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Tras el asombro, el auxilio

JR indaga y amplía sobre el insólito caso del niño recién nacido encontrado el pasado lunes en un portal de la ciudad de Holguín

 

Autores:

Mileyda Menéndez Dávila
Nelson Rodríguez Roque

Era otro lunes para Luis Proenza, trabajador de Comunales, quien barría cerca de una esquina de la Ciudad de los Parques. Apenas empezaba a cantar algún que otro gallo y el tránsito era escaso en la calle Fomento, entre Prado y Colón.

A una persona que andaba por la acera le pareció escuchar un llanto. Guiados por el sonido, encontraron a un bebé envuelto en una sábana en un portal. Aquello sorprendió a Proenza, y todo nervioso salió a localizar a alguien para que ayudara.

Rita González se levantó de madrugada para comprar leche. Su nieto menor cumplía años ese día. Ella vive en la calle Prado, y cuando Proenza vio su sala iluminada, le contó del hallazgo y ella fue con su amigo José Martínez al lugar donde permanecía el bebé. Antes de dar parte a la Policía, Martínez lo cargó y decidieron llevarlo a casa de la jubilada. Eran las 4:40 a.m.

En un primer vistazo, Rita creyó que el niño tendría algunos meses, mas una vecina, la alertó del cordón umbilical.

Instinto maternal, solidaridad y cariño despertaron en la joven Denep Grimaldy, técnico medio en Enfermería, cuando su papá regresó todo tembloroso de la panadería, contando lo sucedido. Confió su hijo de 14 meses al cuidado de la abuela y arrancó para casa de Rita, en cuyo frente se acumulaban los vecinos.

Los conocimientos de enfermería de Denep podrían ser útiles, dijo el papá de la joven cuando llegaron, sobre las 6:00 a.m., llevando además una manta para proteger a la criatura.

«El niño lucía bien. Me lavé las manos para manipularlo y aprecié que no presentaba falta de aire; tenía buena coloración y el cordón umbilical estaba ligado. Eso fue lo primero que miré, y me percaté de que no había sido en una institución de Salud porque fue amarrado con una tirita estampada».

Ya más tranquila por el estado del bebé, se dispuso a darle el pecho. El personal del Sistema de Urgencias Médicas (SIUM) arribó en ese momento, y mientras esperaban a que terminara de lactar, hicieron las coordinaciones con el hospital pediátrico.

«La patrulla tardó poco en aparecer. Todo el traslado fue muy rápido. Iban en una ambulancia de Neonatología provista de incubadora —aclara Grimaldy—. Ese vehículo es muy efectivo en estos casos. Siempre consideré que era un bebé a término (pesaba unos 3 500 gramos), por características que una va aprendiendo y por mi experiencia materna. Entre Rita y yo le cambiamos la sabanita sucia y lo limpiamos con toallitas húmedas», recuerda.

Enajenación

Llevaban casi dos años residiendo en el reparto Alcides Pino. Era un individuo de unos 40 años de edad, su pareja de 20 años, la madre de esta y dos niñas (de dos y tres años). Meses atrás, el suegro se había ido a trabajar al campo. Si no fuera por el fanatismo religioso del hombre, que aislaba a los suyos, hubieran pasado como cualquier otra familia de barrio.

No tenían electricidad, porque nunca mostraron propiedad del inmueble, y tampoco poseían libreta de abastecimiento. A través del consejo popular se les dio todo tipo de ayuda: prioridad en las ventas de TRD durante el período duro de la pandemia, plan jaba, las pequeñas recibían sus cuotas y se les apoyó con otros productos alimentarios. Incluso se les ofertó trabajo.

La comunidad intentaba sumarlos a las actividades, pero la enajenación prevalecía y algunos vecinos hablaban de indicios de maltrato paternal hacia las niñas.

Cuando este martes apareció un bebé en la calle Fomento, la directora del policlínico Alcides Pino contactó a Rolando Reyes, presidente del CDR, y le habló de que el caso posiblemente se relacionara con las sospechas vecinales que habían desatado un proceso investigativo ante la evidencia de agua ensangrentada saliendo por el caño de la vivienda, ubicada en un segundo piso.

«Estábamos alertas porque ya se había dado un parto intradomiciliario —recuerda Reyes—. Según nos manifestaron, aquel pequeño se lo entregaron a unos familiares de Las Tunas».

Este cuarto embarazo había sido muy escondido, hasta que fue advertido por una vecina. Nadie sospechó que pasara 41 semanas sin atención médica, porque la madre jamás bajaba ni se dejaba ver, y claro, el aislamiento de la pandemia facilitó las cosas.

La sangre y el neonato aparecido eran suficientes para dudar, pero hasta que no estuviera un fiscal para proceder, la entrada forzada a la vivienda se descartaba. Primero hubo conversaciones de varias autoridades, y una sicóloga acudió para ayudar en el diálogo. Pero el marido se negaba a abrir la puerta, y como las vidas de la muchacha y sus hijitas corrían peligro, el operativo de rescate fue desarrollado aquella misma tarde, como han reflejado las redes sociales.

La vida sigue

El pequeño fue ingresado en la sala de Neonatología del hospital pediátrico holguinero, y según la doctora Ana Nastia Tamayo, jefa de ese servicio, es un bebé sano, de aspecto vital, que se alimenta bien y con necesidades fisiológicas normales.

«Se le atiende como en cualquier hogar de Cuba. El viernes, por ejemplo, se hizo el tamizaje de los cinco días para diagnosticar enfermedades metabólicas. Como nació de parto extrahospitalario y sin atención prenatal, se hicieron análisis complementarios, cuyos resultados son normales».

Sobre el estado de la joven informó el doctor Julio Yamel Verdecia, director del hospital Vladimir Ilich Lenin: «Está ingresada en una de las salas de Puerperio Fisiológico, reportada de cuidado, aunque estable». La doctora Yasmina Jiménez, vicedirectora de Maternidad del centro, declaró al periódico ¡ahora! que la paciente se niega a recibir tratamiento médico, pero es seguida por un equipo multidisciplinario.

Con respecto a las niñas, JR conoció que desde el mismo martes se encuentran en el Centro Médico Sicopedagógico Modesto Fornaris, cuyo colectivo, encabezado por la licenciada Laritza Linares, las describe a su llegada como temerosas, ansiosas, con evidente rechazo a figuras masculinas y dificultad para la marcha. Hablan fluidamente, mas no mencionan a sus padres y en ningún momento demuestran extrañarlos.

Las pequeñas tenían síntomas de deshidratación ligera, labios secos, carencia de lágrimas, huellas de maltrato físico y un estado nutricional desfavorable para sus edades y tallas. Solo reconocían como alimento la leche o algunos líquidos.

Ambas fueron valoradas por Medicina General Integral, Pediatría, Siquiatría, Sicología Infantil y Defectología, y quedan pendientes otros exámenes en aras de concluir el diagnóstico. Este sábado ya comían con cuchara e identificaban otros alimentos, aspectos que influyen en su correcta nutrición.

Al amparo de la ley

Casos como estos, aunque son rarezas en Cuba, confirman la necesidad de fortalecer nuestras leyes para proteger a las personas vulnerables en cada hogar, además de proscribir toda forma de violencia doméstica y potenciar los derechos de la infancia, en consonancia con la Constitución de la República.

El nuevo Código Penal será más firme en cuanto al cuidado del bien superior, que es la vida, y de todos los derechos; pero incluso a la luz del actual son condenables los actos cometidos en este núcleo contra el normal desarrollo de esos niños y de la joven que, según se afirma en las redes sociales, presuntamente inició su vida de pareja con este hombre siendo aún menor de edad.

En el anteproyecto del Código de las Familias puesto a consideración del pueblo, el artículo 286 explicita que es contenido de la responsabilidad parental crear condiciones de vida seguras, cuidar la salud física y síquica del menor, proveer alimentos y garantizar una vida libre de violencia.

Por su parte el artículo 249 deja claro que si la progenitora o ambos padres deciden entregar a un neonato, pueden hacerlo en la propia institución donde se produzca el parto, decisión que se haría firme a los 180 días.

La población ha demostrado la sensibilidad ante casos como estos, con sus donativos. Foto: Nelson Rodríguez Roque

Repuesta de su asombro, la población holguinera pasó pronto de la indignación a la solidaridad, y en pocos días han reunido ayuda material para estos chicos , que deben ser criados con el amor y los recursos que merecen. 

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