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La norma jurídica de bienestar animal propuesta en Cuba tiene un enfoque cultural y educativo, pero su efectividad depende de la responsabilidad colectiva

Autor:

Marianela Martín González

«¿Hasta cuándo…?», la pregunta se repite en los diálogos diarios de quienes habitamos Cuba, cuando vemos los rostros hambrientos y sedientos de perros y gatos abandonados en las calles, o cuando la mirada cansada de un caballo nos estruja el corazón y nos recuerda que ellos también sienten.

Por suerte, ese «hasta cuándo» que más de una vez nos ha perturbado encontró límites. Felizmente nos lo confirmaron autoridades jurídicas del Ministerio de la Agricultura (Minag), organismo de la Administración Central del Estado encargado de proponer la política de bienestar animal en el país.

«El próximo noviembre debe estar elaborado todo el compendio y las normas que implementen la política de bienestar animal», expresó con firmeza la joven jurista del Minag Yisell Socorro Cedeño, quien explicó que están proponiendo una norma y que, según la jerarquía jurídica, corresponde a un decreto-ley.

«En sus acápites la norma tendrá un enfoque cultural y educativo, porque lo que se persigue es fomentar desde las edades tempranas esa vocación animalista, la cultura del respeto a los animales, de la protección y respeto de esa interface hombre, animal y medio ambiente. Queremos que esa cultura sea parte de la conciencia de nuestros niños que serán el relevo de la sociedad futura», aseguró Socorro Cedeño.

Feliz porque así sea, se mostró la doctora María Gloria Vidal Rivalta, presidenta del Comité Nacional de Bienestar Animal en Cuba, quien calificó la llegada de ese momento como uno de los acontecimientos más importantes para su vida profesional y personal. Y aseguró que tendremos una sociedad mucho más martiana si cumplimos con lo que postula.

Además, reflexionó sobre la responsabilidad colectiva relacionada con el cuidado de los animales: «Pienso que todavía es insuficiente la divulgación que tiene que ver con el bienestar animal como ciencia. Los medios pudieran ayudarnos más en la comunicación sobre este tema. Igualmente las organizaciones sociales pueden contribuir a nivel de barrio, que es donde concretamente se dan los problemas fundamentales con los animales».

Según Vidal Rivalta, desde 2000 se trabaja en el país en el desarrollo del bienestar animal por iniciativa de los profesionales veterinarios, la Asociación Cubana de Medicina Veterinaria y la Dirección de Sanidad Animal, a través del Comité Nacional de Bienestar Animal de Cuba.

«Se establecieron vínculos con la Asociación Nacional para la Protección de Animales y Plantas y con otras organizaciones de la sociedad civil, reconocidas por el Ministerio de Justicia, relacionadas con animales, con instituciones afines, con los medios de comunicación, con estudiantes de diferentes enseñanzas y con la población», puntualizó.

Desde entonces —expresó— han estado siguiendo todas las normativas. La Organización Mundial de Sanidad Animal ha dictado 14 normas internacionales y Cuba las ha contemplado e incluido en la norma jurídica que se está proponiendo.

Vidal Rivalta afirmó que se trata de una propuesta seria, abarcadora y amplia, que posibilitará el bienestar de todas las categorías de animales; entre ellos, los domésticos, de trabajo, productivos, los acuáticos productivos, los de exhibición, y los que se emplean en las investigaciones biomédicas.

«También tiene que ver con la comercialización de animales dentro y fuera del país. Hemos propuesto un cuerpo de contravenciones que no sabemos cómo  quedarán, pero se ha trabajado en la propuesta que garantice que las negligencias y actos de crueldad contra los animales se minimicen», aseveró.

La especialista comentó sobre el grupo temporal de trabajo creado para la confección de la política y su Decreto-Ley, el cual está formado por casi 50 integrantes, entre ellos, miembros de las principales entidades  que tienen la responsabilidad de garantizar la integridad de los animales en la Isla. También hay estudiantes y profesores universitarios que investigan sobre el bienestar de las distintas especies.

