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¿La televisión? Un regalo en esta etapa de mi vida

«Con cincuenta años es un privilegio descubrir que te queda mucho por aprender y que hay personas dispuestas a ayudarte en ese aprendizaje», dijo a Juventud Rebelde la actriz Yudexi de la Torre

Autor:

Iris Celia Mujica Castellón

Yudexi de la Torre es una de esas actrices que vemos un buen día en la televisión y nos hace preguntar: ¿dónde estaba? Tantos papeles que parecieron ser escritos para alguien como ella y que, por alguna razón, no alcanzaron a la talentosa bayamesa. Dueña de una interpretación magistral, aparece como Hortensia, la estricta profesora de Historia en la telenovela Entrega, y ahora regresa como Sara, una mujer mucho más desenfadada, pero con sobrados conflictos en historias de Vuelve a Mirar.

«Recibí un mensaje de Alberto Luberta, en el que me decía que, sin saber si me gustaría repetir la experiencia, había dado mi número de teléfono para una nueva propuesta.  Entonces Fiallo me llamó. Nos vimos, hablamos y sin claridad aún de cuál sería el personaje, me confirmó que integraría el elenco.

«Cuando tuve el guion en mis manos, ya sabiendo cuál era mi papel, la sorpresa fue enorme. Primero por el argumento y segundo porque mi personaje tenía un peso y trayectoria importantes».

Sara es madre de un adolescente y recientemente la exesposa de Norberto. Trabaja en su salón de belleza y llevaba una vida tranquila porque tenía un pacto «feliz» con la costumbre. Es hija de Nora, lazo del que hereda buena parte de todos sus conflictos en la trama y hasta hace muy poco, su padre había muerto en un pozo ciego.

Como suele ocurrir en esas fases tempestuosas de la vida, Sara sufre la traición marital, el divorcio, la incomprensión de su hijo, encara revelaciones y misterios del pasado de su madre y se entrega a un nuevo amor; de esos que el destino regala envuelto en papel de inconvenientes.

Con una formidable desenvoltura, Yudexi de la Torre defiende el personaje. Lo convierte en una mujer real, cercana. Convence. Detrás de su curtida y experimentada juventud, asoman las destrezas de quien no lleva tres días en el oficio.

«En Bayamo, mi lugar de residencia, he podido hacer radio, televisión y cine, siendo el teatro mi refugio permanente. Este trabajo me ha facilitado moverme a espacios como festivales, que permiten visibilizar mi trabajo».

―¿Por qué no antes en la televisión nacional?

―Podría decirte que depende de muchos factores; si pienso en lo que llamamos destino, pues diría que me tocaba justo ahora. Lo cierto es que soy una actriz que vive en provincia. Existen varios proyectos que nacen en provincia y pueden llegar a la televisión nacional. Sin embargo, en el caso de los dramatizados, específicamente la telenovela, su convocatoria no llega a todo el país. En mi caso no sé si fue tarde o temprano. Pero sí sé que voy a agradecerle eternamente a Osvaldo Doimeadiós por tenerme presente y proponerle a Luberta que yo interpretara el personaje de Hortensia en Entrega. Y claro, a Luberta por aceptar.

―En la propuesta de Fiallo vienes con un personaje muy distinto al anterior. ¿Qué papel desempeña Sara en ese entramado de historias sobre la tercera edad?

―Sara es una mujer sensible, familiar, con preceptos claros, en busca de una verdad oculta que le provocará reacciones secundarias a su vida. El mayor reto de interpretarla fue el amplio registro de emociones que debía manejar y dosificar en cada momento, y sin perder su denominador común, tratar de ser justa y sincera.

—Hemos visto en su interpretación a una mujer dulce a la que sorprenden muchas crisis; sin embargo, sobrelleva las más desfavorables situaciones con una actitud muy digna y positiva. A juicio personal, ¿dónde encuentra estas fortalezas el personaje? ¿Comparte Yudexi esta proyección de Sara ante la vida?

—Es una fortaleza de espíritu que le permite colocar las emociones adecuadamente. Ve a la familia como su mayor tesoro. Tiene un espacio que ha querido llenar por alguna que otra ausencia, como la del padre, pero sostiene una excelente relación con su mamá y eso la ayuda. Es una buena persona, es amable y educada, lo cual se traduce en sus reacciones. Tiene una inteligencia emocional que le permite enfrentar las adversidades. Y Yudexi, la persona que soy, admira y respeta ese comportamiento. Creo que la gravedad de los problemas depende mucho de la manera en que uno los asuma. Si los miras de frente, pierdes un poco el miedo y encuentras los recursos para seguir adelante. Aplaudo a las personas así.

Vuelve a mirar trae a los espectadores relatos obligados en la Cuba de hoy. En su opinión, ¿cuál es la verdadera riqueza de esta novela?

