Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Brindar, ¿por qué?

Autor:

Luis Raúl Vázquez Muñoz

Con el permiso de todos y que nadie se ponga bravo, pero hoy venimos a brindar. A levantar lo que se tenga a mano (ron bueno o del malo, vino tino o con estilo a vinagre, lo que sea) por el año que se va y por el que viene. Y usted, que de seguro se encuentra en apagón o se ha pasado los días sacando más cuentas que Albert Einstein para ver si la cosa alcanza para una comida decente, se preguntará si uno se ha vuelto cínico o está loco.

Brindar por qué y para qué, pensará con todas sus razones, antes las cuales este servidor inclina la cabeza con respeto. Celebrar qué, con tantos apagones, con tantos precios altos, con tan poco salario, con tantas inundaciones y casas destruidas por ese huracán que le dio por venir para acá, como si lo que ya teníamos fuera poco. Celebrar qué con tantos mosquitos y dolores en las articulaciones. Qué voy a celebrar, te dirán, si en la mesa hay una o varias sillas vacías por alguien que se fue.

Pero sí, hay que brindar. Hay que levantar el brazo sin alardes, sin fanfarrias y con respeto por muchas cosas. Voy a brindar por ese hombre que allá en oriente, con un río medio crecido, se lanzó a nadar contra la corriente para ver a las autoridades del país y decirle que en la otra orilla estaba su gente incomunicada, y que ellos no abandonaban a nadie.

Voy a brindar, aunque usted no lo crea, por esos pilotos, muchos de ellos jóvenes y que pueden ser sus hijos o sus hermanos, que volaron raspando las lomas de la Sierra Maestra, envueltos en las nubes y las tormentas, para salvar vidas en medio de las inundaciones del huracán. Y lo hicieron, sépanlo bien, por convicción. Por el sentido del deber. Porque había que hacerlo y punto.

Vamos a brindar, lo invito, por esos eléctricos que se rompen las manos reparando lo que queda de las plantas eléctricas. Por esos que se meten dentro de las tuberías de las calderas, tragando en seco, soportando una temperatura de infiernos y que los pone a punto de desmayo, y aguantan todo eso para que nos llegue un poco de luz.

Brindemos por esos médicos, por el personal de enfermería, por los técnicos de la Salud, que salvan vidas sin medicamentos. Que viven el dolor de recetar sin medicinas, pero lo hacen porque saben que detrás de sus indicaciones hay algo que se llama respeto al ser humano. Y ahí están, al igual que los maestros y profesores universitarios, sacando de donde no hay y hasta gastándose casi su salario para ir a dar clases. Ante esa valentía callada, lo menos que podemos hacer es eso: respetar.

Vamos a brindar, sí, por los ingenieros, los laboratoristas, los investigadores, los transportistas que ayudan a las ancianas más necesitadas. Vamos a recordar a esos viejitos que andan por la calle pidiendo ayuda, y cuando no se la puedes dar, porque tú tampoco tienes, enseñan una sonrisa y te dan las bendiciones. Vamos a brindar para no olvidarnos que tenemos con ellos una deuda; porque si nosotros tenemos algo en la vida es porque ellos lo hicieron posible.

Brindemos por los jóvenes, a quienes tocó una realidad que no se soñó para ellos y la asumen con dignidad. Por los muchachos que piensan primero en sus familias y no en ellos. Los que respetan y trabajan. Los que sufren callados porque tienen que posponer sueños y ponerse a trabajar. Brindemos por esos que te valoran por lo que eres y no por lo que tienes. Brindemos, porque ahí hay esperanzas de un país mejor.

Vamos a recordar a esos cuentapropistas que se las ingenian y te ayudan, no a los otros, los que quieren lucrar con tus necesidades. Vamos a pensar en esos campesinos, privados o trabajadores estatales, que sacan de donde no tienen para que la tierra dé. Vamos a pensar en esa recepcionista que te atiende con decoro, y vamos a olvidarnos, porque se lo merecen, de quienes te maltratan o aceptan sobornos, y los que han convertido a la burocracia en un modo de vida.

Vamos a brindar por el dirigente honesto, ese que siente suyo de verdad el dolor de la gente y no posa para las fotos. Ese que va al trabajo voluntario, y toma agua de la llave. Vamos a brindar por los que se van y se llevan al país dentro, y vamos a brindar por los que se quedan, pudiendo irse, que son muchos y casi nadie los menciona. Vamos a brindar por algo más grande que todos nosotros juntos. Vamos a brindar por Cuba.

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