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Para que a otro no le suceda

Otto Torres escribe porque ha presenciado por la televisión y la radio intervenciones del Ministro de Justicia y de otros funcionarios de ese Ministerio sobre los avances de la digitalización en los trámites en ese sector. Pero muy distante de esos buenos deseos ha sido su experiencia personal cuando ha tenido que recurrir a tales gestiones.

El remitente, quien vive en Calle A, No. 6, entre 2da. y Alfredo López, en el reparto Capri, del municipio habanero de Arroyo Naranjo, refiere que su esposa falleció en diciembre pasado. Y cuando sacó el certificado de defunción en el registro de Santiago de las Vegas, a partir de los datos donde sus restos fueron incinerados y que estaban correctos, el documento salió con errores, y hubo que rectificarlo.

A continuación, tuvo que hacer la solicitud de declaratoria de herederos en el bufete colectivo de La Palma. Y después de una espera de más de tres meses le pusieron mal la fecha de defunción en la notaría del Reparto Eléctrico. Cuando fue a recoger el documento en el bufete de La Palma, se lo planteó a la abogada que le atendió allí. Y ella le dijo que eso no importaba, pues todo lo demás estaba bien; y la Notaría lo arreglaba.

Y cuando llegó a la notaría de La Palma para hacer las adjudicaciones que debía hacer, la notaria le dijo que tenía que subsanar la declaratoria de herederos y le orientó los documentos a llevar para hacerlo. Y al preguntarle a Otto cuándo la vería, ella le informó que no lo podía atender, sino el notario de La Palma que le toque, pues está dispuesto que el mismo notario no puede atender dos veces a la misma persona.

«No lo entendí, pero tuve que aceptarlo», confiesa Otto, quien se vio obligado a sacar de nuevo el certificado de defunción. Volvió a la notaría de la Palma, con todos los documentos que le orientó la primera notaría a hacer, la subsanación y la adjudicación en el mismo acto. La notaria que le atendió le dijo que solo haría la subsanación; y luego tenía que ir a hacer la adjudicación.

Él le explicó lo dicho por la anterior notaria y le respondió ella que solo hace una cosa a la vez. Contactó con la notaria que le atendió la primera vez, quien le informó que hay una resolución que permite hacer las cosas a la vez, pero es a criterio de la notaría; «algo que tampoco entiendo, dice, pero es lo que sucede».

Ahora, enfatiza, solo queda esperar la subsanación de algo que hicieron mal y que él paga en tiempo y dinero que, aunque no es mucho lo que se paga, hay que hacerlo dos veces. «Y el tiempo, sobre todo, que a los de más de 80 años no debe quedarnos mucho», expresa.

Aclara que fue a la notaría de La Palma porque en 2007 hizo su testamento y no se fijó que el nombre de su padre no estaba correcto y tenía que subsanarlo. Fue a la notaría de Boyeros y le indicaron que tenía que ir a la de La Palma.

«Pero por lo que conocía y averigüé, señala, me dijeron que podía ser en cualquiera. Fui a la notaría que está en el Casino Deportivo y también me remitieron para La Palma. Por eso fui a ese lugar y la notaria que muy amablemente me atendió me dijo que eso podía haberlo hecho en cualquier Registro del país. Mire las vueltas que hay que dar y el tiempo que perdemos.

«Todo esto se lo hice saber a Atención a la Población del Ministerio de Justicia y lo pongo en su conocimiento para ver si podemos ayudar a que otras personas no pasen por ello», concluye.

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