Frente a la compleja situación epidemiológica que presenta Matanzas, cerca de 2 500 estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas (UCMM) desarrollan actualmente acciones vinculadas con la lucha contra las arbovirosis, dentro de un territorio que mantiene altos índices de enfermos por chikungunya y dengue. Según destaca la Agencia Cubana de Noticias, la presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria en esa la institución, Sunay de la Caridad Pérez Borroto, explicó recientemente que las principales acciones del alumnado están relacionadas con las labores de pesquisa y el focal de carácter no técnico, las cuales se concentran en áreas identificadas de riesgo, aunque abarcan zonas de los 13 municipios del occidental territorio. Entre los procedimientos habituales destaca la identificación de pacientes con síntomas o signos subjetivos de arbovirosis para, posteriormente, informar al equipo básico de salud, además de la detección y eliminación de posibles riesgos ambientales y criaderos de mosquitos dentro de las viviendas, argumentó la líder estudiantil universitaria. Señaló Pérez Borroto que las acciones se ejecutan en coordinación con el Hospital Pediátrico Eliseo Noel Caamaño y con apoyo de profesionales de la dirección provincial de Salud y el Ministerio de Salud Pública, enfrascados en ofrecer atención de calidad y promoción en el actual contexto epidemiológico. Arístides L. García Herrera, rector de la UCMM, apuntó que el apoyo de los estudiantes a la batalla contra las arbovirosis constituye otra muestra del compromiso de los futuros galenos con el pueblo de Matanzas, antes demostrado en otras misiones en tiempos de la COVID-19 y en programas priorizados como el materno infantil, entre otros. Resulta necesario subrayar que la presencia de los alumnos en estas misiones no es nueva y forma parte del currículo básico de formación, específicamente en el apartado de trabajo comunitario integrado, hizo notar García Herrera, también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Martí. Autor: Facebook Publicado: 14/10/2025 | 12:33 am
El impacto de los arbovirus en la salud de la población cubana centró el programa televisivo Mesa Redonda, donde las autoridades informaron detalles del manejo de estas enfermedades.
La doctora Ileana Morales, directora Nacional de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública (Minsap), informó este miércoles que el chikungunya, al igual que la COVID-19, comparte un factor común: un vector que produce «un número importante de casos graves y, en algunos casos, fallecidos».
Explicó que su aparición y propagación en Cuba responde a factores desencadenantes globales y que el chikungunya presenta en 2025 un panorama dinámico con focos muy altos de transmisión en 40 países a nivel mundial.
Morales explicó que a los factores globales se suman condiciones específicas de Cuba, pues la epidemia se produce por una «coalición» donde confluyen el vector y una población particularmente vulnerable que no se había enfrentado a este impacto. Añadió que tal vulnerabilidad está dada por «un envejecimiento poblacional elevado, donde prácticamente ya de cada cuatro cubanos, uno tiene 60 años y más, y a esto se suman problemáticas ambientales que facilitan la reproducción del vector: «la falta de higiene… la basura acumulada, el agua recogida… y otras prácticas».
La directiva esclareció a la población que se enfrentan a una patología conocida para la cual existe un protocolo de actuación, similar a la estrategia seguida con la COVID-19.
En el programa Mesa Redonda se mencionó la activación del sistema científico y primeras intervenciones sanitarias, y se dijo que siguiendo el modelo de trabajo implementado durante la pandemia de COVID-19 se reactivó el Comité de Innovación.
La doctora Morales informó que «esta semana se aprobaron cinco nuevas investigaciones y tenemos nuevas investigaciones en preparación».
Entre ellas se incluyen «desarrollo de nuevos productos, estudios clínicos, ensayos clínicos ya propuestos, intervenciones sanitarias complejas» e investigaciones para caracterizar mejor el comportamiento del virus en Cuba.
Adelantó que las primeras intervenciones sanitarias se centrarán en los adultos mayores y comenzarán en La Habana, estratificando por la situación epidemiológica de cada municipio.
La experta explicó que una intervención inmediata será «la aplicación de la Biomodulina T a adultos mayores entre 70 y 74 años».
Además, informó que paralelamente se iniciará la vacunación antigripal para los mayores de 75 años en la capital, así como para residentes en instituciones sociales y de salud. «Decidimos que ese fragmento de 70 a 74 lo cubriéramos con Biomodulina», acotó Morales.
Otra intervención planificada es con el producto Curmeric, el cual «se va a entregar a un grupo poblacional de La Habana… de 60 a 69 años», avanzó la directiva del Minsap.
Agregó que todas estas intervenciones irán acompañadas de estudios para recopilar datos sobre su efectividad, al tiempo que hizo un llamado a la población para que evite la automedicación y acuda a los servicios de salud, recordando que «la evaluación médica es insustituible».
Morales resumió que el trabajo actual se centra en reforzar el manejo de la fase crónica de la enfermedad.
También en la Mesa Redonda el doctor Osvaldo Castro, experto del Instituto de Medicina Tropical «Pedro Kourí» (IPK), explicó que el chikungunya presenta una sintomatología más visible y extendida que otras arbovirosis.
Subrayó que no se trata de una enfermedad que concluye en siete o quince días, sino que continúa su curso inflamatorio, con afectación de las articulaciones y compromiso potencial de múltiples órganos, por lo cual insistió en la importancia del reposo.
Entre posibles complicaciones incluyó afectación hepática, renal, episodios hemorrágicos y lesiones dermatológicas severas.
Por su parte, la doctora Lissette López, jefa del Grupo Nacional de Pediatría, advirtió sobre la necesidad de permanecer alertas ante cualquier síntoma en los menores de cinco años, calificando a la enfermedad como «muy sintomática».
Explicó que el protocolo actual establece el ingreso hospitalario obligatorio para todos los pacientes menores de dos años.
Para los niños mayores de esa edad, la decisión de ingresar se basa en la «evaluación pediátrica», una herramienta clínica que permite detectar signos de alarma.
La doctora María del Carmen Domínguez, investigadora del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), explicó las potencialidades del Jusvinza, un fármaco creado originalmente para la artritis reumatoide.
Domínguez Horta indicó que, dado que el chikungunya se caracteriza por fuertes dolores articulares, el Jusvinza —cuyo principio activo es un péptido inmunomodulador— podría ser de utilidad.
No obstante, enfatizó en la responsabilidad ética de no emplear un medicamento sin previos estudios para esa indicación específica.
(Tomado de Prensa Latina)
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