Filme Homebound. Autor: Cortesía de la fuente Publicado: 06/12/2025 | 11:40 pm
Acudimos en auxilio del espectador curioso que no quiere perderse lo mejor. Y tratamos de recomendarle estas rutas de probada calidad. Excluimos los filmes cubanos en competencia porque ya les dedicamos un texto, y además, casi no requieren promoción. El público correrá a verlos de todas maneras.
Por miles se cuentan las grandes películas latinoamericanas inspiradas en historias reales: otra es Belén, de Dolores Fonzi, un sólido drama judicial sobre el tema del aborto que fue seleccionado para representar a Argentina en la carrera por el Oscar. Rupturista, y hasta provocativa, es la también argentina ¡Caigan las rosas blancas!, de Albertina Carri, que cuenta el viaje de un grupo de lesbianas, en una desvencijada camioneta, por distintos escenarios rurales, para realizar una película erótica y ecologista.
En la misma línea derivada del análisis del pasado represivo que la multipremiada Todavía estoy aquí, la brasileña El agente secreto, escrita y dirigida por Kleber Mendonça (Acuario, Bacurau) solo toma del filme de espionaje el sentido del suspenso y la paranoia, porque se trata de un profundo análisis del miedo y la violencia institucional en la época de la dictadura. El protagonista, Wagner Moura, se ha transformado en el primer actor brasileño en ganar el premio de actuación masculina en Cannes, y algunos optimistas confían en que llegará a competir por el Oscar. A estas alturas el filme ya cuenta con aclamación mundial, algo que no se veía, de manera tan absoluta, desde la época de Ciudad de Dios.
Sobre la gente humilde, víctima de las políticas marcroeconómicas que desconocen su bienestar y su destino, trata El último azul, de Gabriel Mascaró, también una poética protesta contra la discriminación por edad. La sorpresa que sin dudas alcanzará los aplausos merecidos de nuestro público, llega con la destacada participación de nuestra Miriam Socarrás en esta cuarta película de ficción de Mascaro, cuyos paisajes amazónicos constituyen un plus arrollador, y que se alzó con el Oso de Plata Gran Premio del Jurado en el festival de Berlín.
El filme colombiano más exitoso de 2025, en el circuito festivalero internacional, es la comedia negra Un poeta, de Simón Mesa, que ya ganó el premio del jurado y el del mejor actor (Ubeimar Rios) en el festival de Lima, además de recibir el Premio Horizontes Latinos en San Sebastián, y el premio del jurado en la sección Una cierta mirada, de Cannes. Además de convertirse sorprendentemente, en un éxito de taquilla en Colombia, el filme ha sido seleccionado para representar al cine nacional en los Premios Oscar y los Goya.
Sobre la posibilidad de restaurar una relación madre-hijo dañada por el abandono, trata Hiedra, de Ana Cristina Barragán (Alba, La piel pulpo), o tal vez sea más bien la historia de una madre que busca a un hijo y de un hijo que perdió a su madre, porque la sutileza impera a la hora de contar, sin una pizca de melodrama ni de realismo chato, los miedos y confusiones de los personajes, sus ansias y pérdidas.
La marginalidad ha sido temática habitual del cine mexicano, y esa temática tiene continuidad en la road movie medio thriller titulada En el camino, de David Pablos, sobre un joven gay errante y un camionero taciturno que se obligan a estar juntos a causa de la soledad, el deseo, la violencia imperante, y muchas otras causas que deberá descubrir el espectador. Porque aquí estan los grandes temas del cine mexicano contemporáneo, vistos a través de dos personajes desolados.
En cuanto a las óperas primas: La acción de La misteriosa mirada del flamenco, de Marcelo Céspedes, ocurre en el norte de Chile, en 1982, y la protagonista es Lidia, una niña de 11 años que es
testigo de la llegada y propagación del VIH/sida en el país. Y la pandemia la afecta especialmente porque su madre adoptiva es una travesti que se hace llamar Flamenco. La niña decide proteger a su familia de la violencia, el miedo y el odio dominantes.
También exhibe el posible entendimiento entre una madre y su hijo, ópera prima del cineasta hondureño William Reyes, que se titula Eva, y cuenta la historia de una mujer trans que cuida de su nieta tras la repentina muerte de su nuera. Entre tensiones y silencios, madre e hijo emprenden un camino hacia el entendimiento mutuo y la reconstrucción del víncu-
lo familiar. Reyes se formó como cineasta en su país y en Cuba, y fundó la productora Opida, enfocada en el cine de autor y en programas de formación cinematográfica para comunidades indígenas y afrodescendientes.
En un país tan grande como Argentina, sería un error pensar que toda la producción cinematográfica se despliega desde Buenos Aires. En Santa Fe fue filmada íntegramente El infierno de los vivos, de Alberto Gieco. El filme habla sobre Mariana, de 15 años, que escapa de la violencia de su hogar y se embarca en la búsqueda de su padre biológico hasta refugiarse en un orfanato donde halla afecto en un familiar lejano.
En cuanto al Panorama Contemporáneo Internacional destacan dos filmes premiados en Cannes, el alemán Sound of Falling (Mascha Schilinski) y el noruego Sentimental Value (Joachim Trier). El primero es la historia de cuatro muchachas que pasan su juventud en la misma granja, y aunque están separadas por el tiempo, sus vidas comienzan a fundirse unas con otras. En el segundo, las estupendas interpretaciones enriquecen la fábula sobre la complicada relación entre un cineasta veterano y sus dos hijas. Todo va a peor cuando él decide hacer una película intimista sobre la historia de la familia.
Desde Asia llegan la china Resurrección, una fantasía de ciencia ficción planteada como poética reflexión sobre el tiempo, la memoria y el cine, y la india Homebound, que trata sobre dos amigos de la infancia aspirantes a un puesto en la policía, pero a medida que se acercan a su sueño, se ve amenazado el vínculo que los une. The Guardian describió el filme como «un estudio emotivamente rico sobre la amistad de dos hombres, con excelentes actuaciones y fuerte visualidad».
De España provienen, por lo menos, dos películas extraordinarias. Los domingos (Alauda Ruiz de Azúa) y Romería (Carla Simón). La primera deconstruye las relacionaes familiares a partir de la historia de Ainara, una joven idealista de 17 años que se plantea abrazar la vida de monja de clausura. La segunda tiene como protagonista a la joven Marina, que viaja a Vigo para encontrarse por primera vez con la familia de su padre biológico, y su llegada trae de vuelta un pasado que pocos quieren desenterrar.
Francia e Italia aportan respectivamente Dossier 137 (Dominik Moll) una película de corte criminal, inspirada en hechos reales y cuyo principal personaje es una agente de policía asignada al caso de un joven que resultó gravemente herido durante una caótica manifestación en París, y La Grazia, del consagradísimo Paolo Sorrentino, quien vuelve a reunirse con el actor Toni Servillo (La Grande Belleza, La mano de Dios) que interpreta al presidente de Italia, un jurista católico, conflictuado por la posibilidad de firmar una ley que legalice la eutanasia.
De Europa Oriental figuran Kontinental ’25 (Rumanía, Radu Jude) que trata sobre el sentimiento de culpa de Orsolya, la alguacil que lleva a cabo el de-
salojo de un hombre sin hogar que se suicida después de que lo expulsan del sótano de una casa, y La luz (Rusia, Anton Kolomeyets) que se acerca a Tatiana, trabajadora social residente en Siberia, pero la narración va del presente a los años 70, cuando ella tenía 18 años. Tatiana se verá precisada a rencontrarse con un pasado que se había esforzado por olvidar.
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