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Santiagueros dicen no al terrorismo

El santiaguero Francisco Ramos Pagán recuerda el amargo suceso que provocó la muerte de su hermano, uno de los 73 tripulantes del vuelo 455 de Cubana que perecieron el 6 de octubre de 1976

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

SANTIAGO DE CUBA.-A pesar del tiempo, las palabras hieren la memoria, cual fino puñal: «Oye, dicen que tumbaron el avión donde venía tu hermano….»

Así recuerda el santiaguero Francisco Ramos Pagán la noche del 6 de octubre de 1976. Aquel aciago día la saña de terroristas al servicio del imperio cegó la vida de su hermano, Armando Ramos Pagán, piloto e integrante de la tripulación de reserva que viajaba en el avión de de Cubana de Aviación derribado en pleno vuelo en las costas de Barbados.

Su hermano, enfatiza Francisco, era un hombre afable, humanista y desde temprana edad tuvo encendida la chispa de los revolucionarios. «Era el relevo del piloto de aquella nave y no pudo cumplir con su misión, por eso mi voz no se apagará hasta que se haga justicia. Posada Carriles y los demás tienen que pagar por todo el daño que han causado a nuestro pueblo».

Treinta y cinco años han pasado del abominable hecho y sus autores confesos desandan impunes por  las calles norteñas. Por eso este jueves Francisco Ramos juntó su puño apretado al de los trabajadores del aeropuerto Internacional Antonio Maceo, centro testigo de la metralla enemiga el 15 de abril de 1961, para repudiar al terrorismo de estado y condenar  al imperio que desde el triunfo revolucionario promueve hechos vandálicos contra el pueblo cubano.

Ante las fotos de las víctimas del criminal sabotaje, portadas por jóvenes trabajadores de la Terminal aérea, como homenaje a las víctimas, fue depositada una ofrenda floral en nombre del pueblo santiaguero en la base del busto al Titán de Bronce del centro,  también herido por el fuego enemigo.

«Junto a nuestro pueblo y los ciudadanos honestos del mundo, condenamos la política genocida del gobierno de los Estados Unidos y sus lacayos», expresó Luis Copo Quiñones, testigo del artero bombardeo contra el aeródromo santiaguero que causó graves daños a los medios aéreos y la instalación.

Durante el acto, que estuvo encabezado por Lázaro Expósito Canto, primer secretario del Partido en la provincia y dirigentes del Partido y el Gobierno, la voz de las nuevas generaciones vibró en los labios de Niurka  Hernández Rivero, nobel trabajadora del aeropuerto, quien repudió las acciones terroristas contra el pueblo cubano que han causado afectaciones a más de 5 000 hijos de esta tierra y manifestó su certeza de que el trabajo cotidiano será el mejor aporte de los jóvenes a esta lucha por la justicia.

Desde el mismo sitio en que inició su vida laboral el héroe antiterrorista Antonio Guerrero, la integrante del buró municipal del Partido en Santiago de Cuba, Aranelis Barbán Rodríguez, exigió justicia para los cinco luchadores cubanos condenados en cárceles norteamericanas y demandó el regreso a la patria de René González, quien este 7 de octubre cumple su condena después de 13 años de injusto encierro y al que se le impone pasar tres años de  libertad supervisada en las entrañas del monstruo.

Similares actos de condena a la barbarie y defensa de la vida y el futuro tuvieron lugar este 6 de octubre en la Refinería Hermanos Díaz, atacada por el fuego de una lancha pirata el 13 de marzo de 1961 y en la Escuela de Iniciación Deportiva Capitán Orestes Acosta, donde el movimiento deportivo santiaguero, rindió homenaje a los mártires de Barbados.

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