Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La promesa cumplida de Juan Ríos

Cuba es campeona del softbol centrocaribeño a 20 años de haber obtenido su última corona

Autor:

Yurisander Guevara

BARRANQUILLA.— «¡Vamos Lamote, pégale tú que atrás le doy yo!», gritó Juan Ríos. Es de noche en Barranquilla y en el quinto inning Cuba pierde por una carrera ante Venezuela. Se juega la final del softbol de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en el estadio Pequeñas Ligas, que resulta chico para el interés suscitado por el partido.

En la entrada anterior el torpedero morocho Yeider Chirinos ha desaparecido la bola verde por el jardín izquierdo. Ahora Cuba, que ha dejado hasta la quinta entrada a varios hombres en base, puede empatar… o remontar.

Mientras Lamote se dispone a batear aupado por Juan Ríos, Yuri y Yesander Rodríguez están en segunda y primera bases. El primero negoció boleto, el otro conectó hit.

Lanza el abridor Erick Urbaneja y Lamote le pega con todo. La pelota surca la noche de Barranquilla hasta que se estrella contra la pared. Los Rodríguez anotan y el bateador llega bien a segunda base. El banco de primera estalla en gritos.

Pero Juan Ríos tiene todavía una promesa que cumplir. Lamote ya le dio a la bola y él también quiere hacerlo. Un rápido swing y el santiaguero conecta hit al derecho. Promesa cumplida. Lamote anota, manda Cuba.

La tensión sube unos minutos después: Venezuela descuenta otra en el sexto. Parece que en cualquier momento algo va a estallar en el Pequeñas Ligas. El reportero ya tiene abierto un surco de tanto caminar, desesperado. Cuba necesita este oro. Más allá de un conteo para el medallero, el equipo es como una gran familia que ha trabajado por este momento, por las cuatro letras que llevan en el pecho.

Entonces Yesander Rodríguez se inspira y castiga al relevista Carlos Ucero con un batazo kilométrico. El pizarrón permite respirar algo de nuevo: Cuba cuatro, Venezuela dos.

Desde el montículo, Alberto Hernández ha lanzado una bola de altos quilates. En seis entradas y un tercio, el cubano solo ha permitido cinco hits y tiene cuatro ponches en su haber. Hasta que celebra el primer out del séptimo y su gesto es malinterpretado por el venezolano David Pino. Los ánimos se caldean.

La dirección del equipo cubano decide darle descanso a Hernández una vez restaurado el orden. Guber Plutin llega en plan salvador. Y lo hace perfecto. Poncha a uno, fildea el machucón del otro bateador y pisa la primera base. Cuba es campeona del softbol centrocaribeño a 20 años de haber obtenido su última corona.

Desde que empecé con ellos hace un año he tratado de inculcarle lo que aprendí como jugador, nos dice emocionado Leonardo Cárdenas, «el papá» de esta familia. Los muchachos son muy disciplinados y consagrados. Siempre les dije que la competencia se decidía en el terreno, que sí se podía ganarle a Venezuela, y ahora lo comprobaron.

Es de noche en Barranquilla, para los cubanos, este nuevo sol apenas comienza a salir.

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