—Primeramente, dio la posibilidad de encontrar en la pantalla a actores que hace algún tiempo no veíamos. Eso se agradece por muchas razones. Es una historia que hace reflexionar y cuestionar. Para mí, su mayor riqueza es mostrar el valor indiscutible de la familia como eje central de la vida, como el único y mejor patrimonio. La familia desde las necesidades de comunicación, transparencia, complicidad, y por supuesto amor, para que sea funcional.

―Sobre la experiencia en escena con esa triada actoral de lujo (Paula Alí, Roque Moreno y Armando Valdés) qué nos puede contar…

―Por suerte en esta aventura me acompañó una familia, la de Sara, y ya también mía. Tanto dentro como fuera del rodaje me facilitó las cosas y allanó el camino haciendo que soltara todos los miedos y disfrutara aprendiendo. Paula es un ser adorable, noble, que te acuna en cada momento y hace que todo fluya. Roque fue el mejor caballero; con empatía me asistió, me cuidó y empujó cuando hizo falta. Armando, mi hijo de por vida, transgrede el espacio actoral, el rodaje y con una generosidad inimaginable me lleva a su vida real para suplir cualquier falta en materia familiar y hogareña. Todavía no encuentro la palabra justa para recompensar sus actitudes. Les pido perdonen mi insuficiencia y solo les diré ¡Gracias! Extensivas, además, a cada uno de los actores y actrices con los que trabajé, y especialmente a Ernesto Fiallo y Julio César Ramírez.

―¿Es la televisión el medio «ideal» para Yudexi de la Torre?

—Decir que la televisión es el medio idóneo para Yudexi (actriz) no sería justo. Al teatro le debo todo, mi camino, mis andares, lo aprendido, logros, sacrificios… ¿La televisión? Un regalo en esta etapa de mi vida. Con cincuenta años es un privilegio, así lo quiero ver; es descubrir que te queda mucho por aprender y que hay personas dispuestas a ayudarte en ese aprendizaje. Por supuesto, es un medio que me gusta, disfruto y desearía continuar haciendo.

―Con su interpretación en Mambo Man conquistó el premio a mejor actriz en el Festival de Cine de Cannes (2020) y también la vimos brillar en el largometraje Café amargo. ¿Qué representa el cine en su carrera artística?

―Llegué al cine gracias a la generosidad y nobleza de Rigoberto Jiménez, que apostó por cuatro actrices desconocidas, en una historia que agradeceré siempre. Un filme sobre mujeres del campo, guajiras  (como yo) que, si bien me enriqueció profesionalmente, humanamente no fue menos. El cine me fascina y me asusta. Es un medio en el que debes dominar (al menos trato) muchos factores, y poco a poco ir encontrando los recursos necesarios para seguir. Sin lugar a dudas, me abrió puertas.

―Ha tenido una carrera exitosa en Bayamo. ¿Está satisfecha?

―Desde que comencé mi vida como actriz, Bayamo me acunó, me proporcionó las vías y oportunidades para realizarme. Una siempre tiene grandes sueños o metas. Hago teatro, radio, televisión, imparto clases y pude hacer cine. Ah, que ahora tuve un espacio en la televisión nacional y eso fortalece mi trayectoria profesional, es cierto. Lo agradeceré eternamente; pero no puedo negar que mis cimientos, mi aprendizaje, mi reconocimiento por parte del público que me alimenta, lo he tenido y disfrutado desde mi Bayamo. Sin todas las personas que me apoyaron, guiaron y me acompañan todavía, nada hubiera sido posible. Entonces sí, me he sentido satisfecha. ¡Gracias a todas esas personas!

―Planes laborales más inmediatos…

―Ahora, todavía con miedos, tengo nuevamente la oportunidad de repetir la experiencia de otra telenovela bajo la dirección de Ernesto Fiallo y Julio César Ramírez. Esa experiencia me gustaría que también pudieran tenerla otros de mis colegas, sin la necesidad de cambiar de sitio.

―¿Para cuál personaje le gustaría ser convocada?

―Voy a agradecer cualquier personaje. Creo que ya es un regalo que alguien te piense y te proporcione el trabajo que disfrutas. Igual me pasa con los directores. Aunque crecí admirando a muchos, lo mismo de la televisión, el cine o el teatro, seré feliz de la mano del que me asista y esto no es demagogia, es agradecimiento para con los que he trabajado y respeto por los que seguiré admirando y con los que quizá un día trabajaré.

―Existe ese proyecto soñado en el imaginario de Yudexi de la Torre. ¿Cuál es?

―Sé que me queda mucho por aprender, por dar, por hacer. De tantos sueños que habitan en mi cabeza, el que se hace más fuerte cada día es poder trabajar con mis hijos, mi único y mejor patrimonio. Disfrutarlos en escena, acompañarlos, aprender de ellos, fortalecernos juntos. Esto cerraría un ciclo que me estoy debiendo.

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