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Ciencia para la defensa

Las FAR obtuvo en el pasado año alrededor de 200 resultados científicos que contribuyen a una mayor preparación y disposición combativa de las tropas, y que tienen un alto impacto en la economía nacional

Autor:

Patricia Cáceres

El año 2013 fue sin duda fructífero para los hombres y mujeres de ciencia que entregan su talento en los centros de investigación, instituciones docentes de nivel superior, hospitales militares y otras unidades de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR).

Ingenieros, licenciados, principiantes y doctores consagrados dieron lo mejor de sí para encontrar soluciones atinadas y oportunas ante los problemas en materia de defensa; ya fuese en la modernización de la técnica y el perfeccionamiento de la disposición combativa, o en la rama de la agricultura, las ciencias sociales y la economía.

«El sistema de ciencia de las FAR, encargado de garantizar la modernización y desarrollo de la misma, obtuvo en el pasado año alrededor de 200 resultados científicos que redundan en la mayor preparación y disposición combativa del personal y las tropas, pero también con un alto impacto en la esfera económica nacional», declaró a la prensa el teniente coronel Anselmo Breto Vázquez, Doctor en Ciencias Técnicas y director de Ciencia e Innovación Tecnológica de la Unión de la Industria Militar.

«Para nosotros ha sido un año muy satisfactorio. Logramos una permanente integración con las entidades de la economía nacional y con todas las universidades del país. Trabajamos muy vinculados con el Ministerio de Industria en el desarrollo del plástico, con el Ministerio de la Construcción para potenciar el sistema nacional de vivienda, y con el Ministerio del Transporte para la obtención de nuevos modelos de vehículos, entre otros casos», explicó Breto Vázquez.

Asomo a los logros

La joven teniente Yohana García Morales, ingeniera informática del Centro de Investigaciones y Desarrollo Naval de la Unión de la Industria Militar, es una de las científicas con resultados destacados en las Fuerzas Armadas.

Ella, junto a un equipo de investigadores, participó en el desarrollo de DADIVA, un software de adquisición de datos y control que, entre otras tareas, permite monitorear sistemas y procesos industriales, así como almacenar los registros de los mismos.

«Este software se utiliza, por ejemplo, en nuestros buques. Los operadores de la embarcación pueden saber en tiempo real las revoluciones y presiones del motor, si aumenta o disminuye la temperatura, la velocidad a la que navega el barco… y es capaz de avisar si algo funciona mal. A la vez, toda esa información queda registrada», aseveró Yohana.

Al decir de su colega, el investigador y capitán Brayan Rodríguez Rueda, una de las ventajas es que los códigos fuente, el hardware que se instala y demás componentes de esta tecnología son de producción nacional.

«Un sistema de ese tipo en cualquier lugar del mundo cuesta millones. Pero además, no eres dueño del software, no puedes hacerle modificaciones ni actualizarlo a no ser que le pagues al fabricante. Por eso es una ventaja que DADIVA sea totalmente nuestro, puntualizó Brayan.

Del mismo modo, el Grupo Empresarial Geocuba ha trabajado en el ámbito de la teledetección o percepción remota, que es la especialidad encargada de obtener información de objetos, áreas o fenómenos sobre la superficie mediante la captura, tratamiento y análisis de imágenes digitales.

«Dado que la teledetección posibilita el acceso a información de extensas áreas, sirve de base para tomar decisiones en la gestión y el ordenamiento territorial, el monitoreo de los recursos naturales, la agricultura, la meteorología y para la elaboración de cartografía en general», afirmó la ingeniera aerogeodesta Dayamit Ojeda Martínez, máster en Ciencias Geomáticas.

Según la experta, Geocuba cuenta con estaciones de recepción y procesamiento de imágenes, para los estudios topográficos y temáticos. Además, dispone de vehículos aéreos no tripulados, orientados principalmente al monitoreo, los estudios agrícolas y la confección de cartografía a gran escala, con el empleo de cámaras fotográficas ópticas y de termovisión infrarroja.

Los principales resultados científicos se han materializado en la cartografía a pequeñas y grandes escalas, mapas de cobertura forestal en La Habana, aplicaciones cartográficas en la agricultura, el seguimiento de obras constructivas, así como estudios termográficos en diferentes industrias, añadió.

La investigadora Sandra Haydée González García, ingeniera aerofotogeodesta del mismo grupo empresarial, ha trabajado en el desarrollo de metodologías para implementar el uso en Cuba de un escáner láser 3D. Esta herramienta combina de forma inteligente y práctica las aplicaciones de la topografía y la fotogrametría, para levantamientos de mapas tridimensionales de objetos y escenarios.

«Ubicada en diversos soportes sobre tierra o aerotransportados, este escáner ha revolucionado la forma de medir y de procesar los resultados de los levantamientos, indicó González García.

«Tiene usos en la ingeniería civil para el estudio de la verticalidad de las obras, de las estructuras, los puentes, los túneles y galerías, tanto desde el punto de vista de inspección cualitativa como para monitorearlas, así como para proyección y documentación métrica del patrimonio», concluyó la experta.

La aplicación en las Fuerzas Armadas de una acertada política científica permite mostrar hoy significativos resultados en la esfera de la defensa, las ciencias naturales, la salud, la educación y en el bienestar del hombre.

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