El Brasil de Michel Temer ha convocado a tropas de Estados Unidos a participar en un ejercicio militar conjunto Autor: Ejército brasileño Publicado: 21/09/2017 | 06:56 pm
BRASILIA, noviembre 3.— El Comando Sur estadounidense pondrá un pie en la Amazonia el próximo lunes, cuando efectivos estadounidenses comenzarán ejercicios conjuntos con las Fuerzas Armadas brasileñas en los que también participarán tropas peruanas y colombianas.
Página 12 informó que ya comenzó el despliegue militar para Amazonlog 17 —a realizar entre el 6 y 12 de noviembre—, y cerca de 1 600 militares de ese país sureño intervendrán en los ejercicios, que incluyen simulación de combates, y para los cuales EE. UU. envía un avión carguero Hércules C-130 y se espera también el arribo de decenas de observadores de otros países, incluso de Europa.
Comenta el diario argentino que aunque el teatro de operaciones estará en el extremo oeste de la Amazonia, en la Triple frontera con Colombia y Perú, «esta movilización de tropas a fin de realizar eventuales “ayudas humanitarias” en el menor tiempo posible, tiene su mira estratégica puesta en la frontera de más de 2 200 kilómetros entre Brasil y Venezuela, ubicada en el oriente amazónico».
Agrega que «la paulatina militarización de la divisa con Venezuela ha sido impulsada desde hace meses por Michel Temer y el titular de defensa, Raúl Jungmann».
El general Guilherme Cals Theophilo Gaspar de Oliveira, jefe de logística del Ejército brasileño, justificó la «importancia» de Amazonlog 17 con un creciente «número de refugiados venezolanos» que han ingresado a los estados norteños de Roraima y Amazonas y la posibilidad de que el proceso de paz en Colombia de origen a una oleada de guerrilleros de las FARC y el ELN que intenten ingresar a Brasil para desarrollar actividades ilícitas.
Una de las tesis subyacentes en la exposición del general es militarizar la «guerra al narcotráfico» en línea con los planteos del Departamento de Estado, la DEA y el Pentágono y en lo militar el Pentágono retoma una hegemonía que nunca llegó a estar seriamente amenazada pero sí limitada durante los gobiernos de Luiz Inacio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
