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Voces del Sur por la educación

Con la participación de la mayoría de los países integrantes del Grupo de los 77 más China se aunaron voluntades por una enseñanza inclusiva, equitativa y de calidad, durante la reunión de ministras y ministros de Educación de esta organización

Autor:

Margarita Barrios

«El intercambio entre nuestros países es hoy más necesario que nunca y el Grupo de los 77 más China (G-77 + China) enfatiza en el propósito de trabajar de manera intergubernamental en la generación de consenso y acciones, y trabajar más cerca de nuestros pueblos y de la sociedad civil», expresó el canciller Bruno Rodríguez Parrilla, al término de la Reunión de Ministros de Educación del referido grupo, que sesionó como parte del XVIII Congreso Internacional Pedagogía 2023.

El titular cubano de Relaciones Exteriores significó que «esta reunión transcurre en un contexto de crisis global, que impacta transversalmente al sector de la educación y resulta agravado por los efectos de la pandemia de COVID-19, la aplicación de medidas coercitivas unilaterales, la profundización de las desigualdades sociales y económicas, el impacto del cambio climático y el aumento de la brecha digital entre ricos y pobres.

«La aspiración de la agenda 2030 de la ONU de no dejar a nadie atrás está muy lejos de cumplirse, pues 751 millones de jóvenes y adultos son analfabetos —dos tercios de ellos mujeres— 258 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar, el 70 por ciento de los países pueden destinar menos del cuatro por ciento de su PIB a la educación, al tiempo que se profundizan las brechas en los sistemas educativos entre países pobres y ricos.

«Por ello, el amplio y representativo universo de naciones que conforman esta organización trabajará por el acceso universal a una educación inclusiva, equitativa y de calidad, a lo largo de toda la vida, como un derecho humano elemental para todos», destacó Rodríguez Parrilla.

Una declaración final de la reunión donde se expresan los compromisos de las naciones participantes fue aprobada por unanimidad, y destaca que la educación es un derecho humano fundamental y la base para consolidar la paz, el desarrollo sostenible y la justicia social.

El documento, leído por Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación de Cuba, puntualiza que es urgente lograr una verdadera transformación que permita dar cumplimiento al compromiso internacionalmente adoptado en torno al objetivo de desarrollo sostenible número cuatro, e impulsar la recuperación educativa a partir de la pandemia de la COVID-19 y la resiliencia de los sistemas educativos.

En nueve puntos, el texto propone crear recursos educativos abiertos, promover la cooperación Sur-Sur, realizar investigaciones en la búsqueda de mejores prácticas,  así como propiciar alianzas estratégicas que permitan superar los actuales retos y prepararse para otros del futuro. Igualmente resalta que los participantes confían en que este encuentro siente pautas para su accionar en estos tiempos de enormes desafíos y les permita avanzar hacia la realización de las legítimas aspiraciones de desarrollo.

También realizó una intervención especial en el encuentro Stefania Giannini, subdirectora general de Educación de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), quien hizo un llamamiento a realizar un movimiento global que utilice al Grupo de los G-77 + China, para crear compromisos de cooperación internacionales a partir de las realidades nacionales.

Desde las más diversas realidades

Proyectos educativos como los que llevan adelante la República Bolivariana de Venezuela, Argentina, Paraguay o República Dominicana; otros que resurgen a partir de cambios políticos recientes, como el que desarrolla Honduras, así como en países marcados por los conflictos bélicos como Palestina y Siria, fueron algunas de las más de 50 experiencias expuestas durante el panel organizado por ministros y otros directivos de esas naciones.

El cambio climático, las heridas no sanadas aún por el aislamiento provocado por la pandemia de la COVID-19, la pobreza, desigualdad, falta de maestros y sectores discriminados —entre ellos quienes requieren de atenciones educativas especiales— fueron expuestos por los participantes.

También más de una vez se escuchó el agradecimiento a Cuba por su entrega desinteresada, por ejemplo, en el programa de alfabetización Yo, sí puedo, así como el asesoramiento a maestros y profesores para elevar los niveles educativos en diversas partes del mundo.

Punto fundamental en las exposiciones fue la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en la escuela, a las cuales tuvieron que recurrir con valentía los maestros ante los retos impuestos por la COVID-19, aunque en muchos casos no estaban preparados para ello, y con la desventaja social que implica que todos no tienen acceso por igual.

Sin embargo, y a pesar de las dificultades, puede afirmarse que el deseo de trabajar y el optimismo marcado por el camino de la solidaridad fueron guía de los discursos que ocuparon una larga jornada de trabajo en pos del desarrollo educacional de los más necesitados.

En el encuentro estuvieron también Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro de Cuba; José Ramón Saborido Loidi, titular de Educación Superior; Anayansi Rodríguez Camejo, viceministra de Relaciones Exteriores, y Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la Unesco en Chile.

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