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Eliminación total de armas nucleares, máxima prioridad del desarme

Interviene Canciller cubano en la Primera Reunión de Estados Parte del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, a la que asisten víctimas de los bombardeos atómicos estadounidenses sobre Japón

 

Autor:

Juventud Rebelde

VIENA, junio 21.— Supervivientes de los ataques estadounidenses con bombas atómicas a Hiroshima y Nagasaki participaron conmovidos en la inauguración de la reunión de los Estados Parte del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TNPW, por sus siglas en inglés) que se celebra en esta capital austriaca hasta el jueves 23.

La cita, en la cual intervino este martes el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, y participan más de 80 países y miembros no estatales, pretende no solo detener la proliferación de las armas atómicas, sino prohibirlas por completo en un intento por garantizar la seguridad de todos los países y personas del planeta.

El ministro Rodríguez Parrilla señaló que el Tratado que entró en vigor el 22 de enero de 2021 marcó un hito, porque por primera vez «quedó establecido en un instrumento internacional jurídicamente vinculante que las armas nucleares no son solo inhumanas, inmorales y éticamente indefendibles; sino también ilegales».

El Canciller destacó el contexto complejo en que transcurre la reunión cuando «se intensifican las guerras no convencionales, se incrementan y modernizan los armamentos y se socavan impunemente la paz y seguridad internacionales. Se debilita el multilateralismo y se erosiona la maquinaria de desarme de las Naciones Unidas».

Subrayó el absurdo de un mundo que derrocha recursos en armamentos, incluidas las armas nucleares, pero se incumplen las ayudas para el desarrollo y se polariza desproporcionadamente la riqueza, mientras millones de personas siguen siendo víctimas del hambre y la pobreza.

El gasto militar mundial sobrepasa por primera vez la cifra de dos millones de millones de dólares y solo Estados Unidos dedicó en 2021 más de 800 000 millones de dólares a la industria de la guerra.

«En vísperas del 77mo. aniversario de los criminales bombardeos atómicos que sembraron destrucción y muerte en Hiroshima y Nagasaki, nada justifica que la humanidad siga estando amenazada por la existencia de más de 13 mil armas nucleares, 3 mil 825 de las cuales están desplegadas, listas para su empleo inmediato», dijo Rodríguez Parrilla.

El Canciller cubano abogó por la eliminación total de las armas nucleares, «de forma transparente, verificable e irreversible, es y debe continuar siendo la máxima prioridad en la esfera del desarme».

«Cuba está firmemente comprometida con el desarme nuclear. El liderazgo de nuestro país en la elaboración y negociación del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares fue otra demostración de ello», apuntó al mencionar que por iniciativa de la Habana y apoyada por el Movimiento de Países No Alineados, la Asamblea General de la ONU aprobó designar el 26 de septiembre como  «Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares».

La promoción del desarme nuclear fue una de las prioridades durante la reciente presidencia cubana de la Conferencia de Desarme, posición consistente—dijo— con los principios de política exterior refrendados en la Constitución de la República, entre los cuales se establece que Cuba rechaza la existencia, proliferación o uso de armas nucleares».

Nuestro país se enorgullece de haber sido el quinto Estado en
ratificar el TNPW, que la región cuente con el mayor número de Estados Parte y que sea la primera del mundo en proclamarse como una Zona de Paz. América Latina y el Caribe han identificado como prioridad la promoción del desarme nuclear.

Abundó en que el Tratado es un importante instrumento, ya que considera que el uso de las armas nucleares es un acto contrario al Derecho Internacional y al Derecho Internacional Humanitario, y esta reunión tiene la responsabilidad de adoptar decisiones para garantizar la efectiva implementación del Tratado y su universalización.

«La delegación cubana contribuirá en todo lo posible a ese propósito», resaltó en su intervención que concluyó citando al líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz:

«El uso de las armas nucleares en una nueva guerra implicaría el fin de la Humanidad (…) Cualquier Gobierno del mundo está obligado a respetar el derecho a la vida de cualquier nación y del conjunto de todos los pueblos del planeta (…) Cuando la vida de su especie, de su pueblo y de sus seres más queridos corren semejante riesgo, nadie puede darse el lujo de ser indiferente, ni se puede perder un minuto en exigir el respeto a ese derecho; mañana sería demasiado tarde (…) En una guerra nuclear el daño colateral sería la vida de la Humanidad».

Antes del foro principal, el público escuchó los relatos de primera mano de personas que vivieron los horrores de los ataques nucleares de Estados Unidos contra Japón, reportó a su vez EuroNews.

«Una conclusión ha dejado muy claro que la bomba atómica es un arma de inhumanidad y de maldad absoluta, con la que el ser humano no puede existir y que no nos permite morir ni vivir como seres humanos», dijo Kido Suechi, superviviente de Nagasaki.

Al encuentro no acuden los nueve estados nucleares (Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte). Tampoco la mayoría de los aliados de la OTAN ni otros importantes Estados, como Japón o Corea del Sur.

En un mensaje telemático, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, manifestó que las armas nucleares son «una lacra mundial, un recordatorio mortal de la incapacidad de los países para resolver los problemas mediante el diálogo y la colaboración» y subrayó que hoy existe ese peligro al llamar la atención sobre el conflicto bélico en Ucrania en el que están involucrados Estados nucleares.

El ministro austríaco de Exteriores, Alexander Schallenberg, inauguró la conferencia con el mismo llamamiento: «Debemos eliminar las armas nucleares antes de que ellas nos eliminen a nosotros», dijo.

Aparte de 49 de los 65 países que han ratificado el tratado hasta ahora, otros 33 Estados participan en la conferencia de Viena como observadores, entre ellos, Alemania, Países Bajos, Noruega y Suecia, los tres primeros miembros de la OTAN y el cuarto un firme candidato a la admisión, que solicitó recientemente junto con Finlandia.

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