Ricardo Ronquillo se inició como reportero de JR en los años del período especial. Autor: Cubaperiodistas Publicado: 20/10/2025 | 02:43 pm
Ricardo Ronquillo Bello transpira por JR. Hoy presidente nacional de la UPEC, Ricardo sigue atento a un periódico, del cual, dice, siente que no ha salido. Entre como reportero y terminó siendo su subdirector editorial para temas nacionales. Los que trabajaban con él lo recuerdan llegar, siempre atildado, con una camisa de mangas largas, que al final de la noche ya estaba fuera. Así terminaba la jornada de trabajo para retomarla al día siguiente.
«En estos días —comenta— recordaba, en un encuentro con los colegas del círculo de periodistas que abordan los temas culturales, que, para una parte de mí generación de estudiantes de periodismo, JR era no solo un referente sino una ilusión.
«Creo que el alma, que siempre se dice, tiene el diario - por aquellos tiempos semanario, porque cursé una parte de la licenciatura en periodismo en medio del denominado período especial en la Universidad de Oriente- tenía además un ángel.
«Era realmente muy cautivador y de amplio vuelo ese ángel. Creo que tanto el alma como el ángel eran la consecuencia de una combinación milagrosa, de una serie de singularidades que distinguían el periodismo en esta publicación: calado profundo en los abordajes, periodismo de opinión en un momento en que no era tan común, despliegue notable del llamado periodismo narrativo o literario, un humor vanguardista, lo curioso y sorprendente como parte del eje editorial... y todo ello dentro de un concepto general que ponía el acento en el rigor y la belleza, al escribir y al diseñar.
«Desde la distancia se notaba, se presentía que algo muy notorio desde el punto de vista creativo había germinado y florecido en la redacción de JR. Solo menciono algunos atributos, entre muchos, que provocaban que nos sintiéramos enamorados por ese proyecto editorial. Era como un amor platónico, que para algunos de nosotros después pudimos consumar».
***
«Después, ya graduado y nombrado subdirector en el periódico Venceremos, donde inicié mi carrera profesional, JR comenzaba a recuperarse de los graves efectos de ese período especial y rescataba su equipo de corresponsales, lo cual se combinaban con la representación de Opciones, un semanario comercial, financiero y turístico nacido para ayudar a financiar a la publicación en los duros años de crisis que siguieron a la caída del socialismo.
«Era una exploración muy interesante para proyectos más abarcadores que ahora se experimentan en el sistema de prensa. En el empeño por el rescate me propusieron la corresponsalía de JR y la representación de Opciones en Guantánamo. Se cumplía un sueño que me asustaba, porque con JR me pasaba como al enamorado tímido que anhela conquistar a la amada pero no sabe muy bien si tiene los dones para hacerlo.
«En eso estoy todavía, tratando de estar a la altura de esta novia. La pregunta que me persigue es si, además de serle fiel, estuve a la altura de lo que ella necesitaba y esperaba de mí en la siempre apasionante y muy exigente misión del periodismo».
***
«En una crónica que escribí cuando los colegas me eligieron para presidir la Upec, recordé mi impresión del primer día en que puse mis pies en JR:
«Era una tarde calurosa de octubre cuando entré por vez primera por los pasillos y a la redacción central de JR. Guajiro de las sabanas camagüeyanas, que se había ido en medio de los años más agudos del período especial a Guantánamo, tenía una visión idealizada de lo que debía ser una edificación como esta. La imaginaba moderna, hermosa, deslumbrante, sofisticada...
«El primer impacto visual fue demoledor. Lo que llamábamos “la pecera” —el núcleo de generación de contenidos del diario—, aparentaba ser una especie de Alepo tropical sobre la que se había ensañado todos los imperios de este mundo. No había aire acondicionado, algunos se veían obligados a andar sin camisa, cada buró semejaba un edificio sobre el que hubiera caído uno de esos criminales cohetes teledirigidos. Todo el sufrimiento y la decadencia padecidas en aquellos años por los cubanos para salvar su sueño de un país libre, con justicia, bienestar y libertad parecían resumirse entre estas paredes en un trágico performance.
«El primer flashazo que sentí de este periódico fue el descubrimiento de que aquel estado material lamentable no había destruido lo más valioso, aquello que según El Principito es invisible para los ojos: el alma de quienes laboraban intensas horas, que no pocas veces se extendían al amanecer.
«Desde ese momento comencé a entender esa idea maravillosa, a la que nunca podríamos renunciar —porque dejaríamos de ser—, de que JR tiene alma. Un alma que se conforma a la vez con la de todos.
«En medio de todo lo descrito había aquí como un estado especial; no de excepción, sino de gracia, en el que todo verticalismo, poses ejecutivas, puertas o barreras se diluían en una relación afectiva y familiar muy sensitiva y estimulante, una alegría y un tipo de relación muy contagiante, no pocas veces rociada con rones: desde los de mayor alcurnia hasta los de dudosa naturaleza. Era el viejo espíritu bohemio del periodismo en hermosa connivencia con un ambiente de creatividad e innovación profesional, de orgullo por el medio.
«En un festival de la prensa promovido por la UPEC intenté hacer una descripción de algunos signos que creo logré captar de esa alma de JR, y que se convierten en importantes fortalezas para salir adelante de la crisis estructural que ha padecido nuestro sistema de prensa y avanzar en su transformación. Son distinciones de JR».
***
«Como dije en la crónica ya mencionada, lo que describiré es una herencia inestimable para levantarse al futuro, salvando siempre la armonía entre los que llegaron en los últimos años y lo hacen ahora, con los horcones de las épocas más duras, que fueron quienes alimentaron todo este sedimento:
—En JR se acentuó el concepto de que en el periodismo son más importantes los líderes creativos que los jefes ordinarios. La redacción como célula creativa. Desarrollo de un ambiente de innovación y creatividad y de trabajo en equipo.