Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Familia, escuela y comunidad

Autor:

Armando Hart Dávalos

A la hora de estudiar e investigar la historia, en especial las ideas políticas, sociales y filosóficas que cada momento representa, se suele hablar de los grandes personajes y de la trascendencia de los hechos ocurridos en un momento dado. A esto debemos agregar que es necesario estudiar también los orígenes y antecedentes de cada uno de ellos.

Maceo ha sido exaltado como eminente guerrero, como jefe de gran capacidad de acción, de ganarle al enemigo batallas decisivas con muchos menos recursos que sus contrincantes. José Martí lo calificó como un hombre que tenía tanta fuerza en la mente como en los brazos. Hoy quiero hacer el análisis del Titán de Bronce, con sus orígenes familiares y, en especial, con Mariana Grajales, su madre.

No poseían los Maceo una cultura académica; más bien era de carácter familiar, del barrio, de la zona y de sus antecedentes y, como se conoce, estaban entre los africanos traídos a Cuba, donde surge esta familia de enorme significado para nuestra historia.

Hay tres elementos fundamentales que merecen destacarse en la vida de Mariana y de sus hijos en un momento como este, pues en el siglo XXI es bueno destacar tres factores esenciales: la familia, la escuela y la comunidad. En realidad fue la familia de los Maceo la que les dio escuela y la que los ligó al barrio, a las raíces, y esos tres elementos son hoy esenciales para salvar a nuestra civilización al borde del colapso.

Muchas cosas podrían decirse de ella, pero lo más importante está en recomendar el estudio cuidadoso de cada uno de los hechos relevantes en la vida del Titán de Bronce para sacar de ellos las mejores conclusiones. Después se pueden seguir haciendo estudios científicos, académicos y de alta escala cultural, pero siempre deberán basarse en el papel de la escuela, la familia y la comunidad, en la influencia simultánea y recíproca que ejercieron estos tres factores en lo que hemos llamado «cultura Maceo-Grajales», que es parte integrante de nuestra cultura nacional.

Hoy están en crisis todas las políticas de la civilización que llamaron «occidental». Cuba tiene el privilegio de contar con una tradición política, jurídica y moral y presentar sus orígenes y tradición que resulta indispensable para superar esta crisis. Por todo esto hemos considerado en el barrio Siboney, donde tengo mi familia y mi hogar, y residen importantes personalidades, promover círculos de estudio en relación con estos tres aspectos esenciales.

En fin, en homenaje a Maceo y a Mariana Grajales propongo destacar la necesidad de articular un esfuerzo desde la base hasta la cúspide, es decir, desde el barrio, la familia y la escuela, el municipio, la provincia, la nación y el mundo acerca de los que representan estas ideas fundamentales. Para ello he propuesto crear, en un inmenso espacio junto al aeropuerto de Santiago de Cuba, un gran parque con el nombre de Mariana Grajales y que allí también brindemos enseñanzas de Vilma Espín, Celia Sánchez y Haydée Santamaría, mujeres notables en la historia de nuestras ideas.

En homenaje a Antonio Maceo brindo este mensaje a todo lo que representan el Titán de Bronce y Mariana Grajales y la raíz patriótica y revolucionaria de estos troncos imprescindibles y robustos del gran árbol de la cubanía.

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