Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Un montón de estrellas para Polo

Autor:

Adianez Fernández Izquierdo

EL 5 de junio de 1955, entre las lomas de la Sierra del Rosario, en Candelaria, nació una estrella, un ser con talento innato para la música, con una voz, un talento para componer y la capacidad extraordinaria de calar en los más diversos públicos.

Se nombraba Fernando Borrego Linares, pero para Cuba y el mundo era, sencillamente, Polo Montañez, el Guajiro Natural que, de carbonero en las lomas candelarienses, saltó a los escenarios mundiales con temas contagiosos y ese don natural que lo conectaba fácilmente con los más variados públicos.

Primero con la tumbadora y luego al compás de su guitarra, Polo nos legó canciones de amor, de esperanza, de amistad, compuestas muchas de ellas desde un espacio tan seductor como la comunidad Las Terrazas, donde comenzó a residir en 1972 y dio sus
primeros pasos de manera más profesional, cantando en espacios turísticos como el hotel Moka, Rancho Curujey y el cafetal Buena Vista.

José Da Silva, propietario del sello Lusáfrica, fue de los primeros en reconocer el talento de Polo. Así llegó un contrato para grabar varios discos. Del primero, nombrado Guajiro natural, se vendieron en Colombia más de
40 000 copias, lo cual lo hizo acreedor de los discos de Oro y Platino, además de ser reconocido como el artista internacional más escuchado. 

Con 44 años ya había escrito más de 60 canciones, sin ninguna formación profesional ni conocimientos musicales. Luego del triunfo en Colombia llegó la fama en Cuba, con conciertos que superaban cualquier expectativa y un montón de seguidores en todo el país. En vida llegó a grabar dos discos con el sello Lusáfrica: Guajiro natural y Guitarra mía. En el año 2024 el grupo que lleva su nombre grabó Joyas del Guajiro, con temas inéditos de Polo.

Un fatídico accidente automovilístico en noviembre de 2002 nos privó del talento innato de este auténtico Guajiro que seducía con sus canciones. El ídolo de tantos cubanos nos abandonaba físicamente, pero como sucede con los grandes, con los que se cuelan sin buscarlo en el corazón de la gente, su música vive, y no solo en Las Terrazas, sino en los más diversos espacios, desde las versiones de cantantes de fama mundial o desde la impronta de su grupo, que no deja morir esas letras ni el recuerdo de Polo.

Volverá entonces este año, como es tradición en Las Terrazas en estos días de sus cumpleaños, el Jolgorio a Polo Montañez, un evento que ya tiene carácter internacional y que convida a artistas y público de todas las edades. Vuelve entonces su música a este espacio para recordarnos que la luz de su estrella se mantiene tan radiante como cuando el Guajiro Natural nos privilegiaba con su presencia.

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