No son callejeros porque quieren

PINAR DEL RÍO.— Yaquelín Alonso Azahares alimenta cada tarde a cerca de una docena de perros callejeros. A cada uno le sirve su comida y deja agua en varios depósitos. Cuando hace falta, los vacuna y desparasita.

«Mis perritos —como los llama— están de lo más gorditos. A veces me tengo que fajar con alguien cuando veo que los maltratan, pero la gente va tomando conciencia».

Así empieza a hablar de sus cachorros y recuerda las costumbres de cada uno. Menciona al perdiguero, que pasa temporadas con su dueño por la barriada La Ceniza, a unos tres kilómetros de la ciudad, y que cada 15 días aproximadamente le hace la visita. Habla con nostalgia de uno blanco, fuerte, bien fiero, pero noble a la vez, que no ve desde hace semanas y sospecha que se lo llevaron para pelear…

Cerca de su centro de trabajo, en Siete Matas, también alimenta a otros callejeros. Es una labor de entrega diaria que no le pesa, y desde que la filial vueltabajera de la Asociación Nacional para la Protección de Animales y Plantas (Aniplant) la ayuda con alimentos, se le hace más sencilla.

En días de ciclón y tempestad les ha puesto cartones para resguardarlos, y en más de una ocasión ha salido a buscarlos cuando percibe que hay alguno extraviado.

El amor por los animales lo tiene desde pequeña, y con los años no ha hecho más que ser útil. Con ella vive Toqui, una perra que recientemente ha comenzado a quedarse ciega y demanda mucha atención.

Aniplant en Pinar

Unos 90 afiliados integran la delegación de base de Aniplant en este territorio, quienes junto a grupos animalistas, el Departamento de Sanidad Animal y la Delegación de la Agricultura, ya tiene resultados satisfactorios en cuanto a la gestión de alimentos y atención veterinaria.

Armando Madera Padrón, coordinador de Aniplant en la provincia, aseguró que han ganado terreno, pues ya lograron hacer contratos con Venegas, la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos, y con Labiofam. «Faltaría concretar alianzas con la Agroindustrial de Granos Los Palacios para garantizar, al menos, una parte de los carbohidratos».

Resalta, además, el vínculo con la UJC y los movimientos juveniles y estudiantiles, los cuales han estado presentes en todas las ferias expositivas y de adopción organizadas por la filial.

No obstante, precisa, la principal limitación está ahora en que aún no disponen de una sede, cuya solicitud ya está hecha al Gobierno provincial.

Por el momento, los animales que son atendidos en la clínica veterinaria hacen su recuperación en casas de tránsito y se dan en adopción a través de las ferias.

Entre las principales acciones de Aniplant está el vínculo constante con animalistas voluntarios, talleres de capacitación, incremento de las esterilizaciones y campañas de alimentación, de manera que el trabajo en conjunto ya tiene frutos.

Sin embargo, lo más importante sigue siendo el empeño de las personas y su voluntad para ayudar a los callejeros.

Buena voluntad

Linda Gilsa pudiera ser el ejemplo más reciente. Esta joven escritora tiene bajo su custodia a Mariposa, una perra añosa que literalmente se le pegó: «Una amiga le atendió un parto y me quedé cuidándola porque ella estaba de viaje. Desde entonces me acompaña a todas partes. Incluso, en la Feria del Libro se subió al escenario en medio de una lectura de poesías», cuenta la muchacha.

Mariposa tenía un lipoma enorme en la zona vulvo-vaginal. Gracias al apoyo de los grupos animalistas, Aniplant y la clínica veterinaria, fue operada: «La cirugía duró más de dos horas, pues requirió de una reconstrucción en esa área. Después vino la recuperación. Yo dormía en el piso y abrazada a ella para poder sentir si intentaba quitarse los puntos. Y todo ha salido bien. Creo que esto que he hecho no es más que retribuirle el amor que ella me profesa».

Ahora Mariposa, que apenas ladra, debe ser dada en adopción. Linda vive con una gata que no admite compartir su dueña ni su casa.

Madera Padrón, coordinador de la filial, reconoce que la población callejera ha aumentado: «Es lo que más nos golpea… eso y las adopciones, pues la mayoría de los perros que se rescatan de las calles son adultos y la gente siempre prefiere a los cachorros».

Sensibilizar a las personas no es una tarea sencilla. Se logra con constancia y ejemplo. En la actualidad son muchos los que colaboran con alimentos y medicamentos, o con lo que sea que puedan donar. Todo es bien recibido.

La protección de los animales no puede ni debe quedar en letra muerta porque lo estipula una ley. El bienestar animal debe ser respaldado desde la institucionalidad, pero en primera instancia depende de la buena voluntad de las personas. Esas criaturas no son callejeras porque quieren.