«De conjunto hemos realizado, a través de diferentes métodos y vías, un diagnóstico de los problemas que afectan la calidad de vida, la salud y el bienestar de las diferentes especies. Entre los más apremiantes se encuentra la dispersión y desactualización de las normas jurídicas vigentes, que abordan este tema indirectamente», precisó.

Igualmente, argumentó que el diagnóstico alude al maltrato físico y mental por parte de los tenentes de animales, la tenencia irresponsable y abandono de animales afectivos por parte de la población, el maltrato físico a bovinos, équidos y otros animales de trabajo. También pone sus miras en maltratos ocasionados por visitantes a los animales expuestos en zoológicos y acuarios; la captura, caza, pesca y comercialización ilícita de animales de fauna, que incluye especies amenazadas, así como en comercialización ilícita de mascotas y animales de laboratorio empleados como afectivos; y la falta de conocimientos y cultura general de la población sobre el manejo de los animales.

Garantizar bienestar animal

Aunque la comunidad animalista cubana desde hace mucho tiempo viene advirtiendo que cada minuto sin poner coto al maltrato cuesta numerosas vidas, Yisell Socorro Cedeño estimó que el asunto es una prioridad para el país.

«Hay un cronograma legislativo aprobado por la Asamblea Nacional del Poder Popular, el cual tiene como objetivo establecer el orden en la producción normativa nacional. Las inherentes al bienestar animal como atención a un reclamo social y a la sensibilidad del tema se prevén para noviembre de 2020», subrayó.

Aseguró que para esa producción normativa se revisaron la legislación nacional e internacional respecto a los animales, así como el proceso de consulta popular del Proyecto de Constitución de la República, donde se generaron múltiples opiniones sobre la protección y cuidado de los animales.

«La Carta Magna refleja en su artículo 90, inciso j, que es un deber de todo ciudadano cubano, “proteger la fauna y velar por la conservación de un medio ambiente sano”, lo que incluye la responsabilidad en la protección y bienestar de los animales», enfatizó.

La jurista detalló que, tanto la política de bienestar animal como el marco normativo que la implementará, obedecen a dos causas fundamentales, entre estas, la necesidad de llevar la realidad cubana a un marco regulatorio específico para garantizar el bienestar animal.

«Me detengo en el término bienestar animal, porque creo que es muy importante transmitirle a la población por qué bienestar y no protección. Y es que bienestar tiene un alcance más amplio y se refiere tanto al estado físico como mental que tiene el animal en relación con el medio donde vive hasta que muere.

«La segunda causa responde a que no existía una norma específica para el bienestar animal. Hay una política de Sanidad Animal que contiene normas que la refrendan. Algunas están relacionadas con el bienestar animal, con la actividad de los médicos veterinarios y con las clínicas veterinarias», señaló.

Precisó que la política y el marco legislativo que aprobarán será una norma de desarrollo de la Constitución, porque para su aprobación se ha tenido en cuenta el reclamo popular de contar con una norma específica para el bienestar, cuidado y protección de los animales, así como establecer un tratamiento sancionador a aquellas personas que vulneren la integridad física y mental de los animales.

«Estamos utilizando el derecho comparado y tratando de atemperar a la realidad cubana todas las regulaciones sobre el bienestar animal. Hemos estudiado cómo en el escenario mundial se ha regulado este tema y tomaremos como referentes las legislaciones más progresistas y más beneficiosas que tengan un alcance integrador hacia todo el tema del bienestar animal y de las regulaciones para lograr el buen comportamiento de las personas», acotó Socorro Cedeño, quien aclaró que con igual profundidad se ha tenido en cuenta cómo hacer una norma que combata las contravenciones, la cual ha valorado el tratamiento inadecuado como una figura delictiva.

De igual manera, la especialista resaltó que cada uno de los principios de política propuestos responden a premisas fundamentales, las cuales van a reflejar asuntos que son prioridad para el Estado; entre estas, la conservación de la diversidad biológica, el fomento de la cultura general e integral de la población, incluyendo el conocimiento, los valores éticos, la forma de conciencia, y el respeto a los animales; y como último aspecto —y no menos importante—, la necesidad de evitar malos tratos, abuso y crueldad a los animales que son seres sensibles, que experimentan dolor y placer, y que forman parte de la relación hombre-medio ambiente-animales.

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