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Cuando la belleza sobra

Detrás del 3-1 favorable a los catalanes se esconde una historia pletórica de matices. El genio de Messi, la intransigencia del colegiado suizo Massimo Busacca, y la providencial barrida de Mascherano marcaron el destino

Autor:

Raiko Martín

Caminó el Barcelona por el filo de la navaja, incluso algunas veces tambaleándose, pero finalmente logró remontar el resultado adverso de la ida frente al Arsenal y clasificarse para los cuartos de final en la Liga de Campeones del fútbol europeo.

Detrás del 3-1 favorable a los catalanes se esconde una historia pletórica de matices. El genio de Messi, la intransigencia del colegiado suizo Massimo Busacca, y la providencial barrida de Mascherano marcaron el destino.

El Barca se presentó en su feudo sin centrales natos, y los «Gunners» soltaron a Van Persie de la camilla al césped para defender la causa.

Ni el triunfo en casa revolucionó el planteamiento de Arsene Wenger, y sus pupilos se dispusieron a tapar con dedicación cada resquicio del cuarto de cancha donde cavaron las trincheras. Tuvieron éxito los primeros 45 minutos previos al fallo de Cesc, el milimétrico pase de Iniesta y la sideral ejecución de Messi que ya tiene espacio en su galería de jugadas sobrehumanas.

Paro nada más iniciarse la segunda mitad, el boleto pasó del bolsillo de Guardiola al de Wegner, gracias al desafortunado cabezazo de Busquet a la salida de un corner, que terminó anclando en propia puerta.

Entonces enmudeció el Camp Nou y quedó el escenario listo para la épica. De acomodarlo mejor se encargó el árbitro Busacca, cuando castigó severamente a Van Persie —ya amonestado— por no ver la bandera del linier, ni escuchar, en medio del atronador bullicio del graderío, el pitazo que señalaba su fuera de juego. Así lo manda el reglamento, pero…

Si en igualdad de condiciones el Barca es superior al resto de los mortales, con un hombre más suele ser letal. No tardó mucho en hilar tres pases de primera para poner a Xavi de cara al gol, y tampoco le tembló el pulso a Messi para concretar el claro penal que le cometieron a Pedro.

Solo les quedaba a los ingleses jugarse su suerte con las habilidades de Nasri y Arshavin, aunque a muy poco del final el milagro cayó justo a los pies de Bendtner. Pero al danés le faltó la sangre fría que le sobró a Mascherano cuando se jugó el físico para salvar a los suyos del naufragio.

Así, en medio de la agonía, esquivó el Barcelona una eliminación que le acechaba. No fue su mejor finta, pero para ganar la Champions, a veces sobra la belleza.

Roma efímera

El club Shaktar Donetsk reembarcó por primera vez en los cuartos de final, tras humillar a la Roma con un 3-0 en el partido de vuelta jugado como anfitrión.

El equipo ucraniano ya había encarrilado la eliminatoria con su triunfo por 3-2 en la Ciudad Eterna, pero defendió con sobrada claridad su invicto como local que se extiende a 11 partidos con los goles del checo Hubschman, y los brasileños William y Eduardo.

Para hoy está pactada una nueva jornada que develará otros dos equipos enrolados en los cuartos de final. El AC Milán italiano irá a certificar su pasaje al campo del Tottemham inglés, mientras el Valencia español se juega sus posibilidades en la casa del Schalke 04 alemán.

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