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Antonio Pacheco, director de Santiago de Cuba, está satisfecho con su equipo

El capitán de capitanes, como se le conoce en el mundo beisbolero, asegura que lo fundamental en el conjunto fue la disciplina, la entrega, la dedicación

Autor:

Raúl Arce

Antonio Pacheco sigue cosechando trofeos. ¿Faltarán muchos? Foto: Juan Moreno Aguijoneado, y no por las avispas, sino por el horario de cierre del periódico, este redactor postergó, la madrugada anterior, estas notas, de una breve charla con Antonio Pacheco.

—¿Un nombre fundamental dentro de este equipo?

—La disciplina. La entrega. La dedicación. El respeto al contrario. La voluntad.

—¿Te ha hecho este triunfo tanto, o más feliz que los anteriores?

—Tanto como los otros. Enfrentamos a un equipo que se ganó el derecho de ir a la final. Un equipo que pudo ganarle a Industriales, a Sancti Spíritus. Pinar del Río se olvidó del pasado, y perdiendo con nosotros, tres pleitos por cero, nos jugó un gran partido de pelota.

—¿Satisfecho con el equipo de Santiago?

—Mucho, no solo por los resultados deportivos, sino por su actitud, por la forma en que se deja conducir. Hay jóvenes carentes de madurez deportiva, pero capaces de aprehender lo que les imparten, fundamentalmente lo que les aconseja Kindelán, el entrenador de bateo.

—Dicen que la fortaleza de las actuales avispas las hará reinar por varios años, ¿compartes ese criterio?

—Creo que sí, insisto en su disciplina, y te digo que saben lo que representan para la pelota cubana, para su provincia. Sí, creo que pueden reinar.

—Y si ocurre, ¿sacrificarías el tiempo que dedicas a tu familia para seguir dirigiéndolos?

—La pelota es mi vida, y no solo renunciaría a los momentos con los míos, sino a mi propia salud.

—A pesar de los buenos resultados, ¿por qué José Julio estuvo mal en la final?

—Hay atletas que deben aprender a salir de los momentos malos, y a él le falta eso, no olvidemos que es muy joven; nunca se había envuelto en un momento malo, como este. Se presionó y sufrió de un complejo a la hora de batear. Fue una experiencia importante, y en los próximos torneos sabrá como salir a flote.

—En cuanto a los veteranos, ¿tienen energía para seguir jugando?

—Por supuesto, aquí todos somos uno.

Disculpándose «porque necesito descansar mucho», Pacheco le cedió un espacio al ex lanzador santiaguero Braudilio Vinent, que lo observaba a corta distancia.

—¿Qué opina de esta final?

—Ganó Santiago porque bateó más; los pitchers cubanos tienen que lanzar en zigzag, pero algunos, en dos strikes sin bola, vienen por el medio. ¡Los tienen que castigar!

—¿Qué joven campeón te llamó la atención?

—Roibal tiene buena velocidad, también Yaumier exhibe futuro. Si trabajan con ellos para que desarrollen su pensamiento técnico-táctico, van a rendir frutos.

—¿Y de los jugadores de posición?

—Olivera, Mustelier, y la primera base, que no estuvo bien en los últimos juegos, pero de él se espera mucho.

—Si Vinent pudiera rejuvenecerse, ¿le gustaría lanzar con este equipo?

—Compay, ¡ahí sí iba a implantar un récord de victorias!

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