La humanidad y las redes sociales. Autor: Adán Publicado: 02/08/2025 | 09:54 pm
Existe abundante literatura que con acercamiento humorístico o filosófico describe cuantas cosas absurdas, incluso imbéciles, ha marcado el largo camino de la humanidad. Entre muchos títulos podemos citar Una breve historia del mundo, de Ernst Gombrich, En casa, de Bill Bryson, Cómo portarse mal en la Inglaterra Isabelina, por Ruth Goodman, y para mí uno de los más auténticos e hilarantes, La decadencia y caída de prácticamente todo el mundo, de Will Cuppy.
En Cuba hemos tenido muchos autores que, desde la suave ironía o el marcado choteo, han puesto el dedo en la llaga a inverosímiles situaciones que rozan con la idiotez y se zambullen en el ridículo. Sin duda el maestro fue (y sigue siendo) el periodista y escritor Héctor Zumbado.
Pues ninguno de estos volúmenes citados ni la más auténtica crítica de Zumbado logran desplazar la galopante estupidez que inunda las redes sociales. Mejor dicho: la «inteligencia» de muchos de los «navegantes» de dicho soporte digital y de quienes a costa de ellos están haciendo dinero.
El nivel de ingenuidad o credibilidad —para llamarlos de manera consecuente— que muestra tanta gente es realmente inaudito, al punto de que, luego de algunos años de existencia de internet, nos queda claro que al menos dos tercios de la humanidad tiene bajo nivel de intelecto y el otro tercio vive a costa de ellos, con todo el respeto que merecen ambos bandos.
Un simple ejemplo: hace poco alguien me dijo que era amigo de Shakira. Le dije que no tenía idea de que él tuviera esa posibilidad sobre todo porque nunca había salido del país, ni siquiera de la cuadra, y me dijo: «Pues sí, soy su amigo junto a más de dos millones de personas que le damos like a todas sus publicaciones… Simplemente le respondí: «¡Ahhh!».
Internet se ha convertido en la Biblia de un enorme número de personas, y en Cuba ha desplazado al noticiero con creces. Antes, si no salía en el noticiero no era verdad. Ahora con que solo digas: lo vi en Facebook, es suficiente. También es cierto que nuestros informativos no ponen de su parte.
En algunos casos llega a ser muy peligroso porque el internet, ha graduado más profesionales que las casas de altos estudios de todo el mundo. Frente a la más simple duda, allá vamos a internet, que igual nos dice cómo construir un avión, un puente, una termonuclear, que los pasos a seguir en un procedimiento y qué medicina tomar ante cualquier problema de salud.
De seguir así, lo mejor será que cada adolescente, luego de terminar los estudios de enseñanza media, escoja su carrera preferida por internet. Los adultos pueden hacer lo mismo e incluso diplomarse en varias carreras. Las universidades podrían convertirse en espaciosas discotecas o interesantes museos, de cuando el hombre intentaba pensar.
Sé que algunos me tildarán de extremista y los más avezados podrían decir que soy un envidioso porque ya no tengo saldo para comprar datos y «fundir» las redes. Y no es así. Mi planteamiento se basa en hechos reales, pura vivencia, porque llevo más de un mes dando like y compartiendo cuanto letrero sale con elefantes, colibríes, budas, lingotes de oro, camiones de dinero… anunciando que en breve seré millonario y no me ha entrado ni un centavo.