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En Cuba no hay ni habrá espacio para la intromisión de una potencia extranjera

Contundente discurso del canciller Bruno Rodríguez Parrilla ante la Asamblea General de la ONU demuestra las afectaciones genocidas del bloqueo estadounidense contra Cuba

Autores:

Juana Carrasco Martín
Marina Menéndez Quintero
Aracelys Bedevia
Leonel Nodal
Marylín Luis Grillo

El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, mostró este jueves a la Asamblea General de Naciones Unidas los sufrimientos que causa al pueblo cubano el carácter inhumano y genocida del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.

Bastaron los ejemplos verificables de los casos de niños y niñas afectados por graves enfermedades, quienes atravesaron críticas y complejas operaciones quirúrgicas, en las que los médicos se vieron impedidos de utilizar los medicamentos más apropiados, debido a la prohibición del Gobierno norteamericano.

«El 25 de junio de 2018, relató el canciller cubano, el niño Adam López Macías, de 181 días de nacido, fue intervenido quirúrgicamente para corregir un defecto congénito de inversión de las grandes arterias del corazón, un problema anatómico, mediante el que se conectan de forma indebida dichas arterias, el cual amenazaba su vida. La cirugía duró cinco horas. Su delicada condición, una posterior hipotensión —o presión baja— y bradicardia —lentitud en el pulso— obligaron a mantenerlo con su pequeño esternón abierto hasta el día 29, es decir, 96 horas».

El auditorio, consternado, guardó un absoluto silencio. Pero ese no fue el único caso revelado por el canciller cubano, de los que ignora la prensa afín a Washington, que procura casos de «la Cuba profunda» cuando habla de derechos humanos en la Isla. 

«El bloqueo impide que los niños cubanos que sufren de bajo gasto cardíaco posoperatorio, es decir, de insuficiente sangre bombeada por el corazón, que es la complicación más frecuente de la cirugía cardiopediátrica, dispongan del mejor tratamiento, como es el Sistema Avanzado de Apoyo Ventricular Pediátrico, que producen y protegen con patentes, las compañías estadounidenses Heart Ware International Inc., de Massachusetts y Thoratec Corporation, de Pleasanton», explicó Rodríguez Parrilla.

Adam se recuperó gracias a la profesionalidad y la consagración del personal de salud cubano y al esfuerzo de un país entero, enfatizó.

Pero, preguntó el canciller cubano: ¿Cómo medir su dolor y el de su familia?

El Ministro de Relaciones Exteriores aseveró que de no existir el bloqueo también se pudieran solicitar —de manera expedita a compañías estadounidenses— fármacos para tratar a niños que sufren otros padecimientos como el cáncer.

Informó que en 2017, fallecieron en Cuba 224 personas por cada 100 000 habitantes sin disponer de esos tratamientos debido al bloqueo.

Rodríguez Parrilla reveló que en el último año, más de 30 compañías estadounidenses como Agilent, Cook Medical y Thermo Fisher Scientific rehusaron vender a la compañía Medicuba, medicamentos, insumos y equipos imprescindibles para nuestro sistema de salud o no respondieron a su reiterada solicitud.

«No podría una madre en esta sala o en este planeta dejar de conmoverse ante casos como los descritos».

El Ministro de exteriores enfatizó que el objetivo del bloqueo, anclado en la guerra fría, no ha cambiado con el transcurso del tiempo.

Al respecto recordó: «el infame memorando clasificado del subsecretario de Estado, Lester Mallory, del 6 de abril de 1960», que sirvió como instrucción para la puesta en marcha del bloqueo a Cuba.

Rodríguez Parrilla enfatizó que ese documento «guía la política del gobierno actual de Estados Unidos hacia Cuba cuando dice: “…no existe una oposición política efectiva (…) El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno (al gobierno) es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (…) Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (…) negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”».

Son incalculables los daños humanos ocasionados por el bloqueo, que califica como acto de genocidio a tenor de los incisos b) y c) del artículo 2 de la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio de 1948. Es, incluso, una violación del Derecho Internacional Humanitario, si hubiera un conflicto. No se puede contabilizar  el sufrimiento humano, afirmó el ministro cubano.

En las votaciones de la jornada, Cuba obtuvo aplastante mayoría.

La vil maniobra estadounidense

El Canciller se refirió después a otras medidas del bloqueo que afectan al pueblo cubano.

En ejercicio de esta política hostil, el gobierno estadounidense, con pretextos increíbles y motivaciones políticas reales, incumple la cantidad de visas de emigrantes para cubanos pactada en los acuerdos migratorios vigentes; encarece y dificulta la reunificación familiar, los viajes temporales de cubanos a su territorio y restringe los vínculos familiares, dijo.

El bloqueo constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos de las cubanas y los cubanos, y ha sido y es un impedimento esencial a las aspiraciones de bienestar y prosperidad de varias generaciones.

Dichas políticas afectan asimismo a los cubanos que residen en Estados Unidos. El bloqueo es opresivo también para los ciudadanos estadounidenses a quienes limita, injusta y arbitrariamente, la libertad de viajar a Cuba, único destino prohibido para ellos en el planeta, aseveró.

