Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Lo que dice Pitágoras

Además de adjuntar los horarios de los partidos reprogramados, incluimos la tabla de los pareos entre los involucrados en la porfía

Autor:

Norland Rosendo

A partir de hoy comienzan las escenas extras en la temporada cubana de béisbol. Los juegos que no pudieron celebrarse en su momento por las razones que fueran, se han vuelto ahora el doble de trascendentales.

En ellos les va la vida a algunos de los contendientes y a otros que ya cumplieron su calendario, pero no saben todavía su futuro.

Solo hay seis equipos que ya dijeron adiós a la serie, cinco tienen pasaje para la postemporada y otro quinteto busca los tres cupos en litigio.

Además de adjuntar los horarios de los partidos reprogramados, incluimos la tabla de los pareos entre los involucrados en la porfía, con la aclaración que entre ellos solo falta un duelo entre Villa Clara y Mayabeque, que, en una de las variantes, podría ser decisivo.

El proyecto deportivo Team Vívela, muy activo en redes sociales, sacó todas las cuentas posibles y confirma nuestras previsiones:

Para Pinar del Río lo más simple es que los Leopardos de Pedro Jova pierdan uno de los cuatro partidos, y a la inversa,
para estos últimos no hay más opción que ganarlos todos, e incluso, eso no les asegura nada, pues hay opciones de empate que los dejan fuera.

Mayabeque con dos éxitos ya pasa a los playoffs por primera vez desde que es provincia, o también con un triunfo y un fracaso de Villa Clara.

Los Leones están muy cómodos, apenas necesitan de una victoria más para certificar su presencia en los cuartos de final.

Holguín es el más complicado. Ya cumplió sus 75 juegos y depende de que Industriales o Mayabeque pierdan todos los choques pendientes para generar un abrazo que los beneficie.

Son esas las opciones más sencillas. El asunto se puede complejizar mucho, sobre todo, si hay que aplicar el segundo criterio de desempate, el TQB, que se obtiene a partir de un cálculo entre varios aspectos del juego.

Específicamente, se trata de la suma del número de carreras limpias anotadas, dividido entre el número de entradas jugadas a la ofensiva, menos el número de las carreras limpias permitidas, dividido entre el número de entradas jugadas a la defensiva.

 

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