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Juventud Rebelde

Frente al espejo

Soluciones propias

«Permítame una sincera felicitación por su artículo El concepto de la vida (Carlos Rodríguez Almaguer, 6 de mayo). Se trata de un asunto que sintoniza con mis inquietudes y me parecen muy atinadas sus observaciones. Celebro la oportunidad de conocer su artículo y seguiré más de cerca los próximos». (Rafael Pérez Ortolá, Vitoria, España).

«Acabo de leer la página de opinión en el dominical, y como siempre, los periodistas a cargo lo hacen magistralmente. En ¿El mejor amigo? (Luis Luque, 4 de mayo) se aborda un tema sensible: la indisciplina social que la sociedad cubana viene enfrentando. Es necesario no solo buscar los medios para atenuar este problema sino para erradicarlo de una vez, y la propuesta que hace al final de su comentario pudiera ser una de las soluciones, aunque la principal será la adecuada educación desde la misma cuna. Gracias por seguir tocando aspectos medulares de la Cuba de hoy». (Rafael Rodríguez Frías)

«Quiero felicitarlo por su labor en la sección Acuse de Recibo, pero también por los artículos de Opinión. Estas líneas son por su interesante artículo Los peligros del marabú (José Alejandro Rodríguez), del pasado 27 de abril. Comparto sus criterios, y deseo llamar su atención sobre la necesidad de aplicarlos a la producción de alimentos. Como usted, soy un “cubano pensante”, desde mi modesta función de historiador. Quisiera expresar que las respuestas para eliminar los problemas de los “marabúes” contemporáneos en la sustitución de alimentos importados también hay que buscarlas en nuestro siglo XIX, cuando los padres fundadores de nuestra patria, enfrascados en la conformación del pensamiento agrícola de emancipación, tuvieron que enfrentar “marabúes” mentales y económicos, muy parecidos o peores que los actuales. Su mayor prioridad, en un contexto colonial muy hostil, se encontraba en la formación de talentos autóctonos, para demostrar que los cubanos eran capaces de encontrar soluciones propias y dignas a problemas económicos del país como los alimentarios. Hoy, gracias a la Revolución, hay mucho talento organizado en prestigiosas instituciones de investigación y docencia, sin embargo, pienso que no se ha podido utilizar plenamente este “capital humano” pues su capacidad creadora se ha visto limitada por los “marabúes” responsables del desconocimiento de los resultados de investigación de nuestras instituciones. Este tipo de agricultura responde a un esfuerzo mancomunado de las diversas ramas del conocimiento agronómico, pero también de los sociólogos, economistas, filósofos e historiadores, en aras de lograr una relación de carácter multidisciplinario, contando con el imprescindible apoyo de los periodistas, como profesionales encargados también de la socialización de los conocimientos producidos». (Rolando E. Misas Jiménez)

«¡Qué profesionalidad de ambas partes! Lástima que no haya podido llevar a mi hijo y nuera a ver el concierto del gran pianista, (Con el alma en las manos, José Luis Estrada Betancourt, 4 de mayo) a pesar de estar tempranito en el “Amadeo”. Pero me explicaron que “casi no había entradas para el público, pues la mayoría eran invitaciones”. Esto sucede a menudo: el público se ve imposibilitado de admirar a sus artistas, y debemos limitarnos a verlos por televisión. Ojalá vuelva a ser como hace años: que todos teníamos la oportunidad de asistir al teatro mediante la compra de entradas sin dificultades». (Tania)

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