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Cada experiencia suma

Juventud Rebelde conversó, vía digital, con la pinareña Ordaz, primer tablero del conjunto, quien se despidió con rendimiento de una victoria en el match frente a las búlgaras, una igualada contra una representante china y dos tropiezos en los compromisos con las norteamericanas y las locales

Autor:

Javier Rodríguez Perera

Con la misma formación que Georgia ganó el Campeonato del Mundo Femenino por equipos de Chengdu, China, en 2015, se impuso este lunes en la versión del certamen planetario efectuada en la ciudad polaca de Bydgoszcz. La segunda corona histórica del plantel georgiano llegó después de vencer en la final a la alineación kazaja, mientras Francia rindió por la medalla de bronce al colectivo de Estados Unidos, resultado que le permitió incluirse por primera vez en un podio de premiación de esta justa.

Uno de los 12 elencos que intervino en la lid europea fue el de FIDE América —el único multinacional—, compuesto por la peruana Deysi Cori, la villaclareña nacionalizada paraguaya Jennifer Pérez, la argentina María José Campos, la colombiana Valentina Argote y las cubanas Yerisbel Miranda y Lisandra Ordaz.

Ubicado en la llave B, el equipo de nuestro continente no pudo avanzar de la fase de grupos, luego de empatar ante Estados Unidos y Bulgaria y perder contra China, Alemania y Polonia.

Juventud Rebelde conversó, vía digital, con la pinareña Ordaz, primer tablero del conjunto, quien se despidió con rendimiento de una victoria en el match frente a las búlgaras, una igualada contra una representante china y dos tropiezos en los compromisos con las norteamericanas y las locales.

«En mi caso, lo disfruté al máximo, cada pequeño detalle sumó para convertir el evento en una experiencia increíble. Siempre defender la primera mesa genera un estrés extra y lo asumí con seriedad y compromiso. Lamentablemente no llegué en la mejor forma deportiva al evento, hubiese querido aportar más al equipo, pero como siempre digo, cada experiencia suma», declaró la campeona de Cuba en 2020.

—Fue tu primera vez en una lid de este tipo y me comentabas que terminaste muy feliz en varios aspectos.

—Encantada con la organización y el ambiente ajedrecístico que se vivió en cada ronda. Un certamen por equipos, con un formato muchísimo más pequeño que el de la Olimpiada Mundial en cuanto a cantidad de participantes, el cual en esta edición concentró a 12 conjuntos, varios con un historial de resultados a nivel global como los de Georgia, Estados Unidos y Kazajistán.

«Compartir el mismo espacio con algunas de las principales jugadoras del mundo y con otras figuras jóvenes que están en ascenso es una experiencia que te impulsa a querer crecer como profesional y a aspirar a que se realicen en nuestra área geográfica eventos de esta índole».

—El conjunto liderado por ti no pudo vencer en ningún compromiso, por lo que se quedó con las ganas de clasificar a la siguiente etapa…

—El evento se dividió en fases de clasificación y nuestra aspiración siempre fue clasificar. Hasta el último minuto, tanto nosotras como las atletas de China, Bulgaria y Alemania contábamos con chances reales de pasar a la siguiente etapa. Nos enfrentamos fuertemente con cada selección, a pesar de que nos superaban en experiencia y  oportunidades de fogueo internacional.

«La suerte se olvidó de nosotras, varios matches pudimos ganarlos, pero no rematamos. Algo quedó demostrado y es que en América también existe talento, pero es imprescindible más apoyo para jugar eventos de alto nivel competitivo. Es importante destacar los empates frente a Bulgaria y Estados Unidos y el revés por la mínima contra Alemania.

«No se puede valorar el resultado con números fríos, en general, para mí, fue un desempeño positivo. Sin embargo, es real que se pudo haber logrado más. Por otro lado, quiero resaltar la unidad del equipo, chicas comprometidas en cada partida y con tremendas ganas de victoria. Loable la labor de la maestra argentina Claudia Amura, al frente de la escuadra».

—El plantel de FIDE América se reforzó con tres trebejistas cubanas. Me dijiste que las buenas vibras estuvieron presentes siempre entre ustedes durante la justa y no pocos recuerdos disfrutaste con Yerisbel y Jennifer.

—Son de esas experiencias que te recargan, siempre es gratificante compartir con amistades de la infancia. Transitamos juntas todas las categorías: pioneriles, escolares, juveniles y mayores. Te inundan los recuerdos y a pesar de los años, no cambian las dinámicas de grupo. Al contrario, ya con más experiencia y madurez, enfrentamos mejor los retos de la competencia, nos ayudamos mutuamente. Debo reconocer que el equipo FIDE América funcionó desde el primer momento como una familia. Estoy orgullosa de cada una de sus miembros.

—¿Qué te resta, en cuanto a eventos, en lo que queda de año?

—Tengo algunos torneos en puertas, uno en Varadero, a principios de octubre, y otros en el extranjero que aún están en proceso de negociación, por decirlo de algún modo. Será un cierre activo de año, no lo dudes.

Luego de concluir su concurso en el Mundial Femenino por equipos —la santiaguera Maritza Arribas participó, con FIDE América, en la versión de 2021 en Sitges, España— en Bydgoszcz, Ordaz se trasladó a otra urbe polaca, Katowice, donde jugó el certamen de la Amistad Polaco-Húngara.

En el apartado Abierto terminó en la segunda plaza entre las damas, con acumulado de 6.5 puntos (cinco sonrisas, tres tablas y un tropiezo; escaño 21 en el global), detrás de su coterránea Yerisbel Miranda, autora de siete rayitas. El experimentado checo David Navara, con ocho unidades, dominó una competición en la que contendieron más de 320 trebejistas. 

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