El Gobierno de Estados Unidos manipula y politiza vulgarmente el deseo universal de garantizar los derechos humanos a todas las personas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las enmiendas que usted ha presentado, con el único propósito de adulterar la naturaleza y el foco de la resolución contra el bloqueo, que ha aprobado esta Asamblea 26 veces, con el objetivo de fabricar un pretexto y obtener una suerte de endoso internacional para continuar endureciendo este que la Asamblea, señora embajadora, no le va a dar, dijo a Nikki Haley.

Un desvergonzando memorando circulado a los diplomáticos acreditados la semana pasada y que tengo en mi poder, así lo reconoce, apuntó el Ministro, y citó algunos puntos de ese documento: «Las enmiendas que hemos propuesto tienen la intención de abordar la razón subyacente del embargo».

Más adelante, señala el Departamento de Estado: «El año pasado fue hecha en la Asamblea una referencia directa a que el bloqueo agrede los objetivos de desarrollo sostenible».

«Los escuchamos a ustedes —a los delegados— perfectamente, loud and clear, alto y claro. Las acciones de Cuba amenazan claramente estos Objetivos y, para poder implementarlos totalmente, necesitamos el apoyo de ustedes a las enmiendas», dice el texto del Gobierno estadounidense.

Bruno Rodríguez Parrilla apuntó al respecto: Se conoce el poco respeto de la embajadora de Estados Unidos y del Departamento de Estado a las Naciones Unidas, al multilateralismo y a esta Asamblea, a quien llamó el año pasado un teatro político.

El memorando que acaba de circular es una verdadera burla al multilateralismo, a la decencia en la política internacional y a esta magna, universal y democrática Asamblea.

Llama la atención —agregó— que el memorando utiliza el engañoso recurso de presentar el texto de las enmiendas como lenguaje previamente acordado, para introducir disimuladamente contenidos referidos a otro tema, por otra instancia y sobre otro país. 

Es otra vez la práctica de la mentira, el engaño y la amoralidad en el discurso político, sentenció.

Sobre la maniobra estadounidense, el Canciller cubano señaló que el documento L7, con una sola enmienda de ocho párrafos, fue luego convertido en ocho enmiendas separadas con el único propósito de crear confusión, abusar del tiempo y producir cansancio en la Asamblea.

«Es una artimaña, señora embajadora, deshonesta», subrayó.

Si el Gobierno de Estados Unidos quiere debatir y votar iniciativas sobre derechos humanos o los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estamos prestos a hacerlo de inmediato, en cualquier órgano, en cualquier momento y bajo cualquier tema pertinente de la agenda, reiteró el jefe de la diplomacia cubana.

Cuba por diálogo y cooperación

Continuaremos alentando el diálogo y la cooperación como la única forma de favorecer el progreso en el ejercicio de los derechos humanos, y mantendremos nuestra activa y constructiva participación en el Consejo de Derechos Humanos, en su ejercicio de Revisión Periódica Universal y en la cooperación con todos, absolutamente todos, sus mecanismos universales.

El Gobierno de Estados Unidos no tiene la menor autoridad moral para criticar a Cuba ni a nadie en materia de derechos humanos. Rechazamos la reiterada manipulación de estos con fines políticos y los dobles raseros que le caracterizan; señaló el Canciller, quien dirigiéndose a la embajadora de Estados Unidos dijo: «su Gobierno es responsable de crímenes contra la humanidad».

Es el que estableció dictaduras militares y organizó sangrientos golpes de Estado. Con las guerras que ha lanzado ha ocasionado millones de muertes y oleadas de refugiados con el consiguiente sufrimiento humano, denunció el Canciller.

Ha utilizado las ejecuciones extrajudiciales, el secuestro y la tortura. Mantiene presos indefinidamente en un limbo jurídico, sin defensa, tribunales, ni debido proceso en la prisión de la Base Naval de Guantánamo que usurpa ilegalmente nuestro territorio.

En medio de la opulencia de ese país, 40 millones de estadounidenses viven en condiciones de pobreza y 52 millones en comunidades empobrecidas. Más de medio millón duermen en las calles sin que usted los mencione, comentó refiriéndose a la Haley.

La educación de calidad no está al acceso de las mayorías que su Gobierno ni representa ni defiende. La igualdad de oportunidades en Estados Unidos es una quimera. El Gobierno que usted integra es un Gobierno de millonarios que impone políticas salvajes, dijo.

Las mujeres reciben, por igual trabajo, el 82 por ciento del salario de los hombres; si son afroamericanas, el 64 por ciento, y si son latinas, el 62 por ciento. Las denuncias por acoso sexual son generalizadas, agregó.

Hay un patrón racial diferenciado en la población penitenciaria norteamericana, en la duración de las sanciones de privación de libertad, en la ejecución de la pena capital aplicable a menores y discapacitados mentales; y en las muertes atroces por disparos de la policía.

Dijo a la Haley que su Gobierno construye muros, separa de sus padres emigrantes a menores, incluso, a niños pequeños que ha encerrado y los encierra en jaulas.

En esa enumeración de los males del imperio, dijo también que EE. UU. interviene sin escrúpulos en los procesos electorales y los asuntos internos de la mayoría de nuestros Estados y trata de derrocar por la fuerza al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, usa contra él una campaña de difamación y la amenaza militar, mientras llama a la violencia y el golpe de Estado.

Destacó que también interviene y trata de desestabilizar a la República de Nicaragua, y realiza actos de injerencia en los asuntos internos del Estado Plurinacional de Bolivia. EE.UU pretende ejercer dominación imperial en «Nuestra América».

Estados Unidos, dijo, es parte de solo el 30 por ciento de los instrumentos de Derechos Humanos, y no reconoce el derecho a la vida, ni a la paz, ni al desarrollo, la seguridad, la alimentación, ni reconoce derechos de los niños.

Nadie puede sorprenderse que ustedes hayan abandonado el Consejo de los Derechos Humanos.

No hay ni habrá espacio para la intromisión

Frente a las dificultades, Cuba ha conseguido avances en su economía y brinda amplia y solidaria cooperación internacional, que su Gobierno a veces dificulta, a pesar del bloqueo y la prohibición de créditos multilaterales, a la par que ha alcanzado niveles de desarrollo humano y justicia social universalmente reconocidos, argumentó el ministro cubano. 

«Vivimos en una época de crecientes amenazas a la paz y la seguridad internacionales, de proliferación de guerras no convencionales, de groseras violaciones a la soberanía de los Estados, políticas de dominación mediante el uso de la fuerza, intentos de reimposición del orden unipolar, quebrantamientos del Derecho Internacional, ruptura amenazadora y arbitraria de tratados internacionales; multiplicación de sanciones unilaterales y guerras comerciales, esencialmente provocadas por la naturaleza depredadora y supremacista del imperialismo estadounidense, inclinado siempre al fundamentalismo neoliberal, a “la filosofía del despojo” y a la llamada “paz basada en la fuerza”.

«Como consecuencias de este escenario, los graves problemas internacionales se agudizan, aumenta la pobreza y la desigualdad, se acentúan los patrones irracionales e insostenibles de producción y consumo del capitalismo, avanza inexorable el cambio climático con todas sus negativas consecuencias y se exacerba peligrosamente la amenaza nuclear», expresó el canciller.

También se ha intensificado de manera feroz la extraterritorialidad del bloqueo. Más de un centenar de bancos han solicitado cierre de cuentas, han retenido fondos destinados a Cuba o se han negado a realizar transferencias desde o hacia nuestro país, incluso las de carácter humanitario, como las asociadas al impacto del huracán Irma en Cuba o los proyectos solidarios de cooperación cubanos en otras naciones, detalló.

El bloqueo es contrario a la Carta de Naciones Unidas y al Derecho Internacional, y su aplicación, agresivamente extraterritorial, daña la soberanía de todos los Estados, sentenció.

Desde la ocupación militar en Cuba en 1898, refirió Rodríguez Parrilla, ha sido esta una relación marcada por el empeño de los gobiernos estadounidenses en controlar el destino de Cuba, frente a la inquebrantable determinación de los cubanos de defender nuestra independencia y libre determinación.

Hoy Cuba es una nación absolutamente independiente, dueña de su destino, que desarrolla relaciones de respeto y disfruta de vínculos de amistad y cooperación con todos los países del mundo. Es una conquista alcanzada con el sacrificio de varias generaciones, que defenderemos al precio que sea necesario, afirmó.

Sobre las relaciones con Estados Unidos definió que el signo definitorio de la relación bilateral continúa siendo el bloqueo económico, comercial y financiero que castiga a todo el pueblo de Cuba. Tenemos disposición para la convivencia pacífica, dentro de las profundas diferencias que existen con el gobierno de Estados Unidos, basada en el respeto mutuo, la igualdad soberana y el beneficio de ambos pueblos.

Los cubanos continuaremos decidiendo libremente, dijo, nuestros asuntos internos en estrecha unidad, como hacemos en la discusión popular del proyecto de nueva Constitución, y haremos en el próximo referendo para adoptarla. «No hay ni habrá espacio para la intromisión de una potencia extranjera», sentenció.

Finalmente, denunció que la escalada de pronunciamientos, actos y amenazas del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba no tienen otro objetivo que conducir a un clima de mayor tensión bilateral y que, en esa trama, son cada vez más visibles los personajes que cuentan con una larga historia de confabulación para provocar crisis bilaterales.

Luego de citar las palabras del Presidente Miguel Díaz-Canel el pasado 26 de septiembre desde ese mismo podio, que llaman al diálogo y la cooperación desde el respeto y el trato entre iguales, el canciller concluyó: «Las cubanas y cubanos de todas las generaciones guardaremos invariable lealtad al ejemplo de José Martí, para proclamar con igual convicción: “Antes que cejar en el empeño de hacer libre y próspera a la Patria, se unirá el mar del sur al mar del norte y nacerá una serpiente de un huevo de águila”», concluyó Bruno Rodríguez Parrilla con el aplauso del plenario.

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