DÍAS difíciles. Días definitorios. La gente dice. La gente hace, algunos hacen bien, muy bien; otros hacen mal, y muy mal. Otros no hacen nada. Otros solo dicen… y dicen... en su mayoría estupideces, algunas muy peligrosas.
Sin embargo, hay millones de personas que madrugan cada día, para llegar lo más temprano posible al trabajo, o no duermen porque están en sus trincheras, cuidan nuestras fronteras, atienden urgencias en los hospitales, salen con la fresca a hacer parir la tierra o a enseñar en sus aulas...
Tanta gente repartiendo amor, como esos artistas y los cine móviles, que suben las montañas a llevar lo mejor de su arte y motivar la alegría de ancianos y niños. Esos héroes anónimos que echan a andar una y otra vez las viejas centrales generadoras de electricidad, o montan los modernos paneles solares. ¡Tanta gente linda!
Esos, los agradecidos, los fidelistas y guevarianos, la ¡mayoría! nos aferramos a la Patria, a la Revolución y al Socialismo (todo en mayúsculas) que, dándonos amor, salud, educación, convirtiendo cuarteles en escuelas, vara en tierra y barrios insalubres en modernas comunidades, ríos indomables en represas, siempre esperanzas y mucha dignidad, nos salvó la independencia y la soberanía, nos hizo mejores personas.
Son días muy difíciles sí. Pero somos mayoría. Quedó demostrado recientemente. Si nos unimos todos los buenos, aunque sea para limpiar y recoger nuestras calles, ciudades, barrios y cada cuadra, viviremos en un ambiente mucho más bello y placentero. Por cierto, hay que rescatar las buenas experiencias en su nombre original, el leninista, el guevariano: «trabajo voluntario».
Seguimos luchando por lo que creemos. Que las malas lenguas, las del odio de nuestros enemigos, o las de quienes se cansaron y rindieron, no nos detengan ni mellen nuestra resistencia, nuestra seguridad en la victoria. ¡Cueste lo que cueste!
¡Qué vivan esos que hacen y hacen bien! Que sigue siendo la mejor manera de decir. (Tomado del perfil en Facebook del autor)