reto.

«Otras escenas, como las del quirófano, también fueron complejas. Debía mostrar diferentes reacciones (miedo, ansiedad, inseguridad…), lo cual requería respuestas rápidas. No obstante, asumo los retos como oportunidades que impulsan mi carrera y contribuyen a mi crecimiento profesional. Lo bueno que siempre recuerdo de este tipo de escenas difíciles es la ayuda que nos brindábamos entre los actores.

«Siempre he sostenido que la escuela brinda los fundamentos, pero el día a día en el trabajo es lo que perfecciona tu habilidad, y esta telenovela, en particular, ha sido fundamental en mi desarrollo profesional, especialmente gracias a la experiencia de Eduardo Eimil, el director de actores, quien me enseñó mucho».

—El tema de la culpa es central en la historia de Silvio, ¿abordaste sicológicamente ese aspecto en tu actuación?

—Afortunadamente, gracias a Loisys Inclán, directora de la telenovela, contamos con el asesoramiento del doctor Frank Daniel Martos Benítez, un excelente médico intensivista del Instituto de Neurología y Neurocirugía Doctor Rafael Estrada. Discutimos ampliamente sobre la preparación necesaria para un intensivista y, especialmente, sobre la escena del accidente.

«Había algo que me incomodaba: la idea de que no atender inmediatamente a Armando (Víctor Jimcavik) generara una culpabilidad tan grande en Silvio, al punto de crearle un trauma sicológico. El tubo ya había causado una lesión en la columna de Armando durante el accidente, entonces me planteé la idea de por qué Silvio debía asumir esa culpa.

«Posteriormente, con la colaboración del doctor Frank, exploramos soluciones, como la atención priorizada a pacientes que necesitan ayuda de manera urgente, como ocurrió con la niña durante esa escena. La idea era que mi llegada a Armando se retrasara porque estaba atendiendo a otras personas, y en mi ausencia, le habían retirado el tubo, provocando un derramamiento de sangre que complicaría las cosas. Además, antes del accidente, Silvio intercambió su puesto con Armando en la guagua, lo que refuerza aún más su sentimiento de culpa.

«Muchos televidentes se han hecho el mismo cuestionamiento, pero es imprescindible entender que estas situaciones pueden ser reales. Silvio refleja la complejidad de las emociones humanas, especialmente el peso de la culpa y la lucha interna que esta genera en quien la carga».

—¿Realizaste alguna investigación específica sobre la medicina intensiva para dar autenticidad a tus escenas en el hospital?

—Sí. Como te comentaba anteriormente, visitamos el hospital y aprendimos técnicas de reanimación con el doctor Frank, incluyendo el uso del desfibrilador y la intubación. Aunque no practicamos estos procedimientos con personas reales debido a los riesgos, realizamos prácticas y nos familiarizamos con los instrumentos de trabajo. La preparación fue muy sólida para reflejar esta temática».

—El conflicto familiar de Silvio es multifacético. ¿Cómo exploraste la dinámica con sus padres y cuánto influyó en la construcción de tu personaje?

—En mi opinión, el conflicto constante con su padre es sumamente crucial y, además, es una de las principales dificultades que golpearán la vida de Silvio. Él es un joven criado bajo patrones machistas, inculcados por su propio padre, quien, a pesar de ser gay, mostró a su hijo una imagen completamente opuesta. Esto condiciona significativamente la relación con su madre.

«Primero, la revelación de que su familia no es lo que él pensaba: sus padres se quieren, pero no de la misma manera, ya que Leonardo (Gilberto Subiaurt), siendo homosexual, mantiene una vida de apariencias con Asunción (Maikel Amelia Reyes). Descubrir que su madre está con otra persona genera conflictos, especialmente considerando la percepción social negativa hacia una mujer que traiciona a su esposo en comparación con un hombre que lo hace; patrones machistas que están presentes en la personalidad de Silvio.

«Estos conflictos impactarán profundamente su vida, principalmente cuando conozca la verdad sobre su padre y se dé cuenta del peso injusto que su madre carga. Sin duda, será un tema que dará mucho de qué hablar».

—Háblame sobre el debate que ha suscitado la dualidad entre la amistad y los sentimientos románticos del personaje.

—La relación entre Mónica, Silvio y Yeti ha generado mucha controversia, especialmente cuando nos basamos en patrones que consideran intocable la pareja de un amigo. Creo que la reacción del público ante esta situación y tema en particular ha sido variada, dependiendo de las perspectivas condicionadas por la propia historia.

«Aunque he notado críticas negativas respecto a los valores transmitidos en la novela, es importante entender que estamos acostumbrados a evitar temas fuertes y delicados en nuestras producciones televisivas.

«Enfrentar la posibilidad de desarrollar sentimientos por la pareja de un amigo, como ocurre con Silvio, desafía la norma, pero es un reto que puede ser real. La trama busca explorar cómo lidiar con emociones complejas y la difícil decisión entre preservar la amistad o seguir el camino del amor. Aunque algunos consideren esta situación incómoda, creo que abordar estos temas tabúes es esencial para enriquecer la narrativa y provocar reflexión en la audiencia.

«Es crucial explorar cómo se desarrolla la situación, comprender las decisiones de los personajes y reconocer que la amistad y el amor a veces se entrelazan, generando dilemas difíciles de resolver. Es un tema que desafía tabúes y requiere tiempo para ver cómo evoluciona la trama y cómo los personajes enfrentan esta compleja situación».

Viceversa resultó un grato espacio para Ángel Luis, un capítulo significativo que trasciende lo profesional: «Fue mi primer papel protagónico en una dramatizado extenso, lo cual implicó nuevas amistades, encuentros y desafíos».

Que Viceversa no solo entretenga, sino que provoque reflexiones y diálogos en el público, constituye el máximo deseo del joven actor: «El impacto que aspiraría a lograr, y creo que se está logrando, es que cada tema abordado se convierta en motivo de conversación y que aquellos que lo vean lleguen a replantearse sus perspectivas sobre ciertas situaciones.

«Principalmente, me gustaría que el mensaje fundamental que transmita esta telenovela sea el amor, a pesar de las situaciones de cada personaje, familia y pareja. Viceversa nos enseña cómo la fuerza transformadora del amor puede superar y sortear cada obstáculo que se nos presente en el camino».

 

(Fragmentos de la entrevista publicada en Alma Mater)

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