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Tanto esperar para repetir el trámite

KAREL Ernesto Acevedo (Calle Principal No. 21, Consejo Popular Redención, Minas, provincia de Camagüey) relata que su mamá, Élcida Acevedo, lleva más de seis meses tramitando infructuosamente una solicitud de certificación de nacimiento en el Registro Civil de esa localidad.

En julio de 2018, la señora solicitó ese documento. Y luego de esperar el tiempo correspondiente para recogerlo, le informaron allí que se le solicitó al municipio de Nuevitas, por lo cual tardaba un poco más de lo normal.

 Insistió la solicitante por seis meses consecutivos, y la respuesta era que la certificación no estaba lista todavía. «Obligaban a una señora mayor, que tenía que viajar desde Redención a Minas, 15 kilómetros, a hacer una cola de largas horas, solo para darle como respuesta: No está todavía, venga la próxima semana», enfatiza.

Las semanas se convirtieron en meses; hasta que en enero de 2019, señala, le dijeron que no aparece solicitud alguna a su nombre, y debe volver a hacer todo el trámite.

«¿Qué tipo de personal hay en ciertas instituciones, que  se dedica a dar servicios pésimos; servicios que, por cierto, se pagan y no son favores. No se puede permitir que hechos como este sigan ocurriendo; y que, como siempre, el perjudicado sea el cliente», concluye Karel.

¿Qué hacen?

Niurka Royo Gil (Camino del Dajao No.22, Boniato, Santiago de Cuba) no concibe que quienes laboran en documentos oficiales de los ciudadanos sean chapuceros, al extremo de cambiar letras de los nombres o apellidos.

Y cuenta que cuando recogió en Vivienda su licencia de construcción, la cual se hace con el carné de identidad de la persona, le habían puesto de apellido Rayo en vez de Royo. Y cuando nació su nieto, al inscribirlo con el nombre de Ramsés, le cambiaron la eme por la ene: Ransés.

«¿Cuántos trámites tiene que hacer después el ciudadano para subsanar esos errores, y cuánto debe volver a pagar?», concluye Niurka.

Respondió el mismo día de publicarse

Si critico a los morosos en responder quejas, hasta demorar meses y meses, hoy elogio un hecho inédito en esta columna: el ingeniero Julio C. Amores Hernández, director general de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado (EAAL) de Villa Clara, respondió el mismo día 11 de enero en que se publicó aquí la denuncia de Yusimí Rodríguez León, vecina de la ciudad de Santa Clara.

Yusimí, residente en San Pedro 164, entre Martí y Julio Jover, en la capital villaclareña, alertó aquí que hace más de diez años no hay agua en su barrio, mientras en otros de Santa Clara corre como río desbocado. Y cuando corresponde el ciclo de suministro allí, cada cuatro días, solo pocas viviendas pueden acceder, pues los «aventajados» tienen unos artilugios, adquiridos en el mercado privado a 5 000 y 6 000 pesos, que halan en vacío el agua.

Añadía la santaclareña que quienes no poseen tales ventajas se servían de una llave pública para llenar a cubo limpio sus respectivos tanques. Pero ya hacía más de seis meses que tampoco llegaba el agua hasta allí.

El problema lo conocen a todos los niveles en la ciudad, afirmaba, e incluso sale en todas las reuniones de rendición de cuenta del delegado, quien, a su vez, es vicepresidente del Gobierno municipal. Y no se ha resuelto; solo palabras que se lleva el viento, enfatizaba.

 Así, responde Amores que la EAAL tiene ese asunto identificado e incluido en su banco de problemas pendientes de solución. Hoy el abasto allí está afectado por la depresión que sufre el sistema Hanabanilla, que abastece esa zona, y cuenta con una bomba de menos desde hace varios días, pues esta se encuentra en reparación en los talleres nacionales. Además, las redes de distribución están muy deterioradas por obsolescencia.

Añade que la Empresa de Proyectos Hidráulicos, de conjunto con la Delegación provincial del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la EAAL de Villa Clara, han trabajado en el estudio para la posible solución. En tal sentido coinciden en la necesidad de una nueva conexión a una conductora cercana a la INPUD, y en la reparación y/o sustitución de válvulas, como se hizo en los repartos El Carmen, La Subplanta y Dobarganes, que presentaban igual o peor situación.

Refiere también que, hasta tanto se resuelva la situación, a ese sitio hace varios meses se envían carros-cisterna, en coordinación con el delegado de la circunscripción, que a su vez es vicepresidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular.

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