Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El meme

Autor:

Jorge Alberto Piñero (JAPE)

Comentar, buscar respuestas a algunas preguntas reiteradas sobre la relación del popular meme, que se reproduce a velocidades exorbitantes en las redes sociales digitales, y la legendaria caricatura, como arte preponderante en el humor gráfico, fue uno de los intercambios realizados en el 4to. Encuentro Nacional Prensa, Humor e Identidad, realizado la pasada semana.

Un panel compuesto por el caricaturista Arístides Hernández (ARES, de vasta experiencia en estas lides), Ismael Lema (director de Palante) y quien suscribe, (representando a dedeté), tuvo a su cargo tan ardua tarea, en un foro en el que ya habían disertado varios conferencistas, profesores, investigadores, realizadores, caricaturistas y creadores cubanos de memes, quienes generaron un profundo y fructífero debate.

Entrar en detalles sería complicado y extenso. Quizá lo mejor sea resumir al modo de Ares, cuando sentencia que sin dudas existen muchos puntos de contacto y diferencias entre ambos géneros humorísticos por esencia. Lo mejor es que pueden coexistir, formar parte del amplio espectro de la comunicación sin perder su particularidad e importancia como lenguaje artístico y mediático.

Si el meme es hijo de la caricatura, o si ya existieron caricaturistas que hacían memes desde siglos atrás, al parecer son «discusiones bizantinas», polémicas estériles que no llevan a consenso cuando en realidad estamos hablando el mismo idioma, por decirlo de alguna manera.

Lo realmente cierto, y así quedó demostrado en tan importante y profesional encuentro, es que el meme ya forma parte indisoluble de nuestras vidas. Se ha convertido en un poderoso termómetro de la opinión pública y la búsqueda de la noticia. Con simples herramientas de diseño, video, imagen, literatura… influye de manera concluyente sobre las audiencias, lo que devienen en una fórmula eficaz, poderosa y expedita.

Para nada el meme está exento de ingenuidad, a pesar de su marcado carácter lúdico que invita a sumar practicantes por sus constantes retos a la creación y el intelecto, aunque los haya de diferente calidad en sus facturas. El meme, inevitablemente, promueve y convoca estados de opinión y es innegable su alto impacto de comunicación e influye en todos los sectores políticos y socioculturales.

No crean que todo esto es parte de mi raciocinio, ni que ya me considero un especialista en esta vieja práctica en las redes, que llega a Cuba gracias a la morosa mejoría (sí, mejoría, aunque no lo crean) del acceso a internet con superiores sistemas de conexión.

El meme, tal como resumiera Giancarlo Medrano Pérez, realizador audiovisual y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en una excelente conferencia que sirvió de colofón al encuentro, «es la expresión y síntesis de una nueva comunicación».

Como tal es estudiada en múltiples universidades y diversos centros pedagógicos, no obstante, considero que a nivel de explotación por nuestras plataformas mediáticas es ignorado, al igual que pasa con todo lo que convoca al humor y la irreverencia, a pesar de su ya marcada eficacia como lenguaje. En ese sentido, meme y caricatura corren la misma suerte.

Ya lo he dicho en otras tribunas, y este evento ha dado luz sobre una práctica que cuenta con muchos creadores cubanos que le aportan un sello distintivo de nuestra identidad y cultura. No perdamos la oportunidad de ser parte de un acontecimiento sociocultural que trasciende nuestras fronteras. ¡Por si acaso, dedeté, ya tiene su memeté!

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