Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Yuniel Labacena Romero

Frente al espejo

El himno de un pueblo

«Comparto su preocupación, he sufrido parecidas situaciones, que al igual que usted me han dolido, pues, identificado con nuestra historia y valores patrios, tengo en la mayor valoración la correcta interpretación del Himno de Bayamo (¿Un himno «en secretos»?, Osviel Castro Medel, 14 de marzo). Esa letra, esos acordes, han sido teñidos con la sangre de nuestros mártires en más de un siglo de luchas.

Siempre el oírlo, el entonarlo, se nutre de un respeto a esa historia peculiar que ha acompañado a nuestras luchas de liberación, y sigue siendo un himno de guerra, de resistencia, de llamado al combate ante el opresor, ante el invasor, o ante cualquier desafío que atente contra la libertad y la soberanía de nuestro pueblo. Hace un tiempo escribí, al pie de un artículo, en otro medio, que trataba sobre nuestro himno, este alegato: sin chovinismos.

He escuchado himnos de otros países. Más largos o más cortos que el nuestro. Pero ninguno con la carga emocional, de patriotismo, en estrofas mínimas, en estilo marcial. Udaeta, el gobernador militar de Bayamo, al oírlo, visualizó e interpretó correctamente su música. No, no era un sencillo himno para ser interpretado en una festividad eclesiástica, ni mucho menos religioso. Era la clarinada de la lucha que se iniciaba contra el poder de España. Era, es, el himno de un pueblo que nunca ya renunciaría a la lucha por su libertad». (Juan Carlos Subiaut Suárez)

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