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El clásico se tiñó de blanco

Después de una racha de cuatro clásicos seguidos con éxitos para el Barcelona, este domingo, en el primer enfrentamiento de la temporada 2025-2026, el Real Madrid se quitó la espina y tiñó de blanco el partido más esperado del año

Autor:

Rubén Darío Salazar

Un nuevo clásico irrumpía en las casas de todo el mundo este domingo. Otra vez el mundo se paraliza alrededor de un balón de fútbol. Otra vez dos equipos congregan frente a las pantallas a aficiones de todo el planeta. Real Madrid y Barcelona, la guerra de las galaxias episodio IV del 2025 por fin llega. Situaciones dispares, deseos de comerse el mundo, lesiones por uno u otro lado, rachas por mantenerse o por acabarse. Mucho en juego en solo 90 minutos.

Como en esas películas que arrancan con un aluvión de emociones, el Clásico arrancó con un ritmo de vértigo. Un penal blanco anulado en apenas el tercer minuto, seguido por un golazo de Kylian Mbappe donde el VAR volvió a decir presente por un milímetro, servían de prólogo de un juego que fue de más a mucho, mucho menos.

Fue precisamente Kiki quien en el minuto 22 logró un desmarque preciso para el primer gol de los locales, sellando un pase perfecto de Jude Bellingham. Ripostó el Barcelona con un gol de Fermin López en el minuto 38 a pase de oro de Marcus Rashford, pero sólo 5 minutos después Vinicius mandó un centro a las nubes, Militao le puso la almohada y Bellingham se encargó de entonar el Hey Jude por segundo juego consecutivo sin apenas oposición, para tomar una ventaja que no perderían hasta el minuto 90.

Parecía que el segundo tiempo nos regalaría muchos goles, pero fue solo un espejismo, pues la segunda parte se hundió en el lodo de la polémica y las suposiciones

A la tercera prueba de fuego fue la vencida para Xabi Alonso en el banquillo del Real Madrid. Aprendió de los errores cometidos en Estados Unidos contra el PSG y en el Metropolitano contra el Atlético, y logró ser más competitivo, más dominante y más completo que su rival. Apoyado principalmente en un primer tiempo, donde salió a comerse el mundo y pasó por encima del rival, 45 minutos fueron suficientes para romper la racha de 4 clásicos seguidos teñidos de blaugrana.

La parte más preocupante llegó en los minutos de cierre y después del pitazo final, cuando ambos equipos se engancharon en una tángana totalmente innecesaria, que recordó los duelos más calientes del inicio de la década del 2010 y aquella rivalidad entre Mourinho y Guardiola.

Lamine Yamal y Vinicius pasaron del show en el terreno al cruce de palabras y gestos antes de llegar al túnel de vestuarios, y hasta los jugadores lesionados que veían el juego desde las alturas tuvieron que intervenir para evitar llegar a golpes innecesarios

Por el Real Madrid destacar el regreso de Jude Bellingham después de meses entre algodones y regresos fríos. Un pase filtrado a un desmarque de Kylian Mbappe abrió la lata, y selló su clásico casi perfecto con un gol a bocajarro al borde del 45, que a la postre terminó por decantar la balanza hacia la porción merengue. Mbappe siguió a lo suyo, con un arranque de temporada de oro que lo coloca entre los mejores del mundo hoy por hoy, y Vinicius aportó la frescura por la banda que desquició a un Kounde ahogado y sin apoyo durante casi todo el partido. Juego sobresalientes de Álvaro  carreras, que eclipsó a Lamine Yamal, y gran actuación de Tchuameni y Camavinga en labores de contención en el centro del campo, aportando el equilibrio necesario ante tantas estrellas de la delantera

Por el Barcelona, disminuido tanto táctica como deportiva mente, los mayores aplausos se los lleva su arquero Scezny, enorme bajo los tres palos, apagando en más de un momento gritos de goles merengues. Desde una atajada a un remate forzado de Dean Huijsen hasta la estirada en el penal de Mbappe, el polaco evitó una goleada que podía haber sido escandalosa, sobre todo en el primer tiempo, cuando cada vez que los blancos tenían el balón olía a peligro en el Bernabeu. Del resto resaltar el gol de Fermín López, siempre cumplidor cuando recibe una oportunidad.

Los focos en lo negativo se los lleva Lamine Yamal. Partido gris de la joven estrella culé, superado todo el tiempo por su marcador. Venía de calentar el partido en un programa con famosos streamers españoles el pasado jueves, y sus palabras se volvieron un boomerang cuando no pudo consumar ni siquiera un tiro a puerta en los noventa minutos. Incapaz de soltar su magia, solo un centro fallado por Kounde frente a Courtois salido de su zurda removió a la defensa blanca. Yamal tiene mucho, demasiado talento. Ya es uno de los mejores jugadores del mundo, pero si lo que hace en el terreno lo destruye con sus palabras fuera, nunca llegará a encontrar ese techo.

El Real Madrid toma ventaja de cinco puntos con respecto al Barca en apenas 10 jornadas, y enciende una pequeña luz de emergencia en Can Barça. Han caído en 3 de los últimos cinco juegos, ganado uno con gol en el último minuto contra un equipo en descenso y solo se vio cierta tranquilidad contra el Olympiacos con un hombre de más.

Aún queda mucha temporada, pero el clásico puede ser un punto de inflexión para el futuro inmediato.

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