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Policía Nacional Revolucionaria: salvaguarda de la comunidad

La aplicación de nuevos conceptos encaminados a perfeccionar el servicio que brindan las estaciones de la PNR a la comunidad, muestra resultados alentadores en el municipio de Holguín

Autor:

Héctor Carballo Hechavarría

HOLGUÍN.— Es una mañana de habitual ajetreo en la estación municipal de la PNR, en una de las céntricas calles de la Ciudad de los Parques. En el vestíbulo de la conocida popularmente como «Primera unidad» varias personas esperan ser atendidas por el oficial de guardia, quien amablemente les ha invitado a tomar asiento.

Cada cual viene por un asunto diferente. Para Pedro García esta es una de las «raras veces» en su vida que traspasa el umbral de una estación de Policía. Hace varios días se le extravió su carné de identidad. «Vine a ver si lo devolvieron, pues se me perdió en la calle. El oficial me explicó los trámites que debo iniciar en la Oficina del Carné de Identidad», apuntó el sexagenario Pedro.

Sin embargo, otros ciudadanos acuden por razones más apremiantes. Sin ocultar sus rostros de turbación, confiesan a JR desde intenciones para denunciar algún hurto o robo del cual fueron víctimas, hasta para conocer sobre el estado en que se encuentra el proceso de instrucción iniciado a un familiar.

El silencio reinante denota cierta tensión. Sin embargo, la mayoría de los presentes coincide en un punto de vista: las confortables condiciones que ofrece el lugar, unidas a la servicial conducta del personal de guardia, les hacen sentirse un tanto menos incómodos a la hora de afrontar tales situaciones.

Los detalles resaltan en la esmerada decoración de la sala de espera, dotada con servicio de telefonía pública. Vistosas obras de arte se aprecian en las paredes. Sin reñirse con el diseño, varias pancartas ofrecen información utilitaria a la ciudadanía sobre cómo enfrentar situaciones que van desde un proceso de litigio hasta los trámites necesarios para obtener la licencia de conducción.

Las adecuadas condiciones favorecen, además, al personal de guardia, el cual permanece en un local no visible al público, con servicios computarizados y de climatización.

«En esencia se trata de un concepto de trabajo que tiene como principal objetivo que cada ciudadano sea debidamente atendido, orientado y se sienta satisfecho, en la medida de las posibilidades», explica el capitán Héctor Pérez Osorio, jefe de la referida unidad de la PNR.

Las transformaciones alcanzan al resto de las instalaciones de la unidad, sus oficinas, parqueos, hasta el sitio que tiene la cara más fea en una estación de policía: los calabozos.

Al tener acceso a estos, JR pudo confirmar, además de condiciones decorosas y de suma pulcritud, la implementación de nuevos principios en su utilización, según lo establecido por la ley, y que tienen en cuenta no solo las individualidades de la persona, sino el tratamiento a sus familiares.

Al servicio de la comunidad

«En la Policía pocas veces recibimos buenas noticias. Las personas que vienen a nuestras unidades casi siempre vienen a comunicarnos sus problemas. Pueden venir lo mismo tristes, preocupados, que alterados; de ahí la necesidad de cambiar algunos conceptos en la prestación de nuestro servicio», agrega el mayor Adalberto Reyes Céspedes, segundo jefe de la estación municipal de la PNR en Holguín.

«Pero lo cierto es que aún no podemos decir que la totalidad de nuestro personal está consciente de que, como autoridad representativa del Estado, presta un servicio de bien público a la comunidad, y esa es una de las mayores insatisfacciones que estamos enfrascados en superar», reconoce el oficial.

Como una de las prioridades de trabajo en las que ha estado ocupada la institución durante los últimos años se destaca el interés por la elevación constante del nivel profesional y cultural del personal policiaco, para lo cual el territorio cuenta con una sede universitaria propia.

Al respecto, el teniente coronel Rubén Ricardo Mendoza, segundo jefe de la PNR en la provincia de Holguín, apuntó que actualmente el 75 por ciento del personal en el territorio se encuentra cursando estudios universitarios o ya los alcanzó, independientemente de la labor o el cargo que ocupe.

A diferencia de otros años, en los cuales la especialidad que sobresalía entre el personal era Derecho, en estos momentos se puede contar con una significativa hornada de comunicadores sociales, psicólogos o trabajadores sociales, entre otros licenciados.

Un acontecimiento que se debe destacar es que el próximo año será la primera graduación universitaria que alcanzará la Unidad Provincial de Patrullas en Holguín.

«Nuestros policías son ante todo educadores; prestan un servicio directo a la población, en contacto indisoluble con esta, y que por lo tanto merece recibir un servicio de excelencia», aseveró el mayor Ricardo Mendoza.

Otra de las direcciones de trabajo en la cual la institución ha estado enfrascada consiste en el perfeccionamiento de la prevención de la actividad delictiva y las indisciplinas sociales en las comunidades.

«Una significativa parte de la población continúa identificando esos problemas sociales como una obligación inherente solo a la Policía, cuando es una responsabilidad de toda la sociedad», explica el mayor Reinier Carmenate Fernández, segundo jefe de la PNR en la provincia de Holguín.

El trabajo conjunto con las instituciones del MINED, la Educación Superior y los Comités de Defensa de la Revolución constituye un frente prioritario del trabajo que se debe desarrollar.

En el centro de la batalla

En la labor preventiva contra el delito en las comunidades la avanzada la constituyen los sectores de la PNR. A pesar de su evidente juventud, las experiencias acumuladas por el teniente Luis Yunior Soler González, de 31 años de edad, en la comunidad holguinera de Oscar Lucero, bastan para escribir un libro.

Para poder desplegar con mayor eficiencia su misión, Yunior vive con su familia en el lugar, en una vivienda identificada con el título de «Casa del jefe de sector al servicio de la comunidad».

«Estas condiciones nos permiten convivir con la población las 24 horas del día y atender con mayor efectividad la labor de prevención del delito y las manifestaciones de indisciplinas sociales, sobre todo con el apoyo de los vecinos», recalca el joven oficial.

Lo cierto es que para haber recibido tan honorable condición, su comarca debió alcanzar, entre otros requisitos, un favorable tratamiento a las quejas de la población, la disminución del delito, así como de las personas sin vínculo laboral o estudiantil.

«Hemos alcanzado satisfactorios resultados a partir de un vínculo muy estrecho con la población y el grupo comunitario del consejo popular. Solamente en nuestro reparto contamos con más de 40 auxiliares de la PNR, quienes abarcan la atención a la CCS Atanajildo Cajigal, la cual posee su propio cuerpo de protección física».

Pero como reconoce Yunior, la mayor satisfacción que puede recibir un jefe de sector es cuando la propia comunidad está consciente de la importancia de esta labor conjunta y se siente partícipe y comprometida con ella.

Como parte de nuestro periplo por la ciudad, en la estación de la PNR del reparto Alcides Pino conversamos además con el teniente Frank Ochoa Angulo, de 34 años de edad.

En medio de una verdadera revolución social desatada por un proyecto de reanimación urbanística que tiene lugar en el populoso reparto, de más de 31 000 habitantes, el también jefe de la referida estación aprecia los resultados de su labor como el más destacado de los últimos años.

«El éxito principal ha estado en la colaboración de la población. De conjunto con el grupo comunitario del consejo popular logramos disminuir la cifra de desvinculados y se avanzó en el tratamiento a los casos sociales. Para el 2010 pensamos declararnos Estación al servicio de la comunidad», afirma el joven policía.

Y para quien aún no lo haya advertido hasta estas líneas, se trata sencillamente de la convicción de que al trabajo de la PNR no le resulta ajena ninguna arista de la sociedad, porque a ella se debe.

Solo con esa fuerza moral se hará realidad el pensamiento de Fidel sobre la labor de la Policía, cuando expresó que debía ser la más humana del mundo.

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