Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Tony, anfitrión insustituible

Autor:

JAPE

 

Puede que algunos se extrañen porque dedeté dedique parte de su página de hoy a hacer un homenaje póstumo a Antonio Pérez Santos, más conocido por Tony, en Santa Clara y en casi todos los rincones de nuestro archipiélago. Quienes lo conocieron bien saben que desde sus múltiples cargos directivos, particularmente el de presidente de la Uneac villaclareña, fue un constante defensor, promotor y colaborador de los humoristas gráficos, en especial de los integrantes de Melaíto.

No me detendré a enumerar las muchas cualidades de Tony, como artista, creador, crítico de arte… defensor, con valentía natural y argumentos irrebatibles, de lo mejor de nuestra cultura. Los medios de comunicación ya lo han comentado. Quiero hablar de algo más puntual, de su intenso trabajo, junto a otros nombres, para lograr instaurar, en el centro de la Isla, uno de los salones internacionales de humor gráfico más importantes de los que actualmente tienen lugar en Cuba, con amplia participación de creadores cubanos y colegas foráneos.

Luego de la triste noticia de su partida, reviso en mis archivos y encuentro una entrevista que le realizáramos Zardoya y yo, años atrás, con motivo de la celebración del aniversario 50 de Melaíto, y una vez más descubro la grandeza de este amigo que vio con luz larga y gran sapiencia la fuerza del humor gráfico y el inmenso potencial de creadores que poseía su querida provincia. Nos comentaba entonces:

«El humor gráfico en Santa Clara, Melaíto, ya existía mucho antes de que fuera fundada la Uneac. Había tradición de la caricatura, traída de la mano de Nelson, Pedro Méndez, entre otros. Nosotros solo tuvimos que validar este trabajo desde la cultura, desde el propio arte, situar el humor gráfico como parte de las artes plásticas, validando la jerarquía en este tipo de creación (…), tener en cuenta todas las funciones estéticas y sociales que promueve el humor. Melaíto llegó a colocarse en la vanguardia a partir de insertarse en nuevas dinámicas artísticas que rompían con criterios estéticos, rompieron con lo tradicional. La presencia de Melaíto permitió que las artes plásticas se expandieran hacia un sector más amplio de la sociedad. Aquellas figuras más renovadoras del arte y la cultura se acercaron a Melaíto».

Cuando le hablo de la importancia que ha tomado el Salón de Melaíto, a nivel nacional e internacional, con singular modestia puntualiza: «Pienso que se debe mucho a la tradición de este género en Santa Clara. Es un hecho popular. También al trabajo que ha realizado la Uneac desde muchos años atrás, en un estrecho vínculo con los caricaturistas, los humoristas gráficos. Se ha conseguido incluir a muchas instituciones en este proyecto artístico. El Salón ha crecido tanto que rebasa nuestras posibilidades técnicas de espacio, montaje, diseño de las áreas… El evento tiene, sin dudas, un notable impacto social en Santa Clara. Nos queda trabajar por mantenerlo, esa es ahora nuestra tarea mayor».

Los hechos dicen más. Es innegable la fuerza y presencia que este esperado Salón, año tras año, ha ido logrando. Es uno de los momentos más importantes que tiene lugar en el humor gráfico cubano. Una cita obligada de todos los colegas de casa e invitados. Muchos han sido los artífices que han contribuido en la creación de este paradigma para nuestros caricaturistas; no obstante, Tony siempre estará entre los más queridos y preciados organizadores de esta gesta. Un insustituible anfitrión. 

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