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América Latina terminará el año con 191 millones de pobres

Para erradicar la pobreza y reducir la desigualdad «son necesarias políticas de inclusión social y laboral», afirma la Cepal

 

Autor:

Juventud Rebelde

SANTIAGO DE CHILE, noviembre 28.— La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) lanzó este jueves su nuevo informe sobre el panorama social de la región y destacó que la pobreza, que en 2018 abarcaba a 185 millones de personas, este año crecerá hasta las 191 millones, y se refleja un ascenso preocupante del 0,7 por ciento. A su vez, de ese total, unos 72 millones de individuos pertenecen a la pobreza extrema.

Al respecto, el organismo perteneciente a Naciones Unidas señala que así se mantiene «la tendencia al alza que se registra desde 2015», reportó Russia Today.

La Cepal expuso que en las zonas rurales las personas son 18,9 por ciento más pobres que en las ciudades. Además, puso especial énfasis en la crítica situación de la niñez: en 2018, la tasa en menores de 14 años era del 46,2 por ciento. En sintonía, remarcó que el 48,8 por ciento de los aborígenes también estaba en esa complicada condición social. 

La secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, brindó una conferencia de prensa desde la ciudad de Santiago, capital de Chile, para exponer el documento y resumió la situación con estas palabras: «Latinoamérica atraviesa un momento económico difícil». 

La especialista repasó que «entre 2002 y 2014 se ve una importante caída en la desigualdad». Al respecto, destacó los casos de Argentina y Bolivia, naciones que tuvieron grandes avances en materia de inclusión social durante ese período.

La institución hizo especial hincapié en el descontento que se vive en muchos países del continente, donde se desarrollan constantes movilizaciones para exigir cambios de fondo en el sistema económico. «¿Por qué hay malestar en la región? Hay un punto de quiebre en la continuidad de un modelo, basado en la concentración de la riqueza. Son décadas de una cultura del privilegio, que naturaliza la desigualdad», opinó Bárcena.

A la hora de explicar el trasfondo social de esta disconformidad en varias naciones, Bárcena señaló que si bien es cierto que entre 2002 y 2017 muchas personas salieron de la «pobreza monetaria», ello no significa que hayan ingresado a la clase media. Es decir, millones de personas continuaron siendo muy vulnerables y        permanecieron con necesidades básicas insatisfechas, a pesar de percibir mejores ingresos. 

De hecho, la capa social de ingresos bajos —ciudadanos en situación de pobreza extrema, pobreza y de estratos bajos no pobres— se redujo del 70,9 por ciento hasta el 55,9 por ciento en ese lapso de tiempo. No obstante, si se suma al grupo social más vulnerable de las capas de ingresos medios, es decir, «medios-bajos», eso representa una cifra del 76,8 por ciento de la población, que estaba en una situación delicada en 2017. 

Al concluir, el texto señala que si se quiere erradicar la pobreza y reducir la desigualdad «son necesarias políticas de inclusión social y laboral». A su vez, la Cepal remarca la necesidad de que «el mercado de trabajo garantice empleo de calidad y remuneraciones dignas», y plantea «eliminar las barreras de inserción laboral de las mujeres». 

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