HACE unos días pronosticaba que el Mundial de Taekwondo de Wuxi sería una durísima porfía para los jóvenes de la delegación cubana, y los resultados, lamentablemente, lo confirman. Un par de sorbos de té —medio amargo pero con buen aroma— se tomaron los atletas que subieron al tatami en las primeras jornadas y no avanzaron más allá de la ronda de 32.
En su primera presentación mundialista, Yoikel Daniel Goicochea mostró superioridad ante el suizo Ilir Soulimani, en la división de más de 87 kilogramos, y dominó los dos asaltos por 4-1 y 12-0. El capitalino controló el combate, y cortó el ímpetu del europeo ripostando en ocasiones. Pero en la ronda de 32 se enfrentó al iraní Arian Salimi, que lo venció por 9-0 y 7-2.
Pese al agrio sabor de la eliminación, lo positivo es que el talentoso Yoikel, monarca de los Panamericanos Junior, conoció un nivel competitivo elevado, y sabe a qué altura está la vara en su camino a consagrarse en la élite.
También Marlin Pérez (49 kg) dejó buenas sensaciones, a pesar de finalizar en el puesto 17. La cubana superó la ronda inicial, tras derrotar a la uzbeca Laylo Khasanova, y no logró ubicarse entre las 16 mejores al ceder ante la favoritísima surcoreana Hyang-gi Kim —subtitular del mundo en la edición del pasado año— en un combate que la criolla tuvo a su favor hasta el último suspiro.
Un poco discreta se mostró Tamara Robles, en 57 kg, que se fue sin victorias en el certamen del orbe. Esta vez perdió con la turca Aida Khorshidi en una pelea cerrada, con marcador de 0-0, en el primer round, y 4-3, en el segundo.
La entrega de los jóvenes taekwondocas cubanos no fue suficiente en esta ocasión; sin embargo, han dejado cierto aroma dulce por su buen nivel competitivo contra rivales más rodados y probados en torneos de envergadura. No obstante, todavía queda trayectoria para Cuba en la lid, y la próxima en salir a escena será Arlettys de la Caridad Acosta (67 kg), que se enfrentará a Mayling Wemama, de Nueva Caledonia.
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