El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el Gobierno de Estados Unidos contra Cuba por casi seis década, se ha recrudecido y continúa aplicándose con todo rigor. Cuba acaba de publicar el informe de los perjuicios en el período de abril de 2017 hasta marzo de 2018.
El documento apunta que «se impusieron restricciones para los viajes bajo la categoría «pueblo a pueblo», una de las excepciones más utilizadas por los estadounidenses para visitar Cuba, además de limitaciones que fueron agregadas a los viajes educacionales. Lo anterior ha incidido durante 2018 en la disminución de los viajeros de ese país, incluyendo las visitas de instituciones académicas y de miles de estudiantes universitarios.
«Estas disposiciones legales constituyen una afectación adicional a la economía cubana, incluyendo la actividad de decenas de miles de trabajadores y familias que se dedican en Cuba al trabajo por cuenta propia».
También señala que «la política de acoso económico y financiero del presidente Trump busca satisfacer sus compromisos políticos con la extrema derecha anticubana de Florida e ignora el apoyo mayoritario de la opinión pública de EE. UU., de la comunidad internacional y de la emigración cubana en esa nación, a favor del levantamiento del bloqueo y la normalización de las relaciones entre los dos países.
«Con motivo de síntomas de salud reportados por un grupo de diplomáticos de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, el Gobierno estadounidense adoptó la medida injustificada de declarar una alerta de viaje que recomienda a visitantes potenciales reconsiderar la intención de viajar a Cuba. El efecto de esa medida ha provocado una disminución significativa de visitantes de EE. UU., inhibidos de viajar, entre otras razones, porque las agencias de seguros asumen con seriedad las alertas de viajes.
«La aplicación de esta medida impacta negativamente sobre el emergente sector no estatal, que tenía al mercado de visitantes estadounidenses como su principal fuente de clientes, ingresos y desarrollo. Esta medida del Gobierno estadounidense se impuso sin evidencia alguna de daño real a las personas asociadas a Cuba; y sin que ninguno de los cinco millones de visitantes al año haya reportado síntomas de tipo alguno».
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