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El notario y su buen hacer de todas las ramas del Derecho

En constante actualización y libre de aburrimiento, así imagina su futuro como jurista el joven Iran de Jesús Hernández Castro, jefe del Departamento de Notaría de la Dirección Provincial de Justicia en Villa Clara

Autor:

Mónica Sardiña Molina

SANTA CLARA, Villa Clara.— En la encrucijada profesional del 12mo. grado, la formación en el Instituto Preuniversitario de Ciencias Exactas Ernesto Che Guevara le proponía un futuro de «números», pero Iran de Jesús Hernández Castro prefería las letras y apostó por el Derecho, seducido por la idea de adentrarse en el mundo de las leyes para entender todo lo que ignoraba.

«Aquellas aspiraciones han variado mucho, no puedo mentir. En los inicios de la carrera, al compartir con los profesores, quise dedicarme a la docencia. Luego, la vinculación con los organismos durante las prácticas me motivó más por la función judicial, y posteriormente me cautivó la rama notarial. Nunca imaginé desempeñarme como jefe del Departamento de Notaría de la Dirección Provincial de Justicia, ni siquiera estar ejerciendo como notario».

Quizá la idea resultaba impensable para el joven recién llegado a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV), pero en los sucesivos encuentros con la justicia desde el aula, emergió la preferencia por las materias relacionadas con el Derecho Civil.

«Todas las asignaturas me resultaban interesantes y me impulsaban al objetivo supremo de adquirir un conocimiento bastante completo sobre el ordenamiento jurídico del país, porque, en definitiva, el Derecho es uno solo. Sin embargo, el Derecho Civil General, Derecho Sucesorio, Derecho Familiar, Derecho Notarial y Derecho Procesal Civil fueron las que más me motivaron».

Varios profesores dejaron huellas en esa elección, tanto por la excelencia con que impartían las clases, como por su calidad humana, y la principal inspiración la halló en el Doctor Reinerio Rodríguez Corría.

«Fui su alumno ayudante y él fue mi tutor, mi profesor de Derecho Civil General y Derecho Familiar y una de las principales figuras que me impulsó a estudiar y estar actualizado en todas las materias. Tiene un conocimiento envidiable y siempre lo he visto como un ejemplo al que quiero acercarme cuanto sea posible, pero aún se torna inalcanzable, porque sigue superándose».

Todavía era estudiante cuando comenzó como asistente judicial y, una vez graduado, siguió el camino de la judicatura. De juez suplente no permanente a juez profesional titular, avanzó en el Tribunal Municipal Popular de Santa Clara, asumió la presidencia en el de Manicaragua y regresó al de provincia para desempeñarse como vicepresidente.

No perder el contacto con la práctica 

En las materias civil, familiar, laboral y mercantil se concentró su ejercicio judicial entre 2020 y 2023. Entonces, se trasladó al sector notarial. En poco más de un año pasó de especialista a jefe del departamento de Notaría de la Dirección Provincial de Justicia, y aunque el cargo consiste en orientar y controlar metodológicamente al notariado de toda Villa Clara, se desempeña también como notario de apoyo, para no perder contacto con la práctica.

«Tanto la responsabilidad judicial como la notarial son bastante atractivas, y la experiencia que adquirí en el tribunal me sirvió mucho para encarar ahora el mundo del derecho notarial.

«Una de las razones que me llevó a ser notario fue el amplio espectro de actuación. Con la legislación puesta en vigor y la que está proyectada, vemos que aumentan nuestras competencias y posibilidad de intervenir en varios asuntos.

«Cuando nos impartieron la asignatura, casi al cierre de la carrera, los profesores no decían que es corolario de todas las ramas del Derecho porque de alguna manera las involucra. Se trata de un funcionario que no pierde ni por un instante el contacto con ninguna de ellas.

«El notario es el autor de los documentos públicos, aunque la voluntad que se plasme en ellos sea la de las partes. Partiendo del carácter pacífico de su intervención, tiene que ser capaz de comunicar correctamente a las partes, para que entiendan el alcance de sus actos. Tiene que redactar correctamente el documento y tomar en cuenta toda la legislación que se vincula con esa simple manifestación de voluntad, porque detrás de ella hay todo un andamiaje.

«Esa necesidad perenne de actualizarse en materia normativa y doctrinal respecto al buen hacer —organizar mejor el trabajo y los servicios—, ese reto de superación constante, es una de las cuestiones que más me atraen de la actividad notarial».

Los retos de un notario

A tantos retos se suma el de la dirección de un departamento provincial en tiempos de actualización legislativa, la creciente demanda de encargos al notariado cubano y la confluencia generacional entre los profesionales que lidera.

«Ha sido un claro desafío, sobre todo en este contexto de actualización del ordenamiento jurídico cubano. Las iniciativas legislativas que se han promovido exigen estudio, investigación y confrontación con anteriores modos de hacer; búsqueda constante en la doctrina para ver las instituciones que existían en otros países y que nosotros de forma novedosa estamos aplicando, adaptadas al contexto cubano.

«El choque generacional con las notarias de experiencia no ha sido tan fuerte. Lo único con lo que he tenido que lidiar es con que me digan “mi niño”. Enseguida se disculpan sin ningún motivo; en definitiva, soy más joven que ellas. Existe un ambiente de respeto y no hemos tenido ningún problema.

«Hemos conformado un buen equipo, nos evacuamos dudas unos a otros, nos retroalimentamos, participamos en los procesos de consulta especializada a proyectos legislativos que han estado en marcha durante todo este período y nos mantenemos al tanto de las novedades para uniformar la práctica notarial en la provincia, porque todo eso redunda en un mejor servicio a la población. Ha requerido bastante esfuerzo, pero lo hemos sacado adelante por las excelentes relaciones que existen en el gremio, y la confianza que tienen en su departamento de Notaría».

Si bien la rutina diaria aprieta la agenda, siempre queda espacio para aspirar a más. La labor investigativa le ha abierto las puertas de eventos que han llegado a la altura de Juriscuba 2024, organizado por el Ministerio de Justicia y de convocatoria internacional. La atracción por la docencia, que experimentó como alumno ayudante, late aún en el proyecto de obtener la categoría docente para apoyar la formación en la carrera de Derecho de la UCLV, captar nuevos notarios e inspirar a abogados practicantes del Derecho Civil en toda su amplitud.

«El futuro parece bastante prometedor. Las normas proyectadas hacen que uno no tenga tiempo para aburrirse en este sector del Derecho, sobre todo si pretende ser un profesional completo, con el mayor conocimiento posible. En constante actualización y libre de aburrimiento, así me imagino mi futuro como jurista».

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