Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Prevenir sobre ruedas

Como resultado del proyecto Patinadores en la Prevención del VIH/Sida, un grupo de niños, adolescentes y jóvenes se han convertido en una gran familia que contribuye a la vida sana de los demás

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

Sobre ruedas desean cambiar el mundo. Aspiran a que los más jóvenes, sobre todo, comprendan que la vida es bella y no  merece ser lastimada con conductas imprudentes. Andan veloces por las calles y extienden su mano para entregarles información, para que no actúen sin pensar antes, para que valoren la dicha de vivir sanos.

Es una familia grande, unida, dispuesta a responder ante el llamado. Prevenir es la clave y ellos lo saben. Como resultado del proyecto Patinadores en la Prevención del VIH/Sida, de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades Prosalud, y con el auspicio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), van uniformados con el identificativo que los reconoce en la sociedad como promotores de salud de esta iniciativa, pero, ante todo, como prefieren pensar, son parte del voluntariado que a nivel global aporta para hacer realidad un sueño.

Los vemos por céntricos lugares, a veces tomados de las manos. Se acercan a las personas de todas las edades y les ofrecen plegables, libros, pegatinas, manuales, condones... En algunos casos les preguntan y ellos sacian la inquietud. Se sienten felices por colaborar. Muchos provienen de grupos no profesionales de patinaje y se han sumado a esta labor, precisamente, por el alcance que saben que tiene el hecho de que adolescentes y jóvenes como ellos sean quienes les sugieran actuar de manera responsable en su vida sexual.

Conmueve encontrar, en medio de este grupo, a la familia de  Bárbara Hernández y Alier Castillo. «Siempre estamos juntos y somos felices haciendo esto por la sociedad», comenta ella.

Sus hijos Alier, de 12 años, y Sian, de 7 años, les acompañan con sus cascos y patines bien puestos. «Desde que asistimos a una actividad convocada por la Unicef, decidimos formar parte del proyecto y somos promotores de salud. Nuestro trabajo es, justamente, desplegarnos por la ciudad y repartir materiales impresos que tengan la información necesaria para que las personas ganen conocimientos sobre las infecciones de transmisión sexual y la mejor manera de evitarlas. Lo hacemos como más nos gusta: patinando», añade.

Entre todos, juntos, se puede cambiar el mundo.

«Sabemos que ayudamos a la infancia y la adolescencia a conocer más sobre estas enfermedades, a vivir mejor. Por eso nos acercamos a ellos y, cuando nos ven juntos, nos toman más en serio. Es que somos una familia sana que desea que todos también lo sean».

Como ellos, muchos han aprendido a verse reflejados de una manera diferente. Confiesan que miran sus relaciones de pareja con otro sentido, que aprecian el respeto y el cuidado de la salud como elemento imprescindible para la vida plena... Sienten que no solo han ayudado a otros, sino a ellos mismos.

Leonel Gamboa Hernández, especialista en Cardiología y Cirugía Cardiovascular, es promotor voluntario y coordinador del proyecto de prevención del VIH con patinadores. «Me sumé desde que supe del proyecto porque sentí la necesidad espiritual de realizar una labor humanitaria. Éramos de ocho a diez, en su mayoría mujeres, todos estudiantes de medicina y enfermería en aquel momento, y ninguno con VIH. Desde la primera salida que hicimos, notamos la aceptación de las personas. Aprendimos entonces que siempre se puede hacer algo más».

La familia Castillo Hernández se mantiene unida en la prevención.

El mejor corredor cubano de la modalidad de fondo del patinaje, ya retirado de las pistas, Antonio García Acuña, se ha convertido también en un líder en la promoción de salud y en la formación de quienes desean andar sobre ruedas todo el tiempo.

El proyecto ha crecido y se nota. Verlos reunirse temprano en la mañana, dispuestos a patinar desde la Ciudad Deportiva hasta La Piragua, y luego hasta La Habana Vieja, es emocionante. Un ómnibus los adelanta hasta las Playas del Este y ahí continúan repartiendo volantes. Reconforta verlos así, joviales, contentos, conscientes del aporte social que realizan.

También se perfeccionan en el andar sobre ruedas porque a no pocos les interesa superarse en ese sentido y, ¿quién sabe?, participar en alguna competencia profesional. Sin embargo, lo mejor es lo que le añaden.

 

Los promotores de salud apoyan el trabajo de divulgación. FOTOS: Pablo Massip.

 

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