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Starlink ya es un hecho y los operadores están preocupados

El proyecto de servicio de internet satelital creado por Elon Musk da sus primeros pasos y muestra resultados alentadores, algo que preocupa a las operadoras tradicionales y abre interrogantes sobre el futuro del firmamento terrestre

Autor:

Yurisander Guevara

Elon Musk ha sido reconocido por ser un empresario con visiones futuristas, y sus ideas no pocas veces son objeto de, cuando menos, escepticismo.

Sin embargo, con éxitos como los autos Tesla o las naves espaciales reutilizables de SpaceX, los planes del sudafricano residente en Estados Unidos comienzan a ser tomados más en serio. Ese es el caso de Starlink, el programa impulsado por Musk para hacer que el internet satelital sea, de una vez, confiable.

La transmisión de datos a través de satélites siempre ha tenido un hándicap: es más lenta que cuando se realiza en tierra. Sin embargo, Starlink es un servicio que está decidido a cambiar esa realidad, y a juzgar por los resultados filtrados en los últimos días, parece que va bien en serio.

Explicado de forma breve, Starlink es una red de satélites que operan a baja altura, los cuales brindan servicios de conectividad a internet a alta velocidad y baja latencia. La empresa ya ha realizado 17 lanzamientos para poner más de mil satélites en órbita, cuatro de ellos en lo que va de 2021. El plan para la primera fase es poner en el cielo 1 440 satélites.

Usuarios complacidos

En octubre de 2020 Starlink abrió un programa para probar el servicio, llamado Better Than Nothing Beta. En el mundo tecnológico, los programas beta son por lo general versiones avanzadas de su forma final, lo cual indica que están a un paso de poder presentar el producto definitivo —aunque no siempre ocurre, pues Gmail, por ejemplo, estuvo en beta varios años—.

Quienes se apuntaron a esta beta, por el momento disponible solo en zonas rurales de Estados Unidos, tuvieron que abonar 500 dólares por el kit de instalación del servicio, y deben pagar 99 dólares mensuales por el acceso, según un reporte de ADSL Zone.

A pesar de que este es un precio alto para la media de los operadores terrestres, en las zonas rurales de Estados Unidos existen todavía no pocas personas que navegan a 56 Kbps. Y los resultados filtrados —se suponía que los usuarios de Starlink no podían revelar nada como parte del contrato— indican que mejoraron de forma sustancial.

En Reddit aparecieron publicaciones la pasada semana que mostraron velocidades de más de 100 Mbps en descarga, y sobre 30 Mbps en subida. La Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), entidad que otorga a los operadores ayudas para mejorar su infraestructura, exige que la conectividad mínima sea de 100 Mbps de bajada, 20 Mbps de subida, menos de cien milisegundos (ms) de latencia, y permitir un tráfico de datos de al menos dos terabytes al mes. 

Hasta el momento, la latencia, principal problema del internet satelital con incrementos de hasta 600 ms, en Starlink se ha mostrado con un promedio de 31 ms. Este es el estándar que alcanzan muchas conexiones terrestres en las actuales redes 4G de datos.

Es por eso que Musk ha dicho que quiere convertir a SpaceX en una operadora más de comunicaciones, ya que confía en el éxito de su servicio Starlink.

 Una nave transporta un «tren» de satélites de Starlink.

Operadores preocupados

Reportes de prensa indican que ya varios lobbies en favor de pequeños operadores han pedido a la FCC que investiguen si SpaceX puede cumplir lo prometido en velocidad y cobertura, y solicitan que se bloquee el acceso de la empresa a ayudas del Gobierno.

Sin embargo, Elon Musk ha explicado con anterioridad que su intención no es competir con nadie. «Starlink no es una amenaza para las operadoras. De hecho, será una ayuda para las operadoras porque dará servicio a clientes a los que las operadoras ya tienen problemas para darles ese servicio con líneas terrestres de teléfono o incluso con antenas de telefonía», dijo durante el evento Satellite 2020 a inicios del pasado año.

De hecho, apuntó Musk entonces, Starlink no está pensado para grandes núcleos urbanos. Aunque asegura que los usuarios podrán disfrutar del ancho de banda necesario para ver películas en alta definición o jugar a videojuegos sin problemas, no será una conexión idónea para todos los escenarios.

Para Musk, «el reto para algo que está basado en el espacio es que el tamaño de la célula es gigante... no es buena para situaciones de alta densidad. Tenemos un pequeño número de clientes en Los Ángeles, pero no podemos dar servicios a muchos clientes en Los Ángeles porque el ancho de banda disponible por celda no es los suficientemente grande», detalló.

Un cielo diferente

Algunas personas ya han mostrado preocupación por este nuevo sistema de comunicaciones y su impacto. En un video publicado por un astrónomo aficionado holandés, en mayo de 2019, se puede observar el paso de uno de los grupos de satélites de Starlink por el cielo nocturno. Parece un tren volando.

Cees Bassa, astrónomo del Instituto Holandés de Radioastronomía, dijo a The Guardian que una vez que los primeros 1 400 satélites estén en el espacio habrá como mínimo 15 de ellos siempre visibles durante las tres o cuatro horas después del anochecer y antes del amanecer.

El científico argumentó que al estar los satélites más altos que la superficie de la Tierra, el sol se seguirá reflejando en ellos durante ese tiempo. Eso significa que en verano habrá noches en las que se verán satélites en todo momento. Cuando tengamos 12 000 satélites, la cifra ascenderá a entre 70 y 100 satélites por noche. Aunque no ha especificado un margen de tiempo, SpaceX pretende poner en órbita unos 47 000 de estos aparatos.

Y SpaceX no está sola. Empresas como Amazon, OneWeb, Samsung, Boeing, Astrome Technologies o Commsat Technology Development ya tienen proyectos en marcha y otras tantas están en desarrollo. En pocos años, decenas de miles de satélites recorrerán el cielo. Y el firmamento es patrimonio de todos, al menos hasta ahora.

Musk, por su parte, ha asegurado que pretenden instalar materiales en los satélites que no reflejen la luz del astro rey y sean invisibles, pero a juzgar por los resultados inmediatos, no se cumple ese propósito del todo.

 

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