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¿Acaso no soy una mujer?

Cuba se suma a la celebración del Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora con la I Jornada Cubana de Articulación Afrofeminista

Autor:

Daniela Fernanda García Gonzales

«¿Acaso no soy mujer?» fue la interrogante de Sojouner Truth, que impresionó a los presentes en la Convención por los Derechos de las Mujeres en Ohio (diciembre de 1851). La fémina negra y libre confrontó los cánones burgueses de feminidad, donde la mujer blanca era la única amparada.

Bajo las penurias de una sociedad donde reina la cultura patriarcal viven en la actualidad millones de mujeres en el mundo. Aunque la discriminación es general, se le da un valor añadido cuando además de pertenecer al sexo femenino, se es afrodescendiente.

No es hasta la década de 1970 que comienza a forjarse el afrofeminismo. Una de las primeras y más importantes bases la sentó Kimberly Crenshaw en 1989, cuando creó el término de interseccionalidad para explicar las discriminaciones sufridas por este sector más allá del sexismo.

Aunque desde 1992 cada 25 de julio se viene conmemorando el Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, con el objetivo de promover políticas públicas para erradicar la discriminación a este sector vulnerable de la población mundial, aún falta un largo camino por recorrer en este sentido.

El origen del rechazo

Las historias de vida de mujeres afrodescendientes cargan a sus espaldas el enorme peso del proceso de colonización europea. Fueron extraídas de sus tierras de origen a la fuerza, para luego utilizarlas de criadas, de mano de obra barata, e inclusive como objeto sexual por los conquistadores y por sus propios congéneres.

En Occidente el sinónimo de mujer se resumía a mujer burguesa blanca heterosexual. La mujer afrodescendiente era considerada inferior, subordinada a las anteriores y marcada sexualmente como hembra, pero sin otorgarle el más mínimo sentido de la feminidad.

Hoy esta imposición del poder hegemónico se traduce en la precarización de las condiciones de vida de la mujer de color; como la salud, la educación, la vivienda y el ámbito laboral.

La desigualdad que se esconde

A pesar de ser visible las brechas de desigualdad que existen en el mundo en este sentido, la investigación de las Naciones Unidas Mujeres afrodescendientes en América Latina y el Caribe. Deudas de igualdad, refiriéndose a estas regiones expone que existe una inminente escasez de información socioestadística que pueda visibilizar la desigualdad.

Por otra parte, el Panorama Social de América Latina, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en 2016 atañe estos vacíos estadísticos a «los problemas relacionados con la identificación étnico-racial en las fuentes de datos, que van desde la falta de inclusión de preguntas pertinentes hasta la calidad de la información recogida».

Aunque se ha ido avanzando respecto a la inclusión de preguntas de identificación de la raza y la etnia en los censos, hay países donde la no contemplación de este parámetro muchas veces está mediada por la labor de algunos gobiernos para ocultar las desigualdades de sus sistemas económicos sociales.

A partir de 2010 varias naciones comenzaron a considerar la autoidentificación para afrodescendientes. Entre ellas Argentina, Panamá, Ecuador y Puerto Rico (2010); Costa Rica, Uruguay y Venezuela (2011); Bolivia, Cuba y Paraguay (2012) y Honduras (2013).

A pesar del reclamo de diversas organizaciones, aún persisten muchos vacíos en las cifras sobre este segmento de población, con énfasis en las estadísticas vitales como fecundidad, mortalidad materna e infantil y causas de muerte.

La realidad cubana

Aunque en Cuba se perciben disconformidades estadísticas entre razas en cuanto a violencia de género, ocupación laboral, vivienda, nivel de escolaridad, entre otros indicadores, estas diferencias no son significativas.

Entre los estudios realizados por los especialistas cubanos respecto a este fenómeno sociocultural constan la Encuesta Nacional sobre Igualdad de Género y el Censo de población y viviendas según el color de la piel. Además, desde noviembre de 2019 se adoptó por el Consejo de Ministros el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial.

Este año se celebra, por vez primera en la Isla, la Jornada Cubana de Articulación Afrofeminista como parte de las acciones por la fecha conmemorativa.FOTO: tomada de Prensa Latina

Entre los más recientes proyectos están el Programa Nacional Para el Adelanto de las Mujeres, la Estrategia integral para la prevención y el enfrentamiento a la violencia de género y el Nuevo Código de las Familias.

El Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora ha ido cobrando auge en la Isla. Aunque existe una amplia disposición de los grupos afrofeministas, las actividades en ocasiones no poseen el impacto que se proponen. Es por ello que este año se comenzó a celebrar la I Jornada Cubana de Articulación Afrofeminista.

Cronograma de acciones llevadas a cabo en la I Jornada Cubana de Articulación Afrofeminista.Infografía: Daniela Fernanda García González

En la muestra, que comenzó el 18 de julio y que culmina este lunes 25, académicas y activistas del movimiento feminista y antirracista desarrollaron un grupo de acciones encaminadas a la visibilización de la mujer afro en la sociedad contemporánea.

Aunque para algunos esta lucha representa un cambio de los patrones de convivencia mundial, para las mujeres afrodescendientes será el logro de su anhelado sueño. Hoy más que nunca es hora de reclamar ante cada injusticia: «¿Acaso no soy una mujer?».

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