Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La verdad primero que todo

Cuando más acechan las gravitaciones económico-financieras, con más razón los ciudadanos que acuden a las entidades estatales merecen información transparente y no parciales negativas y sesgadas respuestas.

La carta de Ernestina Arrechea Peña, directora de la Empresa de Gas Manufacturado de Ciudad de La Habana, al menos viene a esclarecer la inquietud de Alberto R. Pérez, aun cuando no puede satisfacer todavía su reclamo.

El pasado 27 de junio, Alberto contaba aquí que varias familias —otrora damnificadas de los derrumbes de dos edificios en la calle capitalina de Belascoaín, las cuales habían sido reubicadas hace un año y medio en el edificio donde hoy residen en el Cerro— carecen del gas manufacturado prevaleciente en esa zona.

Una larga gestión con Gas Manufacturado del Cerro ha sido infructuosa hasta el momento: negativas, diversos pretextos... Sin el gas, pero también sin módulo eléctrico de cocción, pasando una odisea para cocinar: esa era la realidad de quienes ya se habían desgastado en gestiones.

A propósito refiere la Directora de la Empresa que la respuesta brindada en la casa comercial del Cerro a esos vecinos fue incompleta; y explica que la expansión de ese servicio es un proceso planificado en esa entidad. En 2008 captaron nuevos clientes en las zonas donde ya existía la red soterrada y alta concentración de demandantes del servicio. Y previeron para una etapa posterior la incorporación de clientes aislados, como es el caso de esos vecinos.

No obstante, fueron visitados los demandantes y se comprobó que técnicamente es posible instalarles el servicio, realizando extensiones de la red soterrada existente por la calle San Martín. Pero actualmente, afirma, a partir de los ajustes realizados en la planificación para 2009, dada la situación económico-financiera del país, «la Empresa no posee plan de inversiones aprobado para satisfacer esa solicitud, que sin dudas puede quedar satisfecha en la medida en que nos vayamos recuperando económicamente».

Precisa Ernestina que para evitar que se repitan insatisfacciones de ese tipo en quienes demandan la instalación del gas manufacturado, la Empresa acordó informar en agosto a los trabajadores de las casas comerciales las regulaciones existentes en la incorporación de nuevos clientes.

Por otra parte, aclara que la distribución del módulo de cocción, a que hace referencia Alberto en su carta, no es responsabilidad del Ministerio de la Industria Básica, al cual pertenece la Empresa de Gas Manufacturado.

De esta manera queda aclarada la situación del gas manufacturado. Pero aun así, Alberto y los restantes vecinos reubicados, ante la imposibilidad por ahora de acceder a ese servicio, sí necesitan una solución, ya sea con los módulos de cocción eléctricos u otra variante energética.

Esperamos que la entidad responsable salga del anonimato y atienda la situación de estas familias.

¿Qué pasa si no pasa nada?

El hurto y sacrificio de ganado mayor ha hecho de las suyas en Cupeicito, zona donde labora Rubén Quesada Labrada, vecino de Martí 200, en Jiguaní, provincia de Granma.

Significa el remitente que hace años que ese mal se está registrando en ese territorio, pero en marzo pasado se registró un récord con 12 hurtos de ganado mayor, entre vacas, caballos y toros.

«Esta situación se está sucediendo continuamente, y no hay una solución para detener el problema. Los custodios quieren irse porque no hay condiciones, y si les roban tienen que pagar lo robado», manifiesta.

Lo que más le preocupa a Rubén es que no hay una toma de medidas concretas: «Todo queda como si no hubiera pasado nada. Se sanciona a los custodios, a los jefes de unidades y de granjas, pero el problema no se resuelve».

Es muy serio lo que alerta Rubén, porque la impunidad con tales transgresiones a la larga va cediendo espacio a cierta delincuencia organizada, que se siente con las manos sueltas. Sería saludable que las autoridades del territorio respondan y abunden en qué se está haciendo para revertir el fenómeno y poner un freno: el freno del pueblo y la Revolución.

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