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¡Ya está el café!

Puede que no sea verdad, o no pase más allá de una simpática y ocurrente leyenda. Aun así me gustaría compartir con ustedes esta historia que por estos días gana vigencia

Autor:

JAPE

He sabido por mi amigo Onelio que ya está listo el volumen Jape vs. Martirena: 0 a 0. Impreso por la editora La luz, de Holguín. Un volumen que contiene una selección de textos de un servidor y excelentes caricaturas de Martirena. Un verdadero regalo para Melaíto y dedeté por sus 50 añitos. Con seguridad será una propuesta de la querida amiga La luz, para la habanera Feria Internacional del Libro de La Habana. No obstante, a modo de adelanto, y como invitación para cuando sea presentado, les ofrezco uno de los cuentos y caricaturas que contiene este primer alegrón editorial de 2019.

 

¡Y buena suerte, señor Gorsky!

 

«Peor para el sol, que se mete a las siete en la cuna del mar a soñar, mientras un servidor le levanta la falda a la Luna».

Joaquín Sabina

Puede que no sea verdad, o no pase más allá de una simpática y ocurrente leyenda. Aun así me gustaría compartir con ustedes esta historia que por estos días gana vigencia.

El hecho en sí tuvo como entorno un suceso inolvidable ocurrido el 20 de julio de 1969. Algunos lo dudan aún, no obstante, en los anales de la historia aparece como el día en que por primera vez el hombre, protagonizado por el cosmonauta Neil Armstrong, puso un pie en la Luna, o sea, alunizó, y todos los lunáticos murieron de envidia.

Una vez en la Luna, Armstrong dijo la célebre frase: «Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad», aunque la humanidad desde entonces ha retrocedido varios pasos. Cuentan que el recién llegado al único satélite terrestre dijo además: «Y buena suerte para usted, señor Gorsky».

Esta frase final se convirtió en un enigma, mucho más cuando, tras una profunda investigación periodísticas y científica, descubrieron que no existía ningún cosmonauta Gorsky en el programa espacial de la NASA ni en el programa espacial soviético. Tampoco en la familia de Neil ni en el círculo de sus amigos.

Los más osados preguntaron al cosmonauta y recibieron por respuesta una simple sonrisa.

Fue necesario que transcurrieran 25 largos años luego del primer paseo lunar, para que el propio Armstrong descifrara la interrogante. El 16 de julio de 1994 un joven periodista le preguntó sobre la frase  «y buena suerte para usted, señor Gorsky».

Con una sonrisa en los labios Neil Armstrong respondió: «Bueno, ya ha pasado mucho tiempo, y en virtud de que el señor Gorsky murió el invierno pasado, creo que ya puedo referirme con libertad al tema:

«Era un 5 de agosto de 1940, lo recuerdo muy bien pues celebraban en mi casa, en Wapakoneta, Ohio, mi décimo cumpleaños, y como era una tarde soleada, muchos niños jugábamos béisbol en el jardín de mi casa. Uno de los chicos pegó un imparable que voló por la cerca del vecino. Yo estaba cubriendo esa zona. Brinqué la cerca que separaban nuestras casas y busqué la pelota justo bajo la ventana del joven matrimonio de los Gorsky, una pareja sin niños que tenían cerca de 25 años de edad. Me dirigí sigiloso hasta la ventana de los Gorsky y escuché cuando la señora Gorsky, que ya me había visto brincar la cerca, le reclamaba a su esposo: ¡Sexo oral! ¡Quieres sexo oral! ¡Pues tendrás sexo oral cuando ese mocoso de los Armstrong camine sobre la Luna!».

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