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Para el éxito de las proyecciones de Gobierno, el municipio es escenario decisivo

Este y otros temas fueron analizados por el miembro del Buró Político del Partido y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, como parte de un recorrido por Gibara

Autor:

Germán Veloz

GIBARA, Holguín.–«¿Qué es corregir las distorsiones? Es ver qué cosa es racional, qué se debe rectificar; es restituir la disciplina, la exigencia; corregir cosas incorrectas y hacerlo con sentido de modestia y autocrítica para avanzar; analizar qué cosa nos faltaría para producir más y ganar más, partiendo de que la vida nos ha demostrado que hay reservas por utilizar».

Así lo precisó el miembro del Buró Político del Partido y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, al intercambiar ayer con trabajadores de la hilandería Inejiro Asanuma, como parte de un recorrido por este municipio, del cual es diputado.

La aclaración, realizada tras conocer que allí lo que ganan no se corresponde con los resultados reales de la producción, dio pie para insistir en que los directivos de la industria hagan todo lo pertinente para aplicar la Resolución 87, que asegura la justa distribución de salarios.

Lograr mejorías de ese tipo, aclaró, forma parte de las proyecciones del Gobierno a todos los niveles, para eliminar las distorsiones y reimpulsar la economía.

Puntualizó que las acciones puestas en marcha están muy lejos de ser un paquete de medidas. Son en realidad, aclaró, proyecciones que se convierten en el hilo conductor del trabajo del Gobierno este año, las cuales tienen en el municipio el escenario fundamental, porque este constituye la célula viva en la que se desarrolla la vida social y económica de la población.

Gibara, dijo, es un municipio que trabaja con déficit presupuestario, es decir, gasta más de lo que ingresa, por lo que hay que inyectarle dinero para que funcione todo lo social. Para enfrentar eso, se debe ingresar más, vender más y, a la vez, reducir gastos públicos, entre ellos los asociados a la burocracia.

En ese contexto, explicó, se deben revisar las estructuras de Gobierno y activar las potencialidades productivas, sobre todo en la agricultura, con mención directa a Velasco, el otrora llamado El granero de Cuba, que no se ha recuperado, por mucho que se ha intentado hasta ahora, y eso es básico para lograr el programa de autoabastecimiento, bajo el principio de que dispondremos de lo que seamos capaces de producir.

Con respecto a la necesidad de aplicar correctamente las políticas sociales, precisó que aquí no se puede pasar por alto que existen 2 600 ancianos que viven solos.

Argumentó que las personas vulnerables no serán abandonadas, aunque se seguirá promoviendo la inserción laboral de todos los que puedan, para que generen sus propios ingresos.

Sobre las acciones para avanzar en los mecanismos que permitan pasar del subsidio de productos al subsidio de las personas, dijo que es preciso «que los que mucho tienen paguen lo que valen las cosas, y los que hoy tienen poco sigan, desde el Gobierno y el Estado, subsidiados, y que les podamos, incluso, dar más de lo que reciben hoy».

Al referirse al incremento del precio de la electricidad, para quienes gasten más de 500 kilowatts hora, detalló que, en el caso de Gibara, por ejemplo, solo hay 531 consumidores en esa situación, y que representan el 0,7 % de la población; muchos de ellos son trabajadores por cuenta propia, productores y mipymes.

Sobre los usuarios de gas licuado, acotó que existen unos 800 núcleos, algunos de los cuales podrán recibir ayuda si no lo pueden pagar, pero la preocupación mayor es extender el servicio a más personas.

«Aquí hay 35 000 residencias a las que llega el agua por acueducto, y 16 000 no tienen metrocontador. Estas últimas son a las que se les aplicará la nueva tarifa. Es decir, a 16 000 núcleos que pagan siete pesos al mes, se les subirá a cerca de 22 pesos al mes. Y en esas cifras, si hay vulnerables, van a ser protegidos».

Del incremento del precio de los combustibles y su impacto en la transportación, dijo que en el transporte público se mantiene lo mismo, y la prioridad está en recuperar y ampliar el servicio desde la empresa estatal en las ciudades, mientras que a los transportistas privados se les aplicará un pequeño incremento, para que respeten los precios a la población.

«Estas proyecciones van dirigidas a corregir, de manera gradual, las distorsiones, para ver como fortalecemos a la empresa estatal socialista, que de verdad sea eficiente.

«También procuran reordenar los diferentes actores económicos privados, contra los que no hay avalancha ni paquetes de medidas prohibitivas, pues la idea es conducirlos correctamente, apoyarlos y, a la vez, bajar hacia los municipios las facultades de aprobarlas».

Y si en algo insistió el Primer Ministro fue en la aplicación gradual de las proyecciones, a partir de un cronograma que toma en cuenta la creación de condiciones, en pos de asegurar, por un lado, la implementación eficiente, y, por otro, la atención priorizada de los sectores en situación de vulnerabilidad, con la certeza de que nadie quedará desamparado.

Las acciones, dijo, no tendrán un impacto inmediato, ni resolverán todos los problemas en el corto plazo, pero es preciso que la población comprenda que son necesarias y que nos sitúan en el camino correcto para comenzar a revertir la situación actual, con la participación de todos.

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