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El MNOAL, siempre solidaridad y cooperación

Un nuevo reto global obliga: el combate a la pandemia del SARS-CoV-2, para el cual la solidaridad y la cooperación entre los Estados se hacen necesarias 

Autor:

Juana Carrasco Martín

El Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), mecanismo de concertación política de los países del sur, mantiene su relevancia en la coyuntura internacional actual, al ser convocado por Azerbaiyán, en su condición de presidente pro tempore desde el 25 de octubre de 2019, su grupo de contacto, en una Cumbre Virtual: Unidos contra la COVID-19, este lunes 4 de mayo.

Un nuevo reto global obliga: el combate a la pandemia del SARS-CoV-2, para el cual la solidaridad y la cooperación entre los Estados se hacen necesarias para garantizar conocimientos, suministros y equipos médicos que enfrenten la rápida propagación de la COVID-19 y detengan su mortífero camino. La creación de una base de datos común sobre las necesidades médicas, sociales y humanitarias básicas de los Estados miembros en el combate a la pandemia, está en los planes.

En la nueva situación mundial, se prevé que el MNOAL adopte una Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno no solo sobre la importancia de la solidaridad internacional en la lucha ahora contra el nuevo coronavirus, sino que también se pronuncie por un futuro inmediato en el cual será necesario reiterar la disposición a fortalecer el multilateralismo para la estabilidad y el desarrollo económico y social tras la pandemia.

Representativos de al menos 15 Estados de los grupos regionales: África, Asia-Pacífico, América Latina y el Caribe y Europa del Este, han confirmado su participación en esta videoconferencia que  estará conducida por el presidente azerí, Ilham Aliyev.

Argelia, Azerbaiyán, Cuba, Egipto, Irán, Jordania, Mauritania, Mauricio, Nepal, Nicaragua, Pakistán, Palestina, Turkmenistán, Venezuela y Vietnam aportarán a este encuentro, que se realizará en nuevas circunstancias, y están invitados el Secretario General de las Naciones Unidas, el Presidente de la Asamblea General de la ONU, el Director General de la Organización Mundial de la Salud, el Subsecretario General de las Naciones Unidas para Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia y el Presidente de la Comisión de la Unión Africana.

Esta reunión virtual, de hecho, corresponde a lo acordado el pasado octubre, cuando en Bakú, Azerbaiyán, se encontraron los jefes de Estado y de Gobierno del MNOAL en su XVIII Cumbre bajo el lema Defendiendo los principios de Bandung para asegurar una adecuada y concertada respuesta a los desafíos del mundo contemporáneo. Este desafío es acumulativo y multiplica los muchos ya asumidos por la humanidad, fundamentalmente por los pueblos del sur del planeta, en su mayoría integrados a los No Alineados.

Los retos actuales ratifican que la convergencia iniciada en 1955 y los diez principios para las relaciones entre los países, enunciados en la Conferencia de Bandung —donde participaron 29 dirigentes de naciones que salían de la explotación colonial—, siguen vigentes tal y como lo propiciaron quienes se consideran sus líderes fundadores, el indio Jawaharlal Nehru, el egipcio Gamal Abdel Nasser y el anfitrión indonesio Sukarno, y que fructificaron con la creación del MNOAL, cuya primera cumbre se celebró en 1961 en Belgrado, capital de la entonces Yugoslavia, presidida por Josip Broz Tito. Cuba fue el único país de América Latina participante en calidad de miembro.

Integrada ahora por 120 países miembros y 15 observadores, que agrupan prácticamente a casi dos tercios de los miembros de la ONU,  los No Alineados representan el 55 por ciento de la población mundial, y aún hoy continúan batallando por el establecimiento de un orden internacional democrático, justo y equitativo, que responda al reclamo de paz, desarrollo sostenible y justicia de los pueblos de todo el mundo.

En sus 59 años de existencia, no ha sido fácil mantener esa convergencia ante los numerosos  retos de un mundo constantemente amenazado por guerras emanadas o atizadas por intereses imperiales, fundamentalmente, pero se ha batallado constantemente por la revitalización del movimiento y en defensa de las bases fundacionales que coinciden también con las de las Naciones Unidas, de independencia política y soberanía de los Estados, la no intervención en asuntos internos de los países y la solución de los conflictos sin recurrir ni a amenazas ni al uso de la fuerza.

Cuba, que ha presidido en dos ocasiones el MNOAL (1979 y 2006),  reitera su compromiso ineludible de continuar trabajando junto a otros Estados miembros del MNOAL por esos postulados, mucho más en estos momentos en que se corrobora el apoyo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sobre la COVID-19, adoptado en un reciente documento declaratorio en el cual se promueven la unidad global, la solidaridad y la cooperación internacional, y se llama a apartar las diferencias políticas y a eliminar las medidas coercitivas unilaterales, que violan el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas y limitan la capacidad de los Estados para enfrentar eficazmente la pandemia, como son las sanciones coercitivas unilaterales incrementadas por la administración Trump contra naciones como Cuba, Venezuela, Irán y la Republica Popular Democrática de Corea, todas miembros de los NOAL.

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