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Namibia, un ejemplo de estabilidad para África

Las relaciones entre la Mayor de las Antillas y Namibia son históricas, y como hemos luchado en las mismas trincheras, nuestros sacrificios y victorias son los mismos, expresó en entrevista exclusiva  a JR, Samuel Hendrik Goagoseb, embajador de esa nación en Cuba, a 30 años de la independencia de este país

Autor:

Hedelberto López Blanch

Muchos han sido los retos que tuvo que enfrentar Namibia antes y después de su independencia, ocurrida el 21 de marzo de 1990. Fueron siglos de colonizaciones alemanas, inglesas y, por último, el régimen del apartheid implantado por el ocupante sudafricano, mas al final la lucha de su pueblo pudo alzarse con la victoria.

Para conversar sobre los desafíos que ha enfrentado su país y las relaciones de amistad que ha mantenido con el pueblo y gobierno cubanos, JR entrevistó al embajador de esa nación africana en la Isla, Samuel Hendrik Goagoseb.

Al alcanzar la independencia, Namibia se encontraba dividida en tribus, el sistema del apartheid estaba institucionalizado hasta el punto de que en la educación y en todos los aspectos del desarrollo económico se reflejaba esa separación. Ese régimen había cometido muchas barbaridades, pero como no queríamos una guerra civil, sino desarrollar la paz, se adoptó una política de reconstrucción nacional, es decir, le hemos ganado a la guerra, perdonamos todas las barbaridades cometidas, pero no hemos olvidado, explicó el diplomático. 

Incluso, agregó, los soldados namibios, reclutados por los sudafricanos que lucharon contra los guerrilleros, fueron incorporados en el nuevo ejército. Además, invitamos a los sudafricanos blancos que se sentían namibios a que se quedaran en el país y ayudaran a desarrollarlo junto con nosotros. Lo más importante era la reconciliación y, de esa forma, todos los partidos se reunieron en la Asamblea Constitucional y se creó la nueva Constitución de la nación.

Significó Goagoseb que ellos eran guerrilleros, sabían tácticas de lucha, pero a partir de entonces debían gobernar un país que antes lo hacía Sudáfrica y sobre la base de la Constitución hacer leyes en las esferas económicas y sociales, establecer ministerios y toda la infraestructura del Estado. Por primera ocasión, un Gobierno elegido por el pueblo establecía esas bases.

Eso fue un logro porque la SWAPO (Organización del Pueblo de África Sudoccidental), el Partido que llevó adelante la lucha armada y ganó las elecciones, había preparado cuadros fuera del país, especialmente formados en Cuba, que desempeñaron un papel importantísimo dentro de esos ministerios y ayudaron a implementar la política del Gobierno.

Después de establecer la paz se trabajó duro para resolver las necesidades básicas de la población como la provisión de agua (80 por ciento en áreas rurales y no se disponía de ese servicio). Hoy el 89 por ciento ya tiene; se electrificó el área rural; se mejoró la salud pública, con clínicas que atienden a los habitantes.

Añadió el Embajador que para facilitar ese proceso se descentralizó el poder en los primeros tres años por regiones que podían determinar cómo utilizar sus recursos. A la par, fueron construidas escuelas, especialmente en áreas rurales donde antes no existían.

Al referirse a las relaciones entre Cuba y Namibia, enfatizó en que son históricas, fruto de la solidaridad expresada por el pueblo y Gobierno cubanos durante los años de lucha por la liberación del apartheid, y también por la admiración e inspiración que sus guerrilleros y todos los namibianos sienten por Cuba. Como hemos luchado en las mismas trincheras, nuestros sacrificios y victorias son los mismos que los de los cubanos, resaltó.

Goagoseb destacó que comprendía la enorme visión de Fidel cuando expresó que por las venas de los cubanos corría sangre africana, pues los mambises, muchos de ellos procedentes de ese continente, derrotaron a los españoles antes de que los norteamericanos les robaran la victoria.

Es admirable, dijo, que un pueblo recién liberado y con muy pocos médicos, en 1963 haya enviado a 55 galenos y personal de la salud a prestar atención a los argelinos. Ese fue el comienzo de la ayuda cubana a los pueblos africanos.

En Angola, continuó, los guerrilleros del Movimiento Popular para la Liberación (MPLA) fueron apoyados por Cuba. Cuando los sudafricanos casi estaban a las puertas de Luanda y a pedido del presidente Agostinho Neto, con insuperable coraje, un pequeño grupo de cubanos detuvo las divisiones del apartheid y en cinco meses las expulsaron del territorio angolano.

Eso, apuntó, fue una tremenda derrota para los sudafricanos y le dio un gran impulso al movimiento de liberación en Sudáfrica y Namibia. Por eso el 26 de marzo se instauró por los miembros de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC) como Día de la liberación del cono sur africano.

Desde entonces, explicó el embajador Goagoseb, tomaron fuerza las huelgas y protestas contra el apartheid, los namibios comprendieron que existía alguien que los podría proteger, y partieron hacia Angola para reforzar el movimiento de liberación.

Años después, el impacto de la derrota de los racistas en Cuito Cuanavale resultó el golpe de gracia al régimen del apartheid.

Por último, el Embajador significó que la posición de Namibia y del continente africano es clara y unánime contra el bloqueo estadounidense contra Cuba. El amor que tenemos hacia el pueblo cubano es enorme, y para nosotros ellos son nuestros mejores hermanos, concluyó